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Oriundo de Veracruz, México, Xavi Loránd es un diseñador que se ha abierto camino en el ámbito a nivel internacional. Chivas Regal distingue su historia y la celebra para mostrar lo extraordinario de México.
Lo que se esperaba de él era lo más sencillo para tener asegurado el éxito: estudiar administración porque tanto su papá como todos sus tíos son muy reconocidos en esa profesión. Y así fue. Ante el impedimento familiar de dedicarse a otra cosa y en otro lugar, estudió un año de la carrera de Comercio Internacional en el puerto de Veracruz. Se sintió asfixiado y eso lo orilló a dejar su tierra natal.Fue entonces cuando Xavier Loránd (Veracruz, 1988) vendió su auto, compró un boleto de avión y, con una mano adelante y otra atrás, aterrizó en Londres, la capital del Reino Unido, en donde vivió durante tres años en los que hizo de todo: desde mudancero hasta ayudante de obra –pintar, quitar alfombras y papel tapiz, actividades de ese tipo– para un despacho que hacía remodelaciones de casas. Su única certeza inmediata era que debía ser autosuficiente porque, cuando dejó su casa, le advirtieron sus padres: “Chaparrito, aquí se acaba todo”.Y Xavier Loránd se marchó a construir su futuro.Un día, de manera fortuita, empezó a trabajar en un bar que estaba de súper moda y en donde inesperadamente se topó con un nuevo camino: el diseño industrial. Resultó que, durante la cata de una ginebra, el embajador de la marca comentó, así de pasada, que había un concurso que consistía en diseñar un vaso y una bebida. Con su exjefe de barra –que casualmente también había sido diseñador industrial—, la marca dejó una caja con arcilla para modelar, una libretita para bocetos y la invitación al evento. Cuando terminó la cata, Xavi Loránd –así firma actualmente sus diseños– bajó a la oficina para decir que quería participar en ese concurso. Su exjefe nada más se rio y le soltó un: “No, hombre, si tú ni estudios tienes”. El joven tenía 19 años. Admite que tal vez fue un poquitín arrogante porque respondió de inmediato: “Si me das la invitación, te aseguro que yo gano el concurso”.Xavi no fue el ganador, pero su propuesta quedó entre las cinco mejores del Reino Unido y la compañía mandó a fabricar sus vasos. Ése fue, dice, el parteaguas que le salvó la vida. Investigó más sobre el tema, siguió ahorrando y decidió el siguiente paso: estudiar la carrera de Diseño de Producto en España porque ese país ofrecía educación gratuita, incluso para los extranjeros como él.Después de revalidar el bachillerato, fue aceptado en el politécnico de Valencia, pero no pudo matricularse. Sin embargo, Xavi continuó trabajando y ahorrando como loco, ahora con los ojos puestos en el reputado Instituto Europeo de Diseño, campus Madrid, cuyo único inconveniente era que, por ser una institución educativa privada, con sus ahorros sólo le alcanzaría para pagar el 70 por ciento de la carrera y nada más. Cuando su padre conoció sus planes y la suma que el futuro diseñador había ahorrado en ese tiempo,“se fue de nalgas” –la expresión del diseñador es muy elocuente– y no dudó en apoyarlo para cumplir su sueño gracias al sorprendente empeño que había puesto.[read more]Así inició una extraordinaria y fulgurante trayectoria en el diseño de productos, cuyo centro de operaciones se encuentra en Loránd Studio. Su fundador y director creativo es Xavi. Los dos ejes principales bajo los que funciona el despacho son: la exploración de procesos innovadores de producción, con tecnologías, maquinarias y herramientas, tal vez, fuera de lo común, y la exploración, con responsabilidad ecológica, de materiales alternativos –como las bioresinas con café aglomerado, por ejemplo– que son más amigables con el medio ambiente. El segundo eje se empeña en lograr que el diseño, además de generar un vínculo emocional con el usuario por medio del arraigo, satisfaga necesidades específicas.El punto de partida de Xavi Loránd es aterrizar la información que le proporciona el cliente a través de tres o cinco palabras clave que engloban conceptos y sentimientos que serán traducidos a diseños. Es un profundo proceso de design thinking.La marca Chivas Regal Extra 13 –esa peculiar mezcla de whisky escocés añejado en barricas de tequila–, dentro de su campaña “Reconociendo lo extraordinario de México”, distinguió a Xavi Loránd en el terreno del diseño y le comisionó la escultura en madera del premio y la creación de una vajilla conmemorativa para que formaran parte de una experiencia inolvidable.Para la vajilla, y en apego a su propuesta de design thinking, Loránd se inspiró en tres ejes de la marca Chivas: craftsmanship (artesanía), wooden barrels (barricas de madera) y national heritage (la herencia nacional de México). La exploración lo llevó a Michoacán, a las piezas de barro trabajadas en torno y a dos tipos de pigmentos: uno representa a las barricas para el whisky y está hecho a base de ceniza de madera rescatada de los hornos de pan, y el otro es un pigmento mineral que tiene cobre en su formulación, material muy típico de la región y que al contacto con el calor del horno, genera los tonos verdes que dialogan con el color de Chivas.La mano artesana que produce formas irregulares con material típico de una localidad y que experimenta con los pigmentos dan como resultado lo que Xavi Loránd sintetiza como una expresión de la mexicanidad, y que Chivas reconoce como una manifestación de lo extraordinario en nuestro país.[/read]
Oriundo de Veracruz, México, Xavi Loránd es un diseñador que se ha abierto camino en el ámbito a nivel internacional. Chivas Regal distingue su historia y la celebra para mostrar lo extraordinario de México.
Lo que se esperaba de él era lo más sencillo para tener asegurado el éxito: estudiar administración porque tanto su papá como todos sus tíos son muy reconocidos en esa profesión. Y así fue. Ante el impedimento familiar de dedicarse a otra cosa y en otro lugar, estudió un año de la carrera de Comercio Internacional en el puerto de Veracruz. Se sintió asfixiado y eso lo orilló a dejar su tierra natal.Fue entonces cuando Xavier Loránd (Veracruz, 1988) vendió su auto, compró un boleto de avión y, con una mano adelante y otra atrás, aterrizó en Londres, la capital del Reino Unido, en donde vivió durante tres años en los que hizo de todo: desde mudancero hasta ayudante de obra –pintar, quitar alfombras y papel tapiz, actividades de ese tipo– para un despacho que hacía remodelaciones de casas. Su única certeza inmediata era que debía ser autosuficiente porque, cuando dejó su casa, le advirtieron sus padres: “Chaparrito, aquí se acaba todo”.Y Xavier Loránd se marchó a construir su futuro.Un día, de manera fortuita, empezó a trabajar en un bar que estaba de súper moda y en donde inesperadamente se topó con un nuevo camino: el diseño industrial. Resultó que, durante la cata de una ginebra, el embajador de la marca comentó, así de pasada, que había un concurso que consistía en diseñar un vaso y una bebida. Con su exjefe de barra –que casualmente también había sido diseñador industrial—, la marca dejó una caja con arcilla para modelar, una libretita para bocetos y la invitación al evento. Cuando terminó la cata, Xavi Loránd –así firma actualmente sus diseños– bajó a la oficina para decir que quería participar en ese concurso. Su exjefe nada más se rio y le soltó un: “No, hombre, si tú ni estudios tienes”. El joven tenía 19 años. Admite que tal vez fue un poquitín arrogante porque respondió de inmediato: “Si me das la invitación, te aseguro que yo gano el concurso”.Xavi no fue el ganador, pero su propuesta quedó entre las cinco mejores del Reino Unido y la compañía mandó a fabricar sus vasos. Ése fue, dice, el parteaguas que le salvó la vida. Investigó más sobre el tema, siguió ahorrando y decidió el siguiente paso: estudiar la carrera de Diseño de Producto en España porque ese país ofrecía educación gratuita, incluso para los extranjeros como él.Después de revalidar el bachillerato, fue aceptado en el politécnico de Valencia, pero no pudo matricularse. Sin embargo, Xavi continuó trabajando y ahorrando como loco, ahora con los ojos puestos en el reputado Instituto Europeo de Diseño, campus Madrid, cuyo único inconveniente era que, por ser una institución educativa privada, con sus ahorros sólo le alcanzaría para pagar el 70 por ciento de la carrera y nada más. Cuando su padre conoció sus planes y la suma que el futuro diseñador había ahorrado en ese tiempo,“se fue de nalgas” –la expresión del diseñador es muy elocuente– y no dudó en apoyarlo para cumplir su sueño gracias al sorprendente empeño que había puesto.[read more]Así inició una extraordinaria y fulgurante trayectoria en el diseño de productos, cuyo centro de operaciones se encuentra en Loránd Studio. Su fundador y director creativo es Xavi. Los dos ejes principales bajo los que funciona el despacho son: la exploración de procesos innovadores de producción, con tecnologías, maquinarias y herramientas, tal vez, fuera de lo común, y la exploración, con responsabilidad ecológica, de materiales alternativos –como las bioresinas con café aglomerado, por ejemplo– que son más amigables con el medio ambiente. El segundo eje se empeña en lograr que el diseño, además de generar un vínculo emocional con el usuario por medio del arraigo, satisfaga necesidades específicas.El punto de partida de Xavi Loránd es aterrizar la información que le proporciona el cliente a través de tres o cinco palabras clave que engloban conceptos y sentimientos que serán traducidos a diseños. Es un profundo proceso de design thinking.La marca Chivas Regal Extra 13 –esa peculiar mezcla de whisky escocés añejado en barricas de tequila–, dentro de su campaña “Reconociendo lo extraordinario de México”, distinguió a Xavi Loránd en el terreno del diseño y le comisionó la escultura en madera del premio y la creación de una vajilla conmemorativa para que formaran parte de una experiencia inolvidable.Para la vajilla, y en apego a su propuesta de design thinking, Loránd se inspiró en tres ejes de la marca Chivas: craftsmanship (artesanía), wooden barrels (barricas de madera) y national heritage (la herencia nacional de México). La exploración lo llevó a Michoacán, a las piezas de barro trabajadas en torno y a dos tipos de pigmentos: uno representa a las barricas para el whisky y está hecho a base de ceniza de madera rescatada de los hornos de pan, y el otro es un pigmento mineral que tiene cobre en su formulación, material muy típico de la región y que al contacto con el calor del horno, genera los tonos verdes que dialogan con el color de Chivas.La mano artesana que produce formas irregulares con material típico de una localidad y que experimenta con los pigmentos dan como resultado lo que Xavi Loránd sintetiza como una expresión de la mexicanidad, y que Chivas reconoce como una manifestación de lo extraordinario en nuestro país.[/read]
Oriundo de Veracruz, México, Xavi Loránd es un diseñador que se ha abierto camino en el ámbito a nivel internacional. Chivas Regal distingue su historia y la celebra para mostrar lo extraordinario de México.
Lo que se esperaba de él era lo más sencillo para tener asegurado el éxito: estudiar administración porque tanto su papá como todos sus tíos son muy reconocidos en esa profesión. Y así fue. Ante el impedimento familiar de dedicarse a otra cosa y en otro lugar, estudió un año de la carrera de Comercio Internacional en el puerto de Veracruz. Se sintió asfixiado y eso lo orilló a dejar su tierra natal.Fue entonces cuando Xavier Loránd (Veracruz, 1988) vendió su auto, compró un boleto de avión y, con una mano adelante y otra atrás, aterrizó en Londres, la capital del Reino Unido, en donde vivió durante tres años en los que hizo de todo: desde mudancero hasta ayudante de obra –pintar, quitar alfombras y papel tapiz, actividades de ese tipo– para un despacho que hacía remodelaciones de casas. Su única certeza inmediata era que debía ser autosuficiente porque, cuando dejó su casa, le advirtieron sus padres: “Chaparrito, aquí se acaba todo”.Y Xavier Loránd se marchó a construir su futuro.Un día, de manera fortuita, empezó a trabajar en un bar que estaba de súper moda y en donde inesperadamente se topó con un nuevo camino: el diseño industrial. Resultó que, durante la cata de una ginebra, el embajador de la marca comentó, así de pasada, que había un concurso que consistía en diseñar un vaso y una bebida. Con su exjefe de barra –que casualmente también había sido diseñador industrial—, la marca dejó una caja con arcilla para modelar, una libretita para bocetos y la invitación al evento. Cuando terminó la cata, Xavi Loránd –así firma actualmente sus diseños– bajó a la oficina para decir que quería participar en ese concurso. Su exjefe nada más se rio y le soltó un: “No, hombre, si tú ni estudios tienes”. El joven tenía 19 años. Admite que tal vez fue un poquitín arrogante porque respondió de inmediato: “Si me das la invitación, te aseguro que yo gano el concurso”.Xavi no fue el ganador, pero su propuesta quedó entre las cinco mejores del Reino Unido y la compañía mandó a fabricar sus vasos. Ése fue, dice, el parteaguas que le salvó la vida. Investigó más sobre el tema, siguió ahorrando y decidió el siguiente paso: estudiar la carrera de Diseño de Producto en España porque ese país ofrecía educación gratuita, incluso para los extranjeros como él.Después de revalidar el bachillerato, fue aceptado en el politécnico de Valencia, pero no pudo matricularse. Sin embargo, Xavi continuó trabajando y ahorrando como loco, ahora con los ojos puestos en el reputado Instituto Europeo de Diseño, campus Madrid, cuyo único inconveniente era que, por ser una institución educativa privada, con sus ahorros sólo le alcanzaría para pagar el 70 por ciento de la carrera y nada más. Cuando su padre conoció sus planes y la suma que el futuro diseñador había ahorrado en ese tiempo,“se fue de nalgas” –la expresión del diseñador es muy elocuente– y no dudó en apoyarlo para cumplir su sueño gracias al sorprendente empeño que había puesto.[read more]Así inició una extraordinaria y fulgurante trayectoria en el diseño de productos, cuyo centro de operaciones se encuentra en Loránd Studio. Su fundador y director creativo es Xavi. Los dos ejes principales bajo los que funciona el despacho son: la exploración de procesos innovadores de producción, con tecnologías, maquinarias y herramientas, tal vez, fuera de lo común, y la exploración, con responsabilidad ecológica, de materiales alternativos –como las bioresinas con café aglomerado, por ejemplo– que son más amigables con el medio ambiente. El segundo eje se empeña en lograr que el diseño, además de generar un vínculo emocional con el usuario por medio del arraigo, satisfaga necesidades específicas.El punto de partida de Xavi Loránd es aterrizar la información que le proporciona el cliente a través de tres o cinco palabras clave que engloban conceptos y sentimientos que serán traducidos a diseños. Es un profundo proceso de design thinking.La marca Chivas Regal Extra 13 –esa peculiar mezcla de whisky escocés añejado en barricas de tequila–, dentro de su campaña “Reconociendo lo extraordinario de México”, distinguió a Xavi Loránd en el terreno del diseño y le comisionó la escultura en madera del premio y la creación de una vajilla conmemorativa para que formaran parte de una experiencia inolvidable.Para la vajilla, y en apego a su propuesta de design thinking, Loránd se inspiró en tres ejes de la marca Chivas: craftsmanship (artesanía), wooden barrels (barricas de madera) y national heritage (la herencia nacional de México). La exploración lo llevó a Michoacán, a las piezas de barro trabajadas en torno y a dos tipos de pigmentos: uno representa a las barricas para el whisky y está hecho a base de ceniza de madera rescatada de los hornos de pan, y el otro es un pigmento mineral que tiene cobre en su formulación, material muy típico de la región y que al contacto con el calor del horno, genera los tonos verdes que dialogan con el color de Chivas.La mano artesana que produce formas irregulares con material típico de una localidad y que experimenta con los pigmentos dan como resultado lo que Xavi Loránd sintetiza como una expresión de la mexicanidad, y que Chivas reconoce como una manifestación de lo extraordinario en nuestro país.[/read]
Oriundo de Veracruz, México, Xavi Loránd es un diseñador que se ha abierto camino en el ámbito a nivel internacional. Chivas Regal distingue su historia y la celebra para mostrar lo extraordinario de México.
Lo que se esperaba de él era lo más sencillo para tener asegurado el éxito: estudiar administración porque tanto su papá como todos sus tíos son muy reconocidos en esa profesión. Y así fue. Ante el impedimento familiar de dedicarse a otra cosa y en otro lugar, estudió un año de la carrera de Comercio Internacional en el puerto de Veracruz. Se sintió asfixiado y eso lo orilló a dejar su tierra natal.Fue entonces cuando Xavier Loránd (Veracruz, 1988) vendió su auto, compró un boleto de avión y, con una mano adelante y otra atrás, aterrizó en Londres, la capital del Reino Unido, en donde vivió durante tres años en los que hizo de todo: desde mudancero hasta ayudante de obra –pintar, quitar alfombras y papel tapiz, actividades de ese tipo– para un despacho que hacía remodelaciones de casas. Su única certeza inmediata era que debía ser autosuficiente porque, cuando dejó su casa, le advirtieron sus padres: “Chaparrito, aquí se acaba todo”.Y Xavier Loránd se marchó a construir su futuro.Un día, de manera fortuita, empezó a trabajar en un bar que estaba de súper moda y en donde inesperadamente se topó con un nuevo camino: el diseño industrial. Resultó que, durante la cata de una ginebra, el embajador de la marca comentó, así de pasada, que había un concurso que consistía en diseñar un vaso y una bebida. Con su exjefe de barra –que casualmente también había sido diseñador industrial—, la marca dejó una caja con arcilla para modelar, una libretita para bocetos y la invitación al evento. Cuando terminó la cata, Xavi Loránd –así firma actualmente sus diseños– bajó a la oficina para decir que quería participar en ese concurso. Su exjefe nada más se rio y le soltó un: “No, hombre, si tú ni estudios tienes”. El joven tenía 19 años. Admite que tal vez fue un poquitín arrogante porque respondió de inmediato: “Si me das la invitación, te aseguro que yo gano el concurso”.Xavi no fue el ganador, pero su propuesta quedó entre las cinco mejores del Reino Unido y la compañía mandó a fabricar sus vasos. Ése fue, dice, el parteaguas que le salvó la vida. Investigó más sobre el tema, siguió ahorrando y decidió el siguiente paso: estudiar la carrera de Diseño de Producto en España porque ese país ofrecía educación gratuita, incluso para los extranjeros como él.Después de revalidar el bachillerato, fue aceptado en el politécnico de Valencia, pero no pudo matricularse. Sin embargo, Xavi continuó trabajando y ahorrando como loco, ahora con los ojos puestos en el reputado Instituto Europeo de Diseño, campus Madrid, cuyo único inconveniente era que, por ser una institución educativa privada, con sus ahorros sólo le alcanzaría para pagar el 70 por ciento de la carrera y nada más. Cuando su padre conoció sus planes y la suma que el futuro diseñador había ahorrado en ese tiempo,“se fue de nalgas” –la expresión del diseñador es muy elocuente– y no dudó en apoyarlo para cumplir su sueño gracias al sorprendente empeño que había puesto.[read more]Así inició una extraordinaria y fulgurante trayectoria en el diseño de productos, cuyo centro de operaciones se encuentra en Loránd Studio. Su fundador y director creativo es Xavi. Los dos ejes principales bajo los que funciona el despacho son: la exploración de procesos innovadores de producción, con tecnologías, maquinarias y herramientas, tal vez, fuera de lo común, y la exploración, con responsabilidad ecológica, de materiales alternativos –como las bioresinas con café aglomerado, por ejemplo– que son más amigables con el medio ambiente. El segundo eje se empeña en lograr que el diseño, además de generar un vínculo emocional con el usuario por medio del arraigo, satisfaga necesidades específicas.El punto de partida de Xavi Loránd es aterrizar la información que le proporciona el cliente a través de tres o cinco palabras clave que engloban conceptos y sentimientos que serán traducidos a diseños. Es un profundo proceso de design thinking.La marca Chivas Regal Extra 13 –esa peculiar mezcla de whisky escocés añejado en barricas de tequila–, dentro de su campaña “Reconociendo lo extraordinario de México”, distinguió a Xavi Loránd en el terreno del diseño y le comisionó la escultura en madera del premio y la creación de una vajilla conmemorativa para que formaran parte de una experiencia inolvidable.Para la vajilla, y en apego a su propuesta de design thinking, Loránd se inspiró en tres ejes de la marca Chivas: craftsmanship (artesanía), wooden barrels (barricas de madera) y national heritage (la herencia nacional de México). La exploración lo llevó a Michoacán, a las piezas de barro trabajadas en torno y a dos tipos de pigmentos: uno representa a las barricas para el whisky y está hecho a base de ceniza de madera rescatada de los hornos de pan, y el otro es un pigmento mineral que tiene cobre en su formulación, material muy típico de la región y que al contacto con el calor del horno, genera los tonos verdes que dialogan con el color de Chivas.La mano artesana que produce formas irregulares con material típico de una localidad y que experimenta con los pigmentos dan como resultado lo que Xavi Loránd sintetiza como una expresión de la mexicanidad, y que Chivas reconoce como una manifestación de lo extraordinario en nuestro país.[/read]
Lo que se esperaba de él era lo más sencillo para tener asegurado el éxito: estudiar administración porque tanto su papá como todos sus tíos son muy reconocidos en esa profesión. Y así fue. Ante el impedimento familiar de dedicarse a otra cosa y en otro lugar, estudió un año de la carrera de Comercio Internacional en el puerto de Veracruz. Se sintió asfixiado y eso lo orilló a dejar su tierra natal.Fue entonces cuando Xavier Loránd (Veracruz, 1988) vendió su auto, compró un boleto de avión y, con una mano adelante y otra atrás, aterrizó en Londres, la capital del Reino Unido, en donde vivió durante tres años en los que hizo de todo: desde mudancero hasta ayudante de obra –pintar, quitar alfombras y papel tapiz, actividades de ese tipo– para un despacho que hacía remodelaciones de casas. Su única certeza inmediata era que debía ser autosuficiente porque, cuando dejó su casa, le advirtieron sus padres: “Chaparrito, aquí se acaba todo”.Y Xavier Loránd se marchó a construir su futuro.Un día, de manera fortuita, empezó a trabajar en un bar que estaba de súper moda y en donde inesperadamente se topó con un nuevo camino: el diseño industrial. Resultó que, durante la cata de una ginebra, el embajador de la marca comentó, así de pasada, que había un concurso que consistía en diseñar un vaso y una bebida. Con su exjefe de barra –que casualmente también había sido diseñador industrial—, la marca dejó una caja con arcilla para modelar, una libretita para bocetos y la invitación al evento. Cuando terminó la cata, Xavi Loránd –así firma actualmente sus diseños– bajó a la oficina para decir que quería participar en ese concurso. Su exjefe nada más se rio y le soltó un: “No, hombre, si tú ni estudios tienes”. El joven tenía 19 años. Admite que tal vez fue un poquitín arrogante porque respondió de inmediato: “Si me das la invitación, te aseguro que yo gano el concurso”.Xavi no fue el ganador, pero su propuesta quedó entre las cinco mejores del Reino Unido y la compañía mandó a fabricar sus vasos. Ése fue, dice, el parteaguas que le salvó la vida. Investigó más sobre el tema, siguió ahorrando y decidió el siguiente paso: estudiar la carrera de Diseño de Producto en España porque ese país ofrecía educación gratuita, incluso para los extranjeros como él.Después de revalidar el bachillerato, fue aceptado en el politécnico de Valencia, pero no pudo matricularse. Sin embargo, Xavi continuó trabajando y ahorrando como loco, ahora con los ojos puestos en el reputado Instituto Europeo de Diseño, campus Madrid, cuyo único inconveniente era que, por ser una institución educativa privada, con sus ahorros sólo le alcanzaría para pagar el 70 por ciento de la carrera y nada más. Cuando su padre conoció sus planes y la suma que el futuro diseñador había ahorrado en ese tiempo,“se fue de nalgas” –la expresión del diseñador es muy elocuente– y no dudó en apoyarlo para cumplir su sueño gracias al sorprendente empeño que había puesto.[read more]Así inició una extraordinaria y fulgurante trayectoria en el diseño de productos, cuyo centro de operaciones se encuentra en Loránd Studio. Su fundador y director creativo es Xavi. Los dos ejes principales bajo los que funciona el despacho son: la exploración de procesos innovadores de producción, con tecnologías, maquinarias y herramientas, tal vez, fuera de lo común, y la exploración, con responsabilidad ecológica, de materiales alternativos –como las bioresinas con café aglomerado, por ejemplo– que son más amigables con el medio ambiente. El segundo eje se empeña en lograr que el diseño, además de generar un vínculo emocional con el usuario por medio del arraigo, satisfaga necesidades específicas.El punto de partida de Xavi Loránd es aterrizar la información que le proporciona el cliente a través de tres o cinco palabras clave que engloban conceptos y sentimientos que serán traducidos a diseños. Es un profundo proceso de design thinking.La marca Chivas Regal Extra 13 –esa peculiar mezcla de whisky escocés añejado en barricas de tequila–, dentro de su campaña “Reconociendo lo extraordinario de México”, distinguió a Xavi Loránd en el terreno del diseño y le comisionó la escultura en madera del premio y la creación de una vajilla conmemorativa para que formaran parte de una experiencia inolvidable.Para la vajilla, y en apego a su propuesta de design thinking, Loránd se inspiró en tres ejes de la marca Chivas: craftsmanship (artesanía), wooden barrels (barricas de madera) y national heritage (la herencia nacional de México). La exploración lo llevó a Michoacán, a las piezas de barro trabajadas en torno y a dos tipos de pigmentos: uno representa a las barricas para el whisky y está hecho a base de ceniza de madera rescatada de los hornos de pan, y el otro es un pigmento mineral que tiene cobre en su formulación, material muy típico de la región y que al contacto con el calor del horno, genera los tonos verdes que dialogan con el color de Chivas.La mano artesana que produce formas irregulares con material típico de una localidad y que experimenta con los pigmentos dan como resultado lo que Xavi Loránd sintetiza como una expresión de la mexicanidad, y que Chivas reconoce como una manifestación de lo extraordinario en nuestro país.[/read]
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