La transformación del Tate Modern
A 16 años de su apertura, el Tate Modern de Londres se transforma arquitectónicamente para expandir su tradición curatorial.
Pocas instituciones culturales logran mantenerse y actualizarse, tanto en contenido como en forma, como lo ha hecho el Tate Modern, el museo público de arte moderno y contemporáneo más importante de Inglaterra. A tan sólo dieciséis años de su apertura en el corazón del South Bank en Londres, el Tate Modern, se ha transformado arquitectónicamente con el fin de ampliarse y albergar la cultura material y obras de arte que se han producido recientemente tanto local como globalmente. Como bien menciona Sir Nicholas Serota, el director del Tate: “El arte en sí mismo ha cambiado, por lo tanto necesitábamos encontrar una nueva forma de mostrar las colecciones”.
El nuevo edificio fue construido, al igual que el original, por el despacho arquitectónico Herzog & De Meuron, cuyos fundadores ganaron en 2001 el Pritzker. Dentro de su obra destacan el Allianz Arena Stadium en Múnich y el estadio nacional de Pekín, mejor conocido como “el nido del pájaro”. The Switch House, como se le nombró a la nueva construcción del Tate Modern tiene diez niveles y está erigida sobre The Tanks, una especie de sótano industrial que se ha convertido en el primer espacio museístico en el mundo dedicado permanentemente al arte del performance. Este edificio se conecta con el inmueble original, a través de la plancha en el nivel cero cuyo nombre es Turbine Hall, y en el cuarto piso a través de un puente que también es una nueva adición. En el décimo nivel, se encuentra un mirador de 360 grados desde el cual se puede observar el skyline londinense mientras se toma un té.
La nueva construcción alberga tres nuevas exposiciones permanentes y gratuitas, que expanden la tradición curatorial del Tate Modern, al no operar cronológicamente sino temáticamente. Estas son, “Entre objeto y Arquitectura”, “Performer y Participante”, y “Ciudades vivas”. Asimismo hay pequeñas salas donde se exhiben videos con entrevistas a los artistas cuya obra se encuentra exhibida. Del mismo modo se incorporaron Salas de Artista donde se presenta obra de un solo artista consagrado, como Louise Bourgeois. La representación de la diversidad cultural como objetivo del Tate Modern, se hace evidente con la retumbante presencia de la melancólica escultura Tree del artista chino Ai Weiwei en el centro de ambos recintos.
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