Dido y Eneas: la ópera en tiempos de igualdad - Gatopardo

La ópera en tiempos de igualdad

Yuriria Fanjul dirige la tragedia operística de una Dido moderna

Tiempo de lectura: 3 minutos

«Aquí está su proscenio y si se pasan, se pueden caer», dice Yuriria Fanjul a los actores y bailarines al señalar una línea improvisada en el ensayo para la ópera Dido y Eneas. Integrantes de la Orquesta y Coro de la Academia de Música Antigua de la UNAM y la Compañía Juvenil de Danza Contemporánea de la UNAM (DAJU) se preparan en el Salón de ensayos Madame Dambré del Centro Cultural de la Ciudad Universitaria.

El sonido armonioso del clavecín automáticamente traslada al espectador al siglo XVII, a través de esta obra, que forma parte del festival música y escena Im.Pulso de la UNAM. Sin embargo, en esta versión, Dido, reina de Cártago, es más fuerte y poderosa. Es amorosa con su Estado y aunque sufrirá la muerte simbólica de una parte suya, no se sumirá en la tragedia como apostaban Henry Purcell y el libretista Nahum Tate en 1689 al componerla. Aquí se explora qué hubiera pasado si Dido tomara el poder que le correspondía, dejando el papel de mujer sumisa que nadie nació para llenar.

Yuriria Fanjul, directora de escena de la ópera, se preguntó cuál era la relevancia de montar una obra clásica en este momento en un país como México. La también actriz y productora vinculó el contexto en el que fue escrita la ópera con el reinado de alguien como Elizabeth I de Inglaterra.

ópera Dido y Eneas

«Aquí está su proscenio y si se pasan, se pueden caer», dice Yuriria Fanjul a los actores y bailarines al señalar una línea improvisada en el ensayo para la ópera Dido y Eneas.

“A mí me pareció que no era tan raro que hubieran escogido la historia de la reina Dido de Cártago que se mató, en un contexto político como el de la Reina Isabel I. Entonces yo quise hacer un paralelo entre esos dos personajes”, explica Yuriria en entrevista con Gatopardo.

Dido sospecha del amor de Eneas una vez que asume su rol como reina de Cártago. Ella cree que el héroe troyano no la ama, aunque su hermana, Belinda, la convence de lo contrario. Con dudas, Dido empieza a creer en su amor, pese a que no quiere parecer una reina débil por entregarse a Eneas.

Sin embargo, unas brujas y una hechicera planean la caída de Cártago y Dido, apuntando hacia su ser amado. Envían a un elfo disfrazado de Mercurio, dios mensajero, quien le dice a Eneas que debe fundar la nueva Troya en Italia. Él, ante la posibilidad de ser un príncipe, decide partir en secreto.

Dido y Eneas

“A mí me pareció que no era tan raro que hubieran escogido la historia de la reina Dido de Cártago que se mató, en un contexto político como el de la Reina Isabel I. Entonces yo quise hacer un paralelo entre esos dos personajes”, explica Yuriria en entrevista con Gatopardo.

En vez de hacer que su poderosa protagonista se quite la vida -como está escrito en la ópera-, la directora hace que Dido tenga una ceremonia de castidad similar al matrimonio que tuvo la Reina Elizabeth I cuando se “casó” con el Estado de Inglaterra.

“Quizás la vida de familia, amorosa e íntima no es compatible con su rol público como jefa de Estado y, si no lo es, ¿por qué?”, reflexiona Yuriria Fanjul antes de arrancar el ensayo en presencia de Jorge Cózatl, el director concertador.

Como directora de ópera, ella ha trabajado en Inglaterra, España, Hungría, Alemania y en México. Para la estética de la obra se inspiraron en el surrealismo mexicano del siglo XX con pinturas de Remedios Varo y Leonora Carrington.

Jorge Cózatl

“Quizás la vida de familia, amorosa e íntima no es compatible con su rol público como jefa de Estado y, si no lo es, ¿por qué?”, reflexiona Yuriria Fanjul antes de arrancar el ensayo en presencia de Jorge Cózatl, el director concertador.

“Cuando hay magia, entran las cuestiones estéticas como lo surrealista que son una representación pictórica a lo invisible como el destino, la fuerza del albedrío, los astros que influyen en una decisión de Estado. En el Siglo XVII no había diferencia entre la ciencia y la magia”, explica con fascinación la directora.

“La muerte debe venir cuando él se haya ido”, pronuncia Dido en el libreto original.

Aunque Eneas vive su propia tragedia por responder al llamado de los dioses y el destino, la directora se quiso enfocar en construir una  Dido moderna.

“¿En qué momento vamos a tener un equilibrio para que todo sea más equitativo? No respondo esa pregunta, más bien la planteo. Tenemos que usar este personaje que es una reina y la manera en que canta esa tragedia, porque pega emocionalmente al público a pensar ‘¿qué tengo yo en común con esa mujer?’.

Dido y Eneas se presentará en la Sala Miguel Covarrubias el sábado 24 y domingo 25 de agosto y puedes ver la programación aquí.


 

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