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Entre mensajes confusos y recortes repentinos, el cine mexicano lleva meses pelando por los fondos gubernamentales que le quedan en este sexenio. Las voces de la comunidad cinematográfica se han levantado para defender al FIDECINE.
Twitter reventó el 20 de mayo con las voces de cineastas, actores, cinéfilos y amantes de la cultura en México. Una vez más –en un lapso de dos meses– el gobierno mexicano atentaba en contra del séptimo arte nacional: dos diputados de Morena —Dolores Padierna y Mario Delgado— querían eliminar el FIDECINE, el único fondo gubernamental para apoyar el cine que quedaba después de que el presidente López Obrador decretara la desaparición de los fideicomisos sin estructura orgánica.
Propusieron modificar Ley Federal de Cinematografía al derogar del artículo 33 al 38 para acabar con el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine. “Enfrentar el impacto económico del Covid-19 sin endeudar al país. La extinción de fideicomisos va en ese sentido. Vamos a revisar cada caso propuesto en la iniciativa de hoy con mucha responsabilidad y sensibilidad”, publicó Mario Delgado en Twitter. Además del FIDECINE la propuesta pide eliminar otros 44 fideicomisos que no se fueron en el decreto del presidente.
Las voces de miles de manifestantes se reunieron con el hashtag #AlertaCine, pero no fue hasta que intervino Guillermo Del Toro que quienes propusieron el nuevo recorte se prestaran al diálogo. El cineasta empezó reclamando la falta de claridad sobre los recortes que se hicieron en el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) y continuó sobre la serie de decisiones que se han tomado y que dejan al cine nacional pendiendo de un hilo.
El conflicto que derivó en #AlertaCine es que el cine (y la cultura en general) ha recibido muchos golpes este 2020. Empezó el 2 de abril, cuando se decretó acabar con el FOPROCINE, un caldero de nuevos cineastas que apoyaba sobre todo a operas primas y piezas de autor. Se declaró que ese fondo pasaría a ser parte del FIDECINE, que ahora querían borrar también. Además se hizo un recorte al IMCINE, que María Novaro, su directora, dice que equivale a un 12%.
Respetuosamente pedimos entonces algo mas que un mensaje. Pedimos una reunion inmedita con representantes plurales de la comunidad cinematografica- de todas las generaciones y generos posibles para remover cualquier ambiguedad. https://t.co/MToSyhqnwC — Guillermo del Toro (@RealGDT) May 21, 2020
“Se vuelve muy violento poder entender por qué tomaron un decisión así ahorita”, dice la cineasta Natalia Beristáin al teléfono. Su carrera tomó vuelo gracias al FOPROCINE, al becar la posproducción de su opera prima, No quiero dormir sola (2012). “Quiero creer, con mi voto de por medio, que hay buenas intenciones detrás, pero que no se están tomando con la capacidad ni de respuesta ni de articulación, que un movimiento de esta naturaleza requiere”. Beristáin está frustrada. Se le corta la voz durante varios momentos de la entrevista. “Me tiene muy jodida, como te podrás dar cuenta”, dice la directora de Los adioses (2018).
Beristáin, como muchos otros miembros de la comunidad cinematográfica, no entiende por qué se están tomando estas decisiones, sobre todo cuando la campaña del gobierno de izquierda prometió que la cultura sería abrazada, cuidada y crecida. Ahora, entre la mezcla de un virus que ha detenido todo el mundo y un gobierno que parece estarse echando para atrás en las promesas que le hicieron a sus seguidores, la directora de Los adioses (2018) no sabe qué pensar.
“Nos parece preocupante que se haya tomado una decisión de esta envergadura, que tendrá consecuencias para la actividad cinematográfica y artística del país, sin haber escuchado la voz de quienes nos dedicamos a estas disciplinas,”
El término gaslighting o luz de gas se ha hecho muy famoso en los últimos años a raíz de los movimientos feministas. Se refiere a cuando una persona (o personas) hacen abuso psicológico al presentar una serie de evidencias para confundir a otra y hacerle cuestionar su percepción, cordura o memoria.
“Por un lado tenemos a la Secretaria de Función Pública (Irma Eréndira Sandoval) refiriéndose a estas expresiones de descontento con desdén y casi en el insulto. Por otro, tenemos a la Secretaria de Cultura (Alejandra Frausto) prácticamente diciendo: no aquí no pasó nada, pero de qué hablan, si todo sigue igual y hay más apoyos…”, dice al teléfono Kyzza Terrazas, cineasta que también ha construido su carrera con el apoyo de los fideicomisos, y además fue jurado del FOPROCINE.
Terrazas fue guionista de la cinta Déficit (2007), la cual fue dirigida por Gael García Bernal. Fue productor de Drama/Mex (2006), Voy a Explotar (2008), No quiero dormir sola (2012). Debutó como director con el documental El lenguaje de los machetes (2011), que se estrenó en el Festival de Cine de Venecia. En 2016 sacó el documental Somos lengua (2016), sobre el hip-hop en México. Su más reciente producción es Bayoneta (2018). “Por donde le veamos, creo que es desastroso y si no fuera así es que estamos simplemente locos”, reclama el cineasta. Los mensajes contradictorios y agresivos del gobierno no le hacen sentido; “Había esta sensación de equipo, de que vamos juntos, y creo que desde que comenzó a ejercer el poder de este nuevo gobierno, comenzaron un poco los desconciertos”.
En diálogo extraordinario con la comunidad cinematográfica, llegamos a los siguentes acuerdos: 1. El #FIDECINE NO desaparecerá 2. Hacer equipo para plantear estrategias que hagan crecer a la industria 3. Apoyo a los acuerdos del @imcine. ¡Gracias @SergioMayerb y @alefrausto ! pic.twitter.com/TeYhWEjRXL — Mario Delgado (@mario_delgado) May 22, 2020
Por ejemplo, Alejandra Frausto declaró durante la campaña presidencial: “Daremos continuidad a los fondos que apoyan a la producción cinematográfica –EFICINE, FOPROCINE y FIDECINE–, que tan buenos resultados han dado al crecimiento del quehacer cinematográfico, dando trabajo y sustento a miles de familias mexicanas”.
También, el 16 de abril, una semana después de haber mandado quitar la mayoría de los fondos para la cultura, López Obrador dijo durante una conferencia de prensa: “¿Cómo vamos a dejar sin becas a los creadores? ¡Claro que no! Si nos importa mucho el fomento a la cultura, a las artes, no somos conservadores”.
“Nos parece preocupante que se haya tomado una decisión de esta envergadura, que tendrá consecuencias para la actividad cinematográfica y artística del país, sin haber escuchado la voz de quienes nos dedicamos a estas disciplinas”, publicó la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) en un comunicado que sacaron poco después de que el presidente decretó los primeros recortes. La directora de la Academia, Mónica Lozano, agrega en entrevista con Gatopardo que el Estado tiene una responsabilidad sobre el fomento cultural, establecida incluso en la Constitución: “deben ellos de crear la diversidad, pluralidad de los contenidos que nos identifican y que nos dan soberanía y que nos da a a conocer al mundo”.
“Un país que no apoya al cine es uno que no muestra sus historias y que no se transforma en conjunto. También en palabras de Guillermo Arriaga, 'es un pueblo propicio a la derrota'”.
La campaña en las redes sociales reclama el impacto que los recortes al cine tendrán en la vida de los miles de mexicanos que trabajan en la industria. Según el INEGI en el 2018, el cine creó más de 30 mil empleos en México. Además de los salarios para los actores, directores y fotógrafos, que suelen ser los más conocidos, hacer películas emplean a muchísimos más, a “los invisibles”, como quien controla las cámaras, los sonidistas, los carpinteros y pintores, asistentes, la gente que limpia los sets, la gente que hace la comida para los días de filmación, los editores, los músicos y compositores, la gente que hace los castings, los microfonistas, los médicos que están en los sets, los maquillistas, los tramoyistas.
El cine mexicano es de todas y todos. De él dependen cientos de familias. Mira quienes están detrás de cada película #ElCineEsDeTodxs #MiFamiliaViveDelCineMexicano #AlertaCine pic.twitter.com/B4GT0GjkO6 — Alex Andrade Pease (@alex_a_pease) May 24, 2020
Incluso Netflix organizó un sistema de apoyos a la comunidad cinematográfica en México, de la mano con la AMACC. Donaron 25 millones de pesos para ayudar a trabajadores técnicos y manuales que, con todas las producciones frenadas por el coronavirus, no recibirán ningún ingreso. La mayoría de la gente de la industria recibe sus ingresos por proyecto, así que si no hay película, no hay dinero.
La presión en las redes sociales fue efectiva. Tras la intervención de Del Toro, Sergio Mayer Bretón, diputado y presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía, lo invitó a una reunión digital que se llevó a cabo el 21 de mayo por la noche. Participaron los diputados que querían extinguir el fideicomiso, Alejandra Frausto, Meyer y los cineastas más reconocidos del país: Del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón, además de otros miembros de la comunidad cinematográfica.
El FIDECINE se salvó. Se decidió que se haría un análisis, junto con representantes de la industria para que la Ley de Austeridad no le corte todas las posibilidades al cine mexicano, además de continuar los apoyos para el IMCINE. El discurso del gobierno cambió una vez más, al declarar que los recortes se harán a través de un Parlamento Abierto para “determinar cuál es la mejor manera de administrar los recursos”, publicó Delgado.
“Yo recuerdo de adolescente la alegría (y por tanto bienestar) de ver, por primera vez en una película, el Parque de los Venados (La lucha de la pantera, y la dirigió mi extrañado Beto Bojórquez). El cine contaba mis historias, en mis rumbos, con rostros parecidos a los nuestros”, dijo el cineasta Guillermo Arriaga. Un país que no apoya al cine es uno que no muestra sus historias y que no se transforma en conjunto. También en palabras de Arriaga, “es un pueblo propicio a la derrota”.
Entre mensajes confusos y recortes repentinos, el cine mexicano lleva meses pelando por los fondos gubernamentales que le quedan en este sexenio. Las voces de la comunidad cinematográfica se han levantado para defender al FIDECINE.
Twitter reventó el 20 de mayo con las voces de cineastas, actores, cinéfilos y amantes de la cultura en México. Una vez más –en un lapso de dos meses– el gobierno mexicano atentaba en contra del séptimo arte nacional: dos diputados de Morena —Dolores Padierna y Mario Delgado— querían eliminar el FIDECINE, el único fondo gubernamental para apoyar el cine que quedaba después de que el presidente López Obrador decretara la desaparición de los fideicomisos sin estructura orgánica.
Propusieron modificar Ley Federal de Cinematografía al derogar del artículo 33 al 38 para acabar con el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine. “Enfrentar el impacto económico del Covid-19 sin endeudar al país. La extinción de fideicomisos va en ese sentido. Vamos a revisar cada caso propuesto en la iniciativa de hoy con mucha responsabilidad y sensibilidad”, publicó Mario Delgado en Twitter. Además del FIDECINE la propuesta pide eliminar otros 44 fideicomisos que no se fueron en el decreto del presidente.
Las voces de miles de manifestantes se reunieron con el hashtag #AlertaCine, pero no fue hasta que intervino Guillermo Del Toro que quienes propusieron el nuevo recorte se prestaran al diálogo. El cineasta empezó reclamando la falta de claridad sobre los recortes que se hicieron en el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) y continuó sobre la serie de decisiones que se han tomado y que dejan al cine nacional pendiendo de un hilo.
El conflicto que derivó en #AlertaCine es que el cine (y la cultura en general) ha recibido muchos golpes este 2020. Empezó el 2 de abril, cuando se decretó acabar con el FOPROCINE, un caldero de nuevos cineastas que apoyaba sobre todo a operas primas y piezas de autor. Se declaró que ese fondo pasaría a ser parte del FIDECINE, que ahora querían borrar también. Además se hizo un recorte al IMCINE, que María Novaro, su directora, dice que equivale a un 12%.
Respetuosamente pedimos entonces algo mas que un mensaje. Pedimos una reunion inmedita con representantes plurales de la comunidad cinematografica- de todas las generaciones y generos posibles para remover cualquier ambiguedad. https://t.co/MToSyhqnwC — Guillermo del Toro (@RealGDT) May 21, 2020
“Se vuelve muy violento poder entender por qué tomaron un decisión así ahorita”, dice la cineasta Natalia Beristáin al teléfono. Su carrera tomó vuelo gracias al FOPROCINE, al becar la posproducción de su opera prima, No quiero dormir sola (2012). “Quiero creer, con mi voto de por medio, que hay buenas intenciones detrás, pero que no se están tomando con la capacidad ni de respuesta ni de articulación, que un movimiento de esta naturaleza requiere”. Beristáin está frustrada. Se le corta la voz durante varios momentos de la entrevista. “Me tiene muy jodida, como te podrás dar cuenta”, dice la directora de Los adioses (2018).
Beristáin, como muchos otros miembros de la comunidad cinematográfica, no entiende por qué se están tomando estas decisiones, sobre todo cuando la campaña del gobierno de izquierda prometió que la cultura sería abrazada, cuidada y crecida. Ahora, entre la mezcla de un virus que ha detenido todo el mundo y un gobierno que parece estarse echando para atrás en las promesas que le hicieron a sus seguidores, la directora de Los adioses (2018) no sabe qué pensar.
“Nos parece preocupante que se haya tomado una decisión de esta envergadura, que tendrá consecuencias para la actividad cinematográfica y artística del país, sin haber escuchado la voz de quienes nos dedicamos a estas disciplinas,”
El término gaslighting o luz de gas se ha hecho muy famoso en los últimos años a raíz de los movimientos feministas. Se refiere a cuando una persona (o personas) hacen abuso psicológico al presentar una serie de evidencias para confundir a otra y hacerle cuestionar su percepción, cordura o memoria.
“Por un lado tenemos a la Secretaria de Función Pública (Irma Eréndira Sandoval) refiriéndose a estas expresiones de descontento con desdén y casi en el insulto. Por otro, tenemos a la Secretaria de Cultura (Alejandra Frausto) prácticamente diciendo: no aquí no pasó nada, pero de qué hablan, si todo sigue igual y hay más apoyos…”, dice al teléfono Kyzza Terrazas, cineasta que también ha construido su carrera con el apoyo de los fideicomisos, y además fue jurado del FOPROCINE.
Terrazas fue guionista de la cinta Déficit (2007), la cual fue dirigida por Gael García Bernal. Fue productor de Drama/Mex (2006), Voy a Explotar (2008), No quiero dormir sola (2012). Debutó como director con el documental El lenguaje de los machetes (2011), que se estrenó en el Festival de Cine de Venecia. En 2016 sacó el documental Somos lengua (2016), sobre el hip-hop en México. Su más reciente producción es Bayoneta (2018). “Por donde le veamos, creo que es desastroso y si no fuera así es que estamos simplemente locos”, reclama el cineasta. Los mensajes contradictorios y agresivos del gobierno no le hacen sentido; “Había esta sensación de equipo, de que vamos juntos, y creo que desde que comenzó a ejercer el poder de este nuevo gobierno, comenzaron un poco los desconciertos”.
En diálogo extraordinario con la comunidad cinematográfica, llegamos a los siguentes acuerdos: 1. El #FIDECINE NO desaparecerá 2. Hacer equipo para plantear estrategias que hagan crecer a la industria 3. Apoyo a los acuerdos del @imcine. ¡Gracias @SergioMayerb y @alefrausto ! pic.twitter.com/TeYhWEjRXL — Mario Delgado (@mario_delgado) May 22, 2020
Por ejemplo, Alejandra Frausto declaró durante la campaña presidencial: “Daremos continuidad a los fondos que apoyan a la producción cinematográfica –EFICINE, FOPROCINE y FIDECINE–, que tan buenos resultados han dado al crecimiento del quehacer cinematográfico, dando trabajo y sustento a miles de familias mexicanas”.
También, el 16 de abril, una semana después de haber mandado quitar la mayoría de los fondos para la cultura, López Obrador dijo durante una conferencia de prensa: “¿Cómo vamos a dejar sin becas a los creadores? ¡Claro que no! Si nos importa mucho el fomento a la cultura, a las artes, no somos conservadores”.
“Nos parece preocupante que se haya tomado una decisión de esta envergadura, que tendrá consecuencias para la actividad cinematográfica y artística del país, sin haber escuchado la voz de quienes nos dedicamos a estas disciplinas”, publicó la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) en un comunicado que sacaron poco después de que el presidente decretó los primeros recortes. La directora de la Academia, Mónica Lozano, agrega en entrevista con Gatopardo que el Estado tiene una responsabilidad sobre el fomento cultural, establecida incluso en la Constitución: “deben ellos de crear la diversidad, pluralidad de los contenidos que nos identifican y que nos dan soberanía y que nos da a a conocer al mundo”.
“Un país que no apoya al cine es uno que no muestra sus historias y que no se transforma en conjunto. También en palabras de Guillermo Arriaga, 'es un pueblo propicio a la derrota'”.
La campaña en las redes sociales reclama el impacto que los recortes al cine tendrán en la vida de los miles de mexicanos que trabajan en la industria. Según el INEGI en el 2018, el cine creó más de 30 mil empleos en México. Además de los salarios para los actores, directores y fotógrafos, que suelen ser los más conocidos, hacer películas emplean a muchísimos más, a “los invisibles”, como quien controla las cámaras, los sonidistas, los carpinteros y pintores, asistentes, la gente que limpia los sets, la gente que hace la comida para los días de filmación, los editores, los músicos y compositores, la gente que hace los castings, los microfonistas, los médicos que están en los sets, los maquillistas, los tramoyistas.
El cine mexicano es de todas y todos. De él dependen cientos de familias. Mira quienes están detrás de cada película #ElCineEsDeTodxs #MiFamiliaViveDelCineMexicano #AlertaCine pic.twitter.com/B4GT0GjkO6 — Alex Andrade Pease (@alex_a_pease) May 24, 2020
Incluso Netflix organizó un sistema de apoyos a la comunidad cinematográfica en México, de la mano con la AMACC. Donaron 25 millones de pesos para ayudar a trabajadores técnicos y manuales que, con todas las producciones frenadas por el coronavirus, no recibirán ningún ingreso. La mayoría de la gente de la industria recibe sus ingresos por proyecto, así que si no hay película, no hay dinero.
La presión en las redes sociales fue efectiva. Tras la intervención de Del Toro, Sergio Mayer Bretón, diputado y presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía, lo invitó a una reunión digital que se llevó a cabo el 21 de mayo por la noche. Participaron los diputados que querían extinguir el fideicomiso, Alejandra Frausto, Meyer y los cineastas más reconocidos del país: Del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón, además de otros miembros de la comunidad cinematográfica.
El FIDECINE se salvó. Se decidió que se haría un análisis, junto con representantes de la industria para que la Ley de Austeridad no le corte todas las posibilidades al cine mexicano, además de continuar los apoyos para el IMCINE. El discurso del gobierno cambió una vez más, al declarar que los recortes se harán a través de un Parlamento Abierto para “determinar cuál es la mejor manera de administrar los recursos”, publicó Delgado.
“Yo recuerdo de adolescente la alegría (y por tanto bienestar) de ver, por primera vez en una película, el Parque de los Venados (La lucha de la pantera, y la dirigió mi extrañado Beto Bojórquez). El cine contaba mis historias, en mis rumbos, con rostros parecidos a los nuestros”, dijo el cineasta Guillermo Arriaga. Un país que no apoya al cine es uno que no muestra sus historias y que no se transforma en conjunto. También en palabras de Arriaga, “es un pueblo propicio a la derrota”.
Entre mensajes confusos y recortes repentinos, el cine mexicano lleva meses pelando por los fondos gubernamentales que le quedan en este sexenio. Las voces de la comunidad cinematográfica se han levantado para defender al FIDECINE.
Twitter reventó el 20 de mayo con las voces de cineastas, actores, cinéfilos y amantes de la cultura en México. Una vez más –en un lapso de dos meses– el gobierno mexicano atentaba en contra del séptimo arte nacional: dos diputados de Morena —Dolores Padierna y Mario Delgado— querían eliminar el FIDECINE, el único fondo gubernamental para apoyar el cine que quedaba después de que el presidente López Obrador decretara la desaparición de los fideicomisos sin estructura orgánica.
Propusieron modificar Ley Federal de Cinematografía al derogar del artículo 33 al 38 para acabar con el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine. “Enfrentar el impacto económico del Covid-19 sin endeudar al país. La extinción de fideicomisos va en ese sentido. Vamos a revisar cada caso propuesto en la iniciativa de hoy con mucha responsabilidad y sensibilidad”, publicó Mario Delgado en Twitter. Además del FIDECINE la propuesta pide eliminar otros 44 fideicomisos que no se fueron en el decreto del presidente.
Las voces de miles de manifestantes se reunieron con el hashtag #AlertaCine, pero no fue hasta que intervino Guillermo Del Toro que quienes propusieron el nuevo recorte se prestaran al diálogo. El cineasta empezó reclamando la falta de claridad sobre los recortes que se hicieron en el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) y continuó sobre la serie de decisiones que se han tomado y que dejan al cine nacional pendiendo de un hilo.
El conflicto que derivó en #AlertaCine es que el cine (y la cultura en general) ha recibido muchos golpes este 2020. Empezó el 2 de abril, cuando se decretó acabar con el FOPROCINE, un caldero de nuevos cineastas que apoyaba sobre todo a operas primas y piezas de autor. Se declaró que ese fondo pasaría a ser parte del FIDECINE, que ahora querían borrar también. Además se hizo un recorte al IMCINE, que María Novaro, su directora, dice que equivale a un 12%.
Respetuosamente pedimos entonces algo mas que un mensaje. Pedimos una reunion inmedita con representantes plurales de la comunidad cinematografica- de todas las generaciones y generos posibles para remover cualquier ambiguedad. https://t.co/MToSyhqnwC — Guillermo del Toro (@RealGDT) May 21, 2020
“Se vuelve muy violento poder entender por qué tomaron un decisión así ahorita”, dice la cineasta Natalia Beristáin al teléfono. Su carrera tomó vuelo gracias al FOPROCINE, al becar la posproducción de su opera prima, No quiero dormir sola (2012). “Quiero creer, con mi voto de por medio, que hay buenas intenciones detrás, pero que no se están tomando con la capacidad ni de respuesta ni de articulación, que un movimiento de esta naturaleza requiere”. Beristáin está frustrada. Se le corta la voz durante varios momentos de la entrevista. “Me tiene muy jodida, como te podrás dar cuenta”, dice la directora de Los adioses (2018).
Beristáin, como muchos otros miembros de la comunidad cinematográfica, no entiende por qué se están tomando estas decisiones, sobre todo cuando la campaña del gobierno de izquierda prometió que la cultura sería abrazada, cuidada y crecida. Ahora, entre la mezcla de un virus que ha detenido todo el mundo y un gobierno que parece estarse echando para atrás en las promesas que le hicieron a sus seguidores, la directora de Los adioses (2018) no sabe qué pensar.
“Nos parece preocupante que se haya tomado una decisión de esta envergadura, que tendrá consecuencias para la actividad cinematográfica y artística del país, sin haber escuchado la voz de quienes nos dedicamos a estas disciplinas,”
El término gaslighting o luz de gas se ha hecho muy famoso en los últimos años a raíz de los movimientos feministas. Se refiere a cuando una persona (o personas) hacen abuso psicológico al presentar una serie de evidencias para confundir a otra y hacerle cuestionar su percepción, cordura o memoria.
“Por un lado tenemos a la Secretaria de Función Pública (Irma Eréndira Sandoval) refiriéndose a estas expresiones de descontento con desdén y casi en el insulto. Por otro, tenemos a la Secretaria de Cultura (Alejandra Frausto) prácticamente diciendo: no aquí no pasó nada, pero de qué hablan, si todo sigue igual y hay más apoyos…”, dice al teléfono Kyzza Terrazas, cineasta que también ha construido su carrera con el apoyo de los fideicomisos, y además fue jurado del FOPROCINE.
Terrazas fue guionista de la cinta Déficit (2007), la cual fue dirigida por Gael García Bernal. Fue productor de Drama/Mex (2006), Voy a Explotar (2008), No quiero dormir sola (2012). Debutó como director con el documental El lenguaje de los machetes (2011), que se estrenó en el Festival de Cine de Venecia. En 2016 sacó el documental Somos lengua (2016), sobre el hip-hop en México. Su más reciente producción es Bayoneta (2018). “Por donde le veamos, creo que es desastroso y si no fuera así es que estamos simplemente locos”, reclama el cineasta. Los mensajes contradictorios y agresivos del gobierno no le hacen sentido; “Había esta sensación de equipo, de que vamos juntos, y creo que desde que comenzó a ejercer el poder de este nuevo gobierno, comenzaron un poco los desconciertos”.
En diálogo extraordinario con la comunidad cinematográfica, llegamos a los siguentes acuerdos: 1. El #FIDECINE NO desaparecerá 2. Hacer equipo para plantear estrategias que hagan crecer a la industria 3. Apoyo a los acuerdos del @imcine. ¡Gracias @SergioMayerb y @alefrausto ! pic.twitter.com/TeYhWEjRXL — Mario Delgado (@mario_delgado) May 22, 2020
Por ejemplo, Alejandra Frausto declaró durante la campaña presidencial: “Daremos continuidad a los fondos que apoyan a la producción cinematográfica –EFICINE, FOPROCINE y FIDECINE–, que tan buenos resultados han dado al crecimiento del quehacer cinematográfico, dando trabajo y sustento a miles de familias mexicanas”.
También, el 16 de abril, una semana después de haber mandado quitar la mayoría de los fondos para la cultura, López Obrador dijo durante una conferencia de prensa: “¿Cómo vamos a dejar sin becas a los creadores? ¡Claro que no! Si nos importa mucho el fomento a la cultura, a las artes, no somos conservadores”.
“Nos parece preocupante que se haya tomado una decisión de esta envergadura, que tendrá consecuencias para la actividad cinematográfica y artística del país, sin haber escuchado la voz de quienes nos dedicamos a estas disciplinas”, publicó la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) en un comunicado que sacaron poco después de que el presidente decretó los primeros recortes. La directora de la Academia, Mónica Lozano, agrega en entrevista con Gatopardo que el Estado tiene una responsabilidad sobre el fomento cultural, establecida incluso en la Constitución: “deben ellos de crear la diversidad, pluralidad de los contenidos que nos identifican y que nos dan soberanía y que nos da a a conocer al mundo”.
“Un país que no apoya al cine es uno que no muestra sus historias y que no se transforma en conjunto. También en palabras de Guillermo Arriaga, 'es un pueblo propicio a la derrota'”.
La campaña en las redes sociales reclama el impacto que los recortes al cine tendrán en la vida de los miles de mexicanos que trabajan en la industria. Según el INEGI en el 2018, el cine creó más de 30 mil empleos en México. Además de los salarios para los actores, directores y fotógrafos, que suelen ser los más conocidos, hacer películas emplean a muchísimos más, a “los invisibles”, como quien controla las cámaras, los sonidistas, los carpinteros y pintores, asistentes, la gente que limpia los sets, la gente que hace la comida para los días de filmación, los editores, los músicos y compositores, la gente que hace los castings, los microfonistas, los médicos que están en los sets, los maquillistas, los tramoyistas.
El cine mexicano es de todas y todos. De él dependen cientos de familias. Mira quienes están detrás de cada película #ElCineEsDeTodxs #MiFamiliaViveDelCineMexicano #AlertaCine pic.twitter.com/B4GT0GjkO6 — Alex Andrade Pease (@alex_a_pease) May 24, 2020
Incluso Netflix organizó un sistema de apoyos a la comunidad cinematográfica en México, de la mano con la AMACC. Donaron 25 millones de pesos para ayudar a trabajadores técnicos y manuales que, con todas las producciones frenadas por el coronavirus, no recibirán ningún ingreso. La mayoría de la gente de la industria recibe sus ingresos por proyecto, así que si no hay película, no hay dinero.
La presión en las redes sociales fue efectiva. Tras la intervención de Del Toro, Sergio Mayer Bretón, diputado y presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía, lo invitó a una reunión digital que se llevó a cabo el 21 de mayo por la noche. Participaron los diputados que querían extinguir el fideicomiso, Alejandra Frausto, Meyer y los cineastas más reconocidos del país: Del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón, además de otros miembros de la comunidad cinematográfica.
El FIDECINE se salvó. Se decidió que se haría un análisis, junto con representantes de la industria para que la Ley de Austeridad no le corte todas las posibilidades al cine mexicano, además de continuar los apoyos para el IMCINE. El discurso del gobierno cambió una vez más, al declarar que los recortes se harán a través de un Parlamento Abierto para “determinar cuál es la mejor manera de administrar los recursos”, publicó Delgado.
“Yo recuerdo de adolescente la alegría (y por tanto bienestar) de ver, por primera vez en una película, el Parque de los Venados (La lucha de la pantera, y la dirigió mi extrañado Beto Bojórquez). El cine contaba mis historias, en mis rumbos, con rostros parecidos a los nuestros”, dijo el cineasta Guillermo Arriaga. Un país que no apoya al cine es uno que no muestra sus historias y que no se transforma en conjunto. También en palabras de Arriaga, “es un pueblo propicio a la derrota”.
Entre mensajes confusos y recortes repentinos, el cine mexicano lleva meses pelando por los fondos gubernamentales que le quedan en este sexenio. Las voces de la comunidad cinematográfica se han levantado para defender al FIDECINE.
Twitter reventó el 20 de mayo con las voces de cineastas, actores, cinéfilos y amantes de la cultura en México. Una vez más –en un lapso de dos meses– el gobierno mexicano atentaba en contra del séptimo arte nacional: dos diputados de Morena —Dolores Padierna y Mario Delgado— querían eliminar el FIDECINE, el único fondo gubernamental para apoyar el cine que quedaba después de que el presidente López Obrador decretara la desaparición de los fideicomisos sin estructura orgánica.
Propusieron modificar Ley Federal de Cinematografía al derogar del artículo 33 al 38 para acabar con el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine. “Enfrentar el impacto económico del Covid-19 sin endeudar al país. La extinción de fideicomisos va en ese sentido. Vamos a revisar cada caso propuesto en la iniciativa de hoy con mucha responsabilidad y sensibilidad”, publicó Mario Delgado en Twitter. Además del FIDECINE la propuesta pide eliminar otros 44 fideicomisos que no se fueron en el decreto del presidente.
Las voces de miles de manifestantes se reunieron con el hashtag #AlertaCine, pero no fue hasta que intervino Guillermo Del Toro que quienes propusieron el nuevo recorte se prestaran al diálogo. El cineasta empezó reclamando la falta de claridad sobre los recortes que se hicieron en el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) y continuó sobre la serie de decisiones que se han tomado y que dejan al cine nacional pendiendo de un hilo.
El conflicto que derivó en #AlertaCine es que el cine (y la cultura en general) ha recibido muchos golpes este 2020. Empezó el 2 de abril, cuando se decretó acabar con el FOPROCINE, un caldero de nuevos cineastas que apoyaba sobre todo a operas primas y piezas de autor. Se declaró que ese fondo pasaría a ser parte del FIDECINE, que ahora querían borrar también. Además se hizo un recorte al IMCINE, que María Novaro, su directora, dice que equivale a un 12%.
Respetuosamente pedimos entonces algo mas que un mensaje. Pedimos una reunion inmedita con representantes plurales de la comunidad cinematografica- de todas las generaciones y generos posibles para remover cualquier ambiguedad. https://t.co/MToSyhqnwC — Guillermo del Toro (@RealGDT) May 21, 2020
“Se vuelve muy violento poder entender por qué tomaron un decisión así ahorita”, dice la cineasta Natalia Beristáin al teléfono. Su carrera tomó vuelo gracias al FOPROCINE, al becar la posproducción de su opera prima, No quiero dormir sola (2012). “Quiero creer, con mi voto de por medio, que hay buenas intenciones detrás, pero que no se están tomando con la capacidad ni de respuesta ni de articulación, que un movimiento de esta naturaleza requiere”. Beristáin está frustrada. Se le corta la voz durante varios momentos de la entrevista. “Me tiene muy jodida, como te podrás dar cuenta”, dice la directora de Los adioses (2018).
Beristáin, como muchos otros miembros de la comunidad cinematográfica, no entiende por qué se están tomando estas decisiones, sobre todo cuando la campaña del gobierno de izquierda prometió que la cultura sería abrazada, cuidada y crecida. Ahora, entre la mezcla de un virus que ha detenido todo el mundo y un gobierno que parece estarse echando para atrás en las promesas que le hicieron a sus seguidores, la directora de Los adioses (2018) no sabe qué pensar.
“Nos parece preocupante que se haya tomado una decisión de esta envergadura, que tendrá consecuencias para la actividad cinematográfica y artística del país, sin haber escuchado la voz de quienes nos dedicamos a estas disciplinas,”
El término gaslighting o luz de gas se ha hecho muy famoso en los últimos años a raíz de los movimientos feministas. Se refiere a cuando una persona (o personas) hacen abuso psicológico al presentar una serie de evidencias para confundir a otra y hacerle cuestionar su percepción, cordura o memoria.
“Por un lado tenemos a la Secretaria de Función Pública (Irma Eréndira Sandoval) refiriéndose a estas expresiones de descontento con desdén y casi en el insulto. Por otro, tenemos a la Secretaria de Cultura (Alejandra Frausto) prácticamente diciendo: no aquí no pasó nada, pero de qué hablan, si todo sigue igual y hay más apoyos…”, dice al teléfono Kyzza Terrazas, cineasta que también ha construido su carrera con el apoyo de los fideicomisos, y además fue jurado del FOPROCINE.
Terrazas fue guionista de la cinta Déficit (2007), la cual fue dirigida por Gael García Bernal. Fue productor de Drama/Mex (2006), Voy a Explotar (2008), No quiero dormir sola (2012). Debutó como director con el documental El lenguaje de los machetes (2011), que se estrenó en el Festival de Cine de Venecia. En 2016 sacó el documental Somos lengua (2016), sobre el hip-hop en México. Su más reciente producción es Bayoneta (2018). “Por donde le veamos, creo que es desastroso y si no fuera así es que estamos simplemente locos”, reclama el cineasta. Los mensajes contradictorios y agresivos del gobierno no le hacen sentido; “Había esta sensación de equipo, de que vamos juntos, y creo que desde que comenzó a ejercer el poder de este nuevo gobierno, comenzaron un poco los desconciertos”.
En diálogo extraordinario con la comunidad cinematográfica, llegamos a los siguentes acuerdos: 1. El #FIDECINE NO desaparecerá 2. Hacer equipo para plantear estrategias que hagan crecer a la industria 3. Apoyo a los acuerdos del @imcine. ¡Gracias @SergioMayerb y @alefrausto ! pic.twitter.com/TeYhWEjRXL — Mario Delgado (@mario_delgado) May 22, 2020
Por ejemplo, Alejandra Frausto declaró durante la campaña presidencial: “Daremos continuidad a los fondos que apoyan a la producción cinematográfica –EFICINE, FOPROCINE y FIDECINE–, que tan buenos resultados han dado al crecimiento del quehacer cinematográfico, dando trabajo y sustento a miles de familias mexicanas”.
También, el 16 de abril, una semana después de haber mandado quitar la mayoría de los fondos para la cultura, López Obrador dijo durante una conferencia de prensa: “¿Cómo vamos a dejar sin becas a los creadores? ¡Claro que no! Si nos importa mucho el fomento a la cultura, a las artes, no somos conservadores”.
“Nos parece preocupante que se haya tomado una decisión de esta envergadura, que tendrá consecuencias para la actividad cinematográfica y artística del país, sin haber escuchado la voz de quienes nos dedicamos a estas disciplinas”, publicó la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) en un comunicado que sacaron poco después de que el presidente decretó los primeros recortes. La directora de la Academia, Mónica Lozano, agrega en entrevista con Gatopardo que el Estado tiene una responsabilidad sobre el fomento cultural, establecida incluso en la Constitución: “deben ellos de crear la diversidad, pluralidad de los contenidos que nos identifican y que nos dan soberanía y que nos da a a conocer al mundo”.
“Un país que no apoya al cine es uno que no muestra sus historias y que no se transforma en conjunto. También en palabras de Guillermo Arriaga, 'es un pueblo propicio a la derrota'”.
La campaña en las redes sociales reclama el impacto que los recortes al cine tendrán en la vida de los miles de mexicanos que trabajan en la industria. Según el INEGI en el 2018, el cine creó más de 30 mil empleos en México. Además de los salarios para los actores, directores y fotógrafos, que suelen ser los más conocidos, hacer películas emplean a muchísimos más, a “los invisibles”, como quien controla las cámaras, los sonidistas, los carpinteros y pintores, asistentes, la gente que limpia los sets, la gente que hace la comida para los días de filmación, los editores, los músicos y compositores, la gente que hace los castings, los microfonistas, los médicos que están en los sets, los maquillistas, los tramoyistas.
El cine mexicano es de todas y todos. De él dependen cientos de familias. Mira quienes están detrás de cada película #ElCineEsDeTodxs #MiFamiliaViveDelCineMexicano #AlertaCine pic.twitter.com/B4GT0GjkO6 — Alex Andrade Pease (@alex_a_pease) May 24, 2020
Incluso Netflix organizó un sistema de apoyos a la comunidad cinematográfica en México, de la mano con la AMACC. Donaron 25 millones de pesos para ayudar a trabajadores técnicos y manuales que, con todas las producciones frenadas por el coronavirus, no recibirán ningún ingreso. La mayoría de la gente de la industria recibe sus ingresos por proyecto, así que si no hay película, no hay dinero.
La presión en las redes sociales fue efectiva. Tras la intervención de Del Toro, Sergio Mayer Bretón, diputado y presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía, lo invitó a una reunión digital que se llevó a cabo el 21 de mayo por la noche. Participaron los diputados que querían extinguir el fideicomiso, Alejandra Frausto, Meyer y los cineastas más reconocidos del país: Del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón, además de otros miembros de la comunidad cinematográfica.
El FIDECINE se salvó. Se decidió que se haría un análisis, junto con representantes de la industria para que la Ley de Austeridad no le corte todas las posibilidades al cine mexicano, además de continuar los apoyos para el IMCINE. El discurso del gobierno cambió una vez más, al declarar que los recortes se harán a través de un Parlamento Abierto para “determinar cuál es la mejor manera de administrar los recursos”, publicó Delgado.
“Yo recuerdo de adolescente la alegría (y por tanto bienestar) de ver, por primera vez en una película, el Parque de los Venados (La lucha de la pantera, y la dirigió mi extrañado Beto Bojórquez). El cine contaba mis historias, en mis rumbos, con rostros parecidos a los nuestros”, dijo el cineasta Guillermo Arriaga. Un país que no apoya al cine es uno que no muestra sus historias y que no se transforma en conjunto. También en palabras de Arriaga, “es un pueblo propicio a la derrota”.
Twitter reventó el 20 de mayo con las voces de cineastas, actores, cinéfilos y amantes de la cultura en México. Una vez más –en un lapso de dos meses– el gobierno mexicano atentaba en contra del séptimo arte nacional: dos diputados de Morena —Dolores Padierna y Mario Delgado— querían eliminar el FIDECINE, el único fondo gubernamental para apoyar el cine que quedaba después de que el presidente López Obrador decretara la desaparición de los fideicomisos sin estructura orgánica.
Propusieron modificar Ley Federal de Cinematografía al derogar del artículo 33 al 38 para acabar con el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine. “Enfrentar el impacto económico del Covid-19 sin endeudar al país. La extinción de fideicomisos va en ese sentido. Vamos a revisar cada caso propuesto en la iniciativa de hoy con mucha responsabilidad y sensibilidad”, publicó Mario Delgado en Twitter. Además del FIDECINE la propuesta pide eliminar otros 44 fideicomisos que no se fueron en el decreto del presidente.
Las voces de miles de manifestantes se reunieron con el hashtag #AlertaCine, pero no fue hasta que intervino Guillermo Del Toro que quienes propusieron el nuevo recorte se prestaran al diálogo. El cineasta empezó reclamando la falta de claridad sobre los recortes que se hicieron en el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) y continuó sobre la serie de decisiones que se han tomado y que dejan al cine nacional pendiendo de un hilo.
El conflicto que derivó en #AlertaCine es que el cine (y la cultura en general) ha recibido muchos golpes este 2020. Empezó el 2 de abril, cuando se decretó acabar con el FOPROCINE, un caldero de nuevos cineastas que apoyaba sobre todo a operas primas y piezas de autor. Se declaró que ese fondo pasaría a ser parte del FIDECINE, que ahora querían borrar también. Además se hizo un recorte al IMCINE, que María Novaro, su directora, dice que equivale a un 12%.
Respetuosamente pedimos entonces algo mas que un mensaje. Pedimos una reunion inmedita con representantes plurales de la comunidad cinematografica- de todas las generaciones y generos posibles para remover cualquier ambiguedad. https://t.co/MToSyhqnwC — Guillermo del Toro (@RealGDT) May 21, 2020
“Se vuelve muy violento poder entender por qué tomaron un decisión así ahorita”, dice la cineasta Natalia Beristáin al teléfono. Su carrera tomó vuelo gracias al FOPROCINE, al becar la posproducción de su opera prima, No quiero dormir sola (2012). “Quiero creer, con mi voto de por medio, que hay buenas intenciones detrás, pero que no se están tomando con la capacidad ni de respuesta ni de articulación, que un movimiento de esta naturaleza requiere”. Beristáin está frustrada. Se le corta la voz durante varios momentos de la entrevista. “Me tiene muy jodida, como te podrás dar cuenta”, dice la directora de Los adioses (2018).
Beristáin, como muchos otros miembros de la comunidad cinematográfica, no entiende por qué se están tomando estas decisiones, sobre todo cuando la campaña del gobierno de izquierda prometió que la cultura sería abrazada, cuidada y crecida. Ahora, entre la mezcla de un virus que ha detenido todo el mundo y un gobierno que parece estarse echando para atrás en las promesas que le hicieron a sus seguidores, la directora de Los adioses (2018) no sabe qué pensar.
“Nos parece preocupante que se haya tomado una decisión de esta envergadura, que tendrá consecuencias para la actividad cinematográfica y artística del país, sin haber escuchado la voz de quienes nos dedicamos a estas disciplinas,”
El término gaslighting o luz de gas se ha hecho muy famoso en los últimos años a raíz de los movimientos feministas. Se refiere a cuando una persona (o personas) hacen abuso psicológico al presentar una serie de evidencias para confundir a otra y hacerle cuestionar su percepción, cordura o memoria.
“Por un lado tenemos a la Secretaria de Función Pública (Irma Eréndira Sandoval) refiriéndose a estas expresiones de descontento con desdén y casi en el insulto. Por otro, tenemos a la Secretaria de Cultura (Alejandra Frausto) prácticamente diciendo: no aquí no pasó nada, pero de qué hablan, si todo sigue igual y hay más apoyos…”, dice al teléfono Kyzza Terrazas, cineasta que también ha construido su carrera con el apoyo de los fideicomisos, y además fue jurado del FOPROCINE.
Terrazas fue guionista de la cinta Déficit (2007), la cual fue dirigida por Gael García Bernal. Fue productor de Drama/Mex (2006), Voy a Explotar (2008), No quiero dormir sola (2012). Debutó como director con el documental El lenguaje de los machetes (2011), que se estrenó en el Festival de Cine de Venecia. En 2016 sacó el documental Somos lengua (2016), sobre el hip-hop en México. Su más reciente producción es Bayoneta (2018). “Por donde le veamos, creo que es desastroso y si no fuera así es que estamos simplemente locos”, reclama el cineasta. Los mensajes contradictorios y agresivos del gobierno no le hacen sentido; “Había esta sensación de equipo, de que vamos juntos, y creo que desde que comenzó a ejercer el poder de este nuevo gobierno, comenzaron un poco los desconciertos”.
En diálogo extraordinario con la comunidad cinematográfica, llegamos a los siguentes acuerdos: 1. El #FIDECINE NO desaparecerá 2. Hacer equipo para plantear estrategias que hagan crecer a la industria 3. Apoyo a los acuerdos del @imcine. ¡Gracias @SergioMayerb y @alefrausto ! pic.twitter.com/TeYhWEjRXL — Mario Delgado (@mario_delgado) May 22, 2020
Por ejemplo, Alejandra Frausto declaró durante la campaña presidencial: “Daremos continuidad a los fondos que apoyan a la producción cinematográfica –EFICINE, FOPROCINE y FIDECINE–, que tan buenos resultados han dado al crecimiento del quehacer cinematográfico, dando trabajo y sustento a miles de familias mexicanas”.
También, el 16 de abril, una semana después de haber mandado quitar la mayoría de los fondos para la cultura, López Obrador dijo durante una conferencia de prensa: “¿Cómo vamos a dejar sin becas a los creadores? ¡Claro que no! Si nos importa mucho el fomento a la cultura, a las artes, no somos conservadores”.
“Nos parece preocupante que se haya tomado una decisión de esta envergadura, que tendrá consecuencias para la actividad cinematográfica y artística del país, sin haber escuchado la voz de quienes nos dedicamos a estas disciplinas”, publicó la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) en un comunicado que sacaron poco después de que el presidente decretó los primeros recortes. La directora de la Academia, Mónica Lozano, agrega en entrevista con Gatopardo que el Estado tiene una responsabilidad sobre el fomento cultural, establecida incluso en la Constitución: “deben ellos de crear la diversidad, pluralidad de los contenidos que nos identifican y que nos dan soberanía y que nos da a a conocer al mundo”.
“Un país que no apoya al cine es uno que no muestra sus historias y que no se transforma en conjunto. También en palabras de Guillermo Arriaga, 'es un pueblo propicio a la derrota'”.
La campaña en las redes sociales reclama el impacto que los recortes al cine tendrán en la vida de los miles de mexicanos que trabajan en la industria. Según el INEGI en el 2018, el cine creó más de 30 mil empleos en México. Además de los salarios para los actores, directores y fotógrafos, que suelen ser los más conocidos, hacer películas emplean a muchísimos más, a “los invisibles”, como quien controla las cámaras, los sonidistas, los carpinteros y pintores, asistentes, la gente que limpia los sets, la gente que hace la comida para los días de filmación, los editores, los músicos y compositores, la gente que hace los castings, los microfonistas, los médicos que están en los sets, los maquillistas, los tramoyistas.
El cine mexicano es de todas y todos. De él dependen cientos de familias. Mira quienes están detrás de cada película #ElCineEsDeTodxs #MiFamiliaViveDelCineMexicano #AlertaCine pic.twitter.com/B4GT0GjkO6 — Alex Andrade Pease (@alex_a_pease) May 24, 2020
Incluso Netflix organizó un sistema de apoyos a la comunidad cinematográfica en México, de la mano con la AMACC. Donaron 25 millones de pesos para ayudar a trabajadores técnicos y manuales que, con todas las producciones frenadas por el coronavirus, no recibirán ningún ingreso. La mayoría de la gente de la industria recibe sus ingresos por proyecto, así que si no hay película, no hay dinero.
La presión en las redes sociales fue efectiva. Tras la intervención de Del Toro, Sergio Mayer Bretón, diputado y presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía, lo invitó a una reunión digital que se llevó a cabo el 21 de mayo por la noche. Participaron los diputados que querían extinguir el fideicomiso, Alejandra Frausto, Meyer y los cineastas más reconocidos del país: Del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón, además de otros miembros de la comunidad cinematográfica.
El FIDECINE se salvó. Se decidió que se haría un análisis, junto con representantes de la industria para que la Ley de Austeridad no le corte todas las posibilidades al cine mexicano, además de continuar los apoyos para el IMCINE. El discurso del gobierno cambió una vez más, al declarar que los recortes se harán a través de un Parlamento Abierto para “determinar cuál es la mejor manera de administrar los recursos”, publicó Delgado.
“Yo recuerdo de adolescente la alegría (y por tanto bienestar) de ver, por primera vez en una película, el Parque de los Venados (La lucha de la pantera, y la dirigió mi extrañado Beto Bojórquez). El cine contaba mis historias, en mis rumbos, con rostros parecidos a los nuestros”, dijo el cineasta Guillermo Arriaga. Un país que no apoya al cine es uno que no muestra sus historias y que no se transforma en conjunto. También en palabras de Arriaga, “es un pueblo propicio a la derrota”.
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