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La mayoría de los mexicanos tiene en mente una tarde de domingo, en una comida familiar que acabó hace algunas horas, con café y alcohol fluyendo mientras se cuentan chismes y se toca música. La sobremesa, una tradición europea de países romances como España, Italia y Francia, fue adoptada en Latinoamérica y es uno de los momentos más amables de la vida cotidiana. En la antigüedad se utilizaba este tiempo para digerir la comida con la ayuda de vino con hierbas, lo que después se volvió una tradición de digestivos como el anís y sus derivados.
Hoy, la sobremesa ha cambiado o ya casi no existe. Entre trabajos que demandan más horas, comunicación digital y la vida vertiginosa que vivimos, casi nadie tiene tiempo para un trago después de la comida. Afortunadamente, la sobremesa está peleando por su supervivencia con la ayuda de marcas como Vaccari. Las mixólogas María Fernanda Tejeda y María Heredia, quien creó algunas bebidas para revitalizar la tradición del sambuca, se sentaron en la cómoda terraza de Pizzas Félix, en la Roma Norte, para conversar acerca de la sobremesa y el regreso de los digestivos a la cultura latinoamericana.
María Fernanda: Hace muchos años la sobremesa era parte fundamental de un buen comer, de una reunión o de algo muy especial. La sobremesa es lo que va después de una comida, satisface la necesidad de digerir, básicamente.
María: Estás en un estado de relajación, justamente toda tu sangre está en el proceso de digestión y bajas la guardia un poquito, te pones a platicar y es cuando dices: “Me voy a tomar algo”. Lo interesante de una sobremesa es que la palabra tal cual no tiene traducción en el mundo, solamente existe en español y es algo que, si te pones a pensar, tiene mucho sentido en México y el mundo...
MF: Antes era bastante común, aunque no lo creas; por ejemplo, mi padre lo hacía mucho, era su costumbre tomarse un trago como el anís en las rocas después de comer. Esto se ha perdido con el tiempo porque vivimos en un mundo mucho más rápido, más moderno, con apps, con fast food, con miles de cosas de por medio.
M: Nuestro método de interacción es más virtual que físico. Al final del día terminas tu comida, te vas, mandas un mensaje y ya.
La conversación sigue, mientras Tejeda y Heredia disfrutan un trago hecho con Sambuca Vaccari Nero. El azul distintivo del licor brillaba en los dos cócteles, uno diametralmente diferente al otro. Tejeda creó el Vaccaribe, un tipo de piña colada con sambuca, que le quita el dulzor y agrega un elemento interesante al trago. Del otro lado, Haredia toma el Nero Fizz, que tiene Vaccari con agua mineral y limón, simple y fresco para una tarde de verano con amigos. Ambos tragos fueron diseñados por Tejeda, quien decidió tomar este reto para rejuvenecer la sambuca e introducirla a una audiencia más joven.
MF: En realidad hay una tendencia nueva muy allegada a todo esto, que son todos los licores, aperitivos y digestivos con baja graduación alcohólica. La gente se empezó a dar cuenta de que había un mundo mucho más extenso que el ron con refresco.
M: Y el no beber sólo por beber, que también es gran parte del mundo del destilado. Ahora, realmente la gente va a comprar una botella y dice: “En verdad me gusta esto”, porque no es que se vaya a acabar la botella en una sola noche.
Los mercados han cambiado. Cada vez más gente está en busca de un producto de buena calidad para disfrutarlo en su tiempo libre. Vaccari retoma la función de la sobremesa como un momento social, sin caer en la tradición antigua. Con las bebidas de Tejeda, Vaccari brilla como lo que es: la mejor sambuca del mercado. La creatividad que imprime la mixología en cada una de sus creaciones es una manera de impulsar a los consumidores a tomar armas y crear sus propias versiones para disfrutar Vaccari en un rato de tranquilidad y romper con las preparaciones tradicionales.
M: Creo que al final del día vivimos en etapas con ciertos espectros de sabor que van cambiando. Ahora creo que estamos en un regreso, siempre vuelve lo pasado; estamos en un punto en el que hay más gente que toma sambuca. De hecho, estuvo muy padre cuando me pidieron que hiciera el tema de las recetas; acepté el reto porque ciertamente mi amor por la sambuca no estaba en un nivel muy alto, y dije “Ok, si la idea es cambiar, ¿quién es el target?”.
MF: En realidad, cuando descubres algo y entiendes lo que conlleva es cuando te puedes llegar a enamorar mucho más de eso. Cuando aprendes lo que es el anís, sabes cuántas relaciones de anís hay en el mundo; la sambuca es un tipo de destilado de anís. Hay muchísimas cosas de por medio, pero creo que en la sobremesa el anís es super importante en el mundo, no como una cuestión europea, sino como parte de todo el mundo. Existe esta cultura de la sobremesa justo con el anís y sus derivados.
Al terminar sus bebidas, las mixólogas detienen su plática y siguen con su día, un poco más sabias y un poco más relajadas. La sobremesa con un trago de sambuca Vaccari parece ser el momento perfecto para regresar a uno, a relajarse, digerir y continuar con la vida sin importar lo que pueda traer después. Esta tradición nos da la oportunidad de poner en pausa la rapidez a la que nos hemos acostumbrado y nos recuerda que una buena conversación y un trago podrían ser lo indicado para dejarnos seguir.
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