Las recientes victorias cinematográficas de Guillermo del Toro fueron recibidas por los mexicanos con una alegría que usualmente se reserva para la Selección Nacional de Futbol. Después de ganar el Oscar a Mejor Director y Mejor Película por su noveno largometraje La forma del agua, el cineasta tapatío visitó la 33ª edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara para compartir su conocimiento con miles de fans en una serie de clases magistrales cuyo cupo se agotó en cuestión de horas.

El 10 de marzo estuvo dedicado a él casi por completo, pues en tan solo 24 horas dio la primera clase magistral, inauguró la nueva cineteca de la Universidad de Guadalajara, presentó una beca para estudiantes de cine y anunció las fechas para la esperada exposición de su colección privada que ya recorrió Los Ángeles, Minneapolis y Toronto.

Foto: FICG / Nabil Quintero Milián

Para celebrar su simbólico regreso a casa –su natal Guadalajara–, Del Toro inauguró la primera sala (de cinco) de la nueva Cineteca de la Universidad de Guadalajara, que porta el nombre del galardonado director. Esta sala cuenta con 358 butacas, su proyector es uno de los más sofisticados que existen en el mercado y que permite reproducir contenidos en 4K con 60 fotogramas por segundo, además de películas en 3D. Es la segunda sala de cine en el país que cuenta con estas características; la otra está en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), en la Ciudad de México.

Foto: FICG / Daniel Gama

En un segundo acto de generosidad y compromiso con el cine mexicano, Del Toro anunció la Beca Internacional Jenkins-Del Toro, que será entregada de manera anual durante el FICG. Esta beca, que otorgará en colaboración con la Fundación Mary Street Jenkins, costeará la totalidad de los estudios de cine en el extranjero de algún nuevo talento mexicano; cubrirá hasta cuatro años de carrera, traslado al país donde vaya a estudiar, entre otros detalles. El jurado que seleccionará al ganador será presidido por el propio Del Toro.

“Si cambiamos una vida; si cambiamos una historia, cambiamos una generación,” dijo Del Toro al presentar esta beca. “Así como yo tuve un momento en que hubo gente que creyó en mí, y tuve que seguir por décadas trabajando. Ese es el deseo de la beca, que haya alguien que diga ‘quiero hacerlo y voy a hacerlo’, a quien una de estas señales le cambie la vida y nos la cambie a todos”.

La cereza de este pastel cinematográfico fue el anuncio de la llegada a México de “En casa con los monstruos”, exhibición de la colección privada de arte y utilería de Guillermo del Toro que ya ha recorrido Los Ángeles, Minneapolis y Toronto. Esta exhibición llegará a México en 2019 y tendrá dos sedes: el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara (MUSA) de marzo a julio de 2019 y la Cineteca Nacional, en la Ciudad de México, de agosto a diciembre del mismo año. La curaduría será distinta de las versiones anteriores y será hecha por Eugenio Caballero, diseñador de producción y arte que ganó el Oscar en 2007 por El laberinto del fauno (2006), cinta emblemática de Guillermo del Toro.

Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero Guillermo del Toro es mucho más que eso: es el hijo favorito de Guadalajara y sin duda uno de los más amados de todo el país.

Con información de Sofía Viramontes, enviada especial en Guadalajara.

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