Si tuviera que ocupar una palabra para describir qué lo ha llevado a involucrarse en el cine, esa palabra sería “calor”. “Un sentimiento que describo así, una emoción, y cuando siento eso, es innegable que quiero hacer tal proyecto. Porque si parte de la entraña, tendrá la fuerza necesaria para todo”, explica.Estudió en el CCC y su primera película, La vida después, formó parte de la sección Horizontes del Festival Internacional de Cine de Venecia en 2013. La atención se postraría en él tras el estreno de Las elegidas, un estudio sobre la trata de personas en Tijuana, que tuvo dos vidas: cuando llegó a los cines en 2015; y cuando estrenó en Netflix, convirtiéndose en una de las primeras producciones mexicanas que conquistaron la plataforma.Actualmente prepara El baile de los 41, en la que, a través de uno de los escándalos más famosos del porfiriato, realiza un retrato de la vida homosexual en México y analiza cómo, a pesar de los avances, el estigma sigue siendo el mismo.“Cada proyecto te confronta. Tienes que enfrentar a ese monstruo, el personal, el de la cinta y el de la producción. Esto me ha hecho crecer”.
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Cada uno de los proyectos que ha dirigido representan un reto que lo hace involucrarse.
Si tuviera que ocupar una palabra para describir qué lo ha llevado a involucrarse en el cine, esa palabra sería “calor”. “Un sentimiento que describo así, una emoción, y cuando siento eso, es innegable que quiero hacer tal proyecto. Porque si parte de la entraña, tendrá la fuerza necesaria para todo”, explica.Estudió en el CCC y su primera película, La vida después, formó parte de la sección Horizontes del Festival Internacional de Cine de Venecia en 2013. La atención se postraría en él tras el estreno de Las elegidas, un estudio sobre la trata de personas en Tijuana, que tuvo dos vidas: cuando llegó a los cines en 2015; y cuando estrenó en Netflix, convirtiéndose en una de las primeras producciones mexicanas que conquistaron la plataforma.Actualmente prepara El baile de los 41, en la que, a través de uno de los escándalos más famosos del porfiriato, realiza un retrato de la vida homosexual en México y analiza cómo, a pesar de los avances, el estigma sigue siendo el mismo.“Cada proyecto te confronta. Tienes que enfrentar a ese monstruo, el personal, el de la cinta y el de la producción. Esto me ha hecho crecer”.
Cada uno de los proyectos que ha dirigido representan un reto que lo hace involucrarse.
Si tuviera que ocupar una palabra para describir qué lo ha llevado a involucrarse en el cine, esa palabra sería “calor”. “Un sentimiento que describo así, una emoción, y cuando siento eso, es innegable que quiero hacer tal proyecto. Porque si parte de la entraña, tendrá la fuerza necesaria para todo”, explica.Estudió en el CCC y su primera película, La vida después, formó parte de la sección Horizontes del Festival Internacional de Cine de Venecia en 2013. La atención se postraría en él tras el estreno de Las elegidas, un estudio sobre la trata de personas en Tijuana, que tuvo dos vidas: cuando llegó a los cines en 2015; y cuando estrenó en Netflix, convirtiéndose en una de las primeras producciones mexicanas que conquistaron la plataforma.Actualmente prepara El baile de los 41, en la que, a través de uno de los escándalos más famosos del porfiriato, realiza un retrato de la vida homosexual en México y analiza cómo, a pesar de los avances, el estigma sigue siendo el mismo.“Cada proyecto te confronta. Tienes que enfrentar a ese monstruo, el personal, el de la cinta y el de la producción. Esto me ha hecho crecer”.
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