La Ciudad de México es una urbe compleja en la que coexisten diferentes épocas y diferentes culturas; aquí el futuro está en los rascacielos de Reforma y el pasado está enterrado en el piso. Todo lo que fuimos está en las ruinas aztecas que están debajo de nuestros pies, y según estudios recientes también en el legado que dejaron los teotihuacanos; ese grupo originario que llegó casi mil años antes que los mexicas.
A primera instancia, lo que más relacionamos con Teotihuacan son las pirámides del Sol y de la Luna. Pero este reino se expandió por gran parte del centro y sur del país. De hecho, una de sus aldeas centrales estaba en Xoco, en Coyoacán, la cual se descubrió recientemente.
El hallazgo
El descubrimiento de Xoco se remonta a 1977, cuando en un predio ubicado en Avenida Universidad 1200, encontraron restos prehispánicos durante las excavaciones que se hicieron para la construcción de unos edificios. Sin embargo, los trabajos arqueológicos empezaron recién hace 10 meses, y no fue hasta ahora cuando el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó que dichas piezas son en realidad vestigios teotihuacanos de 1700 años de antigüedad.
Dentro del terreno, la zona de investigación alcanza los 4.5 metros de profundidad. El equipo de arqueólogos liderado por Alberto Mena Cruz encontró en el lugar restos arquitectónicos, piezas de cerámica y piedra, y 30 entierros que siguen los patrones ceremoniales teotihuacanos. Otro indicio de que la aldea hallada en las profundidades del suelo perteneció a esta cultura es la disposición de los cimientos; cuatro habitaciones alrededor de un patio central.
Lo que está por venir
Las investigaciones y colaboración entre arqueólogos e historiadores sigue en marcha. Con el descubrimiento de Xoco, que significa “lugar junto a los tejocotes”, se abren más probabilidades que encontrar otra aldea teotihuacana en la Cuenca de México.
*Texto publicado originalmente en nuestra revista hermana Travesias / Fotografía de portada INAH.
Más de arqueología en Gatopardo:
Descubren el tecpan de un barrio prehispánico en Coyoacán
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Estas piezas prehispánicas han estado bajo suelo metropolitano desde el siglo IV.
La Ciudad de México es una urbe compleja en la que coexisten diferentes épocas y diferentes culturas; aquí el futuro está en los rascacielos de Reforma y el pasado está enterrado en el piso. Todo lo que fuimos está en las ruinas aztecas que están debajo de nuestros pies, y según estudios recientes también en el legado que dejaron los teotihuacanos; ese grupo originario que llegó casi mil años antes que los mexicas.
A primera instancia, lo que más relacionamos con Teotihuacan son las pirámides del Sol y de la Luna. Pero este reino se expandió por gran parte del centro y sur del país. De hecho, una de sus aldeas centrales estaba en Xoco, en Coyoacán, la cual se descubrió recientemente.
El hallazgo
El descubrimiento de Xoco se remonta a 1977, cuando en un predio ubicado en Avenida Universidad 1200, encontraron restos prehispánicos durante las excavaciones que se hicieron para la construcción de unos edificios. Sin embargo, los trabajos arqueológicos empezaron recién hace 10 meses, y no fue hasta ahora cuando el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó que dichas piezas son en realidad vestigios teotihuacanos de 1700 años de antigüedad.
Dentro del terreno, la zona de investigación alcanza los 4.5 metros de profundidad. El equipo de arqueólogos liderado por Alberto Mena Cruz encontró en el lugar restos arquitectónicos, piezas de cerámica y piedra, y 30 entierros que siguen los patrones ceremoniales teotihuacanos. Otro indicio de que la aldea hallada en las profundidades del suelo perteneció a esta cultura es la disposición de los cimientos; cuatro habitaciones alrededor de un patio central.
Lo que está por venir
Las investigaciones y colaboración entre arqueólogos e historiadores sigue en marcha. Con el descubrimiento de Xoco, que significa “lugar junto a los tejocotes”, se abren más probabilidades que encontrar otra aldea teotihuacana en la Cuenca de México.
*Texto publicado originalmente en nuestra revista hermana Travesias / Fotografía de portada INAH.
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A primera instancia, lo que más relacionamos con Teotihuacan son las pirámides del Sol y de la Luna. Pero este reino se expandió por gran parte del centro y sur del país. De hecho, una de sus aldeas centrales estaba en Xoco, en Coyoacán, la cual se descubrió recientemente.
El hallazgo
El descubrimiento de Xoco se remonta a 1977, cuando en un predio ubicado en Avenida Universidad 1200, encontraron restos prehispánicos durante las excavaciones que se hicieron para la construcción de unos edificios. Sin embargo, los trabajos arqueológicos empezaron recién hace 10 meses, y no fue hasta ahora cuando el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó que dichas piezas son en realidad vestigios teotihuacanos de 1700 años de antigüedad.
Dentro del terreno, la zona de investigación alcanza los 4.5 metros de profundidad. El equipo de arqueólogos liderado por Alberto Mena Cruz encontró en el lugar restos arquitectónicos, piezas de cerámica y piedra, y 30 entierros que siguen los patrones ceremoniales teotihuacanos. Otro indicio de que la aldea hallada en las profundidades del suelo perteneció a esta cultura es la disposición de los cimientos; cuatro habitaciones alrededor de un patio central.
Lo que está por venir
Las investigaciones y colaboración entre arqueólogos e historiadores sigue en marcha. Con el descubrimiento de Xoco, que significa “lugar junto a los tejocotes”, se abren más probabilidades que encontrar otra aldea teotihuacana en la Cuenca de México.
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A primera instancia, lo que más relacionamos con Teotihuacan son las pirámides del Sol y de la Luna. Pero este reino se expandió por gran parte del centro y sur del país. De hecho, una de sus aldeas centrales estaba en Xoco, en Coyoacán, la cual se descubrió recientemente.
El hallazgo
El descubrimiento de Xoco se remonta a 1977, cuando en un predio ubicado en Avenida Universidad 1200, encontraron restos prehispánicos durante las excavaciones que se hicieron para la construcción de unos edificios. Sin embargo, los trabajos arqueológicos empezaron recién hace 10 meses, y no fue hasta ahora cuando el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó que dichas piezas son en realidad vestigios teotihuacanos de 1700 años de antigüedad.
Dentro del terreno, la zona de investigación alcanza los 4.5 metros de profundidad. El equipo de arqueólogos liderado por Alberto Mena Cruz encontró en el lugar restos arquitectónicos, piezas de cerámica y piedra, y 30 entierros que siguen los patrones ceremoniales teotihuacanos. Otro indicio de que la aldea hallada en las profundidades del suelo perteneció a esta cultura es la disposición de los cimientos; cuatro habitaciones alrededor de un patio central.
Lo que está por venir
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A primera instancia, lo que más relacionamos con Teotihuacan son las pirámides del Sol y de la Luna. Pero este reino se expandió por gran parte del centro y sur del país. De hecho, una de sus aldeas centrales estaba en Xoco, en Coyoacán, la cual se descubrió recientemente.
El hallazgo
El descubrimiento de Xoco se remonta a 1977, cuando en un predio ubicado en Avenida Universidad 1200, encontraron restos prehispánicos durante las excavaciones que se hicieron para la construcción de unos edificios. Sin embargo, los trabajos arqueológicos empezaron recién hace 10 meses, y no fue hasta ahora cuando el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó que dichas piezas son en realidad vestigios teotihuacanos de 1700 años de antigüedad.
Dentro del terreno, la zona de investigación alcanza los 4.5 metros de profundidad. El equipo de arqueólogos liderado por Alberto Mena Cruz encontró en el lugar restos arquitectónicos, piezas de cerámica y piedra, y 30 entierros que siguen los patrones ceremoniales teotihuacanos. Otro indicio de que la aldea hallada en las profundidades del suelo perteneció a esta cultura es la disposición de los cimientos; cuatro habitaciones alrededor de un patio central.
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A primera instancia, lo que más relacionamos con Teotihuacan son las pirámides del Sol y de la Luna. Pero este reino se expandió por gran parte del centro y sur del país. De hecho, una de sus aldeas centrales estaba en Xoco, en Coyoacán, la cual se descubrió recientemente.
El hallazgo
El descubrimiento de Xoco se remonta a 1977, cuando en un predio ubicado en Avenida Universidad 1200, encontraron restos prehispánicos durante las excavaciones que se hicieron para la construcción de unos edificios. Sin embargo, los trabajos arqueológicos empezaron recién hace 10 meses, y no fue hasta ahora cuando el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó que dichas piezas son en realidad vestigios teotihuacanos de 1700 años de antigüedad.
Dentro del terreno, la zona de investigación alcanza los 4.5 metros de profundidad. El equipo de arqueólogos liderado por Alberto Mena Cruz encontró en el lugar restos arquitectónicos, piezas de cerámica y piedra, y 30 entierros que siguen los patrones ceremoniales teotihuacanos. Otro indicio de que la aldea hallada en las profundidades del suelo perteneció a esta cultura es la disposición de los cimientos; cuatro habitaciones alrededor de un patio central.
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