Galería López Quiroga: Capturar el trayecto
La Galería López Quiroga, en el corazón de Polanco, es un excelente lugar para ver fotografía de altísima calidad.
La Galería López Quiroga -fundada en 1980- es un excelente lugar para ver fotografía de altísima calidad y eso siempre me lleva hasta ahí. En esta ocasión estaba decidida a visitar la muestra “Naturaleza quieta”, que reúne el trabajo de Lola y Manuel Álvarez Bravo, Kati Horna, Graciela Iturbide, Pedro Meyer, Nacho López, Armando Salas Portugal y cerca de 40 fotógrafos más.
Este magnífico espacio está en el corazón de Polanco, uno de mis sitios favoritos de la ciudad. Es una lástima que entrar y salir de ahí implique enfrentarse a un tránsito pesadísimo que demanda una paciencia infinita. Pero nada de eso me detiene cuando hay una exhibición que me interesa. Todo es cuestión de mentalizarme, reclinar un poco el asiento de mi vehículo y poner a todo volumen mi más reciente playlist de jazz, para que resuene como si fuera en vivo. La experiencia es absoluta, me encapsula y me aísla de toda distracción, no hay vibraciones, un molesto claxon o bullicio, dentro de una Buick Encore, sólo reina la voz de mi cantante favorita y el grandioso saxofón que la acompaña.
Una vez ahí, fue un verdadero placer recorrer las tres salas de la galería, rodeadas de espléndidas imágenes en blanco y negro que retratan un México urbano y rural, bello, poético, atrapado en el tiempo y no suficientemente explorado. Las fotografías de Mariana Yampolsky muestran los aparadores olvidados de la calle de algún pueblo, donde se exhiben ropa y zapatos que nadie ha querido comprar, quizá por años. Nacho López retrata el Panteón Civil de Dolores, el mayor de la ciudad, donde hay más de 700,000 tumbas. Entre ellas está la Rotonda de las Personas Ilustres, donde yacen los restos de personajes como David Alfaro Siqueiros, Agustín Lara o José Clemente Orozco.
El dueño de la galería, Ramón López Quiroga, es un coleccionista, crítico y observador atento del arte moderno y contemporáneo. Durante mi visita tuve la suerte de encontrarlo en su oficina, en el segundo piso, rodeado de libros y siempre dispuesto a compartir su conocimiento y recorrer la galería junto a los visitantes. Su hijo, el fotógrafo Pablo López Luz, también estaba por ahí de visita y tuve la fortuna de conocerlo y platicar con él sobre sus proyectos fotográficos en Acapulco y la frontera con Estados Unidos.
Esta galería tiene, además, otro punto a su favor: edita catálogos y libros de pintura. Hojearlos o comprarlos es otra oportunidad de conocer el trabajo de artistas que pueden o no estar en exhibición. Aproveché para comprar algunos y prometí volver pronto para adquirir más y no perderme la siguiente exhibición. Apoyar el arte y la cultura es una de mis pasiones, y cada vez que visito un espacio como éste salgo convencida de que es una de las formas más efectivas de logar un cambio en nuestra sociedad. Así son mis tardes, así es nuestro lujo, nuestros momentos.
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