Nan de Miguel, mejor conocida como Girl Ultra, recibió a Gatopardo en el calor de una oficina en la Condesa con pretexto de su participación en la sexta edición de Ceremonia. Sus respuestas son cortas, concisas, refrescantes para este calor primaveral. Habla de sus pasiones, sus recuerdos, habla de su nostalgia, siempre presente y nutriendo sus piezas.

Su carrera musical empezó como vocalista de la banda AFFER, que hacía principalmente música disco, pero su curiosidad por sonidos más suaves la motivaron para empezar su propio proyecto. “Lo que nos unió fueron influencias en común, pero las influencias particulares nos separaron porque se volvieron muy fuertes y siempre había tenido esta inquietud de ser yo el único filtro de mis ideas”.

En realidad, su relación con la música comenzó mucho antes, cuando sus padres se separaron y su padre, cada dos semanas que lo veía, le llevaba música para que escuchara. “Empezó desde Pink Floyd, que es su banda favorita. David Bowie o Aretha Franklin y Paco de Lucía, de todo. Me empapó de todo y nada me daba esta satisfacción y esta adrenalina como la música”, cuenta de Miguel.

Girl Ultra es toda sobre la nostalgia. Su música, su moda, sus audiovisuales, remontan a tiempos más tranquilos, a voces calmadas, beats un poco más lentos. Rhythm and blues que provoca movimiento, pero desde adentro. “Lo considero un género que en cuanto a la línea melódica y las progresiones están muy ligadas a las conexiones humanas y al sentimiento, como que es muy pura. Si tu escuchas la voz de grandes intérpretes de Soul y de R&B puedes no entender lo que están diciendo, pero realmente lo sientes”.

El 6 de abril esta chica regiomontana se subirá al Escenario Corona, del Festival Ceremonia. Para ella, el momento de tocar en vivo es prácticamente académico: “veo los escenarios como aprendizaje, como un lugar donde pueda aprender cosas, qué mejorar, qué restar y qué sumar a un show,” asegura. “Un show en vivo para un artista es el momento más puro en que puedes presentar tu música y tus track para que veas si realmente la gente se mueve, si hay que hacer las canciones un poco más rápidas, si adaptarlas”.

Se ha presentado en otros festivales en México como el Nrmal en el 2017 y el Grrrl Noise a principios de este año, sin embargo, es la primera vez que va al festival de Sicario para subirse en el escenario. “Es un reto, y en particular Ceremonia, que es un festival al que yo he ido como asistente en la mayoría de las ediciones, creo que tuvo que crecer el proyecto y la talla del show para llegar al nivel en el que está cada escenario”.

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Ese crecimiento del que habla se puede leer en su recorrido como solista. Después de separarse de Tyrell, Wet Baes (sus compañeros en AFFER), sacó un primer single, “U Betta” y después el EP, Boys, en los que se siente su cercanía con el género, su pasión y su tremendo talento, pero en su más reciente producción, el EP Adiós, muestra madurez musical. Se sienten esas reflexiones, esos procesos mejorados y consejos tomados.

Dentro de la nostalgia que empapa su música, también hay un deseo de dejar ir, de no seguirle dando vueltas a lo mismo, de cambiar y crecer. Adiós está inspirado en eso, en soltar: “Se puede interpretar como que es a una relación y a alguien, pero con esto conlleva a perjuicios, a miedos, a partes de tí que te estaban reteniendo para crecer, no sé… creo que es el adiós al apego en general, a todo”.

Por ahí de las cinco de la tarde, esta joven de tan sólo 21 años tendrá la oportunidad de enseñar todo ese crecimiento musical, de demostrar su desapego, sus aprendizajes y maestrías del género que está revolucionando, pues en Latinoamérica es prácticamente imposible escuchar mujeres que se aventuren a hacer R&B.