El fotógrafo Wynn Bullock solía decir que cuando él tomaba fotos, lo que realmente estaba haciendo era buscar respuestas a las cosas.

Los participantes de la XVIII Bienal de Fotografía parecen concordar con la forma de trabajar del fotógrafo estadounidense, pues la muestra de este año deja ver una exploración a la realidad mexicana, a los conflictos internos que han ido atropellando a la sociedad a través del tiempo.

La Bienal de Fotografía nació de la Sección Bienal de la Gráfica del Salón Nacional de Artes Plásticas, que en 1979 le dio por primera vez un espacio de este carácter a la fotografía en México.

Este año, por décima octava vez, el Centro de la Imagen le abre las puertas al talento mexicano para que muestren los instantes que la fotografía ha arrojado y apreciemos de otra forma qué es lo que está pasando en el país y cómo nos estamos conformando.

En esta ocasión se postularon 585 artistas, pero el jurado seleccionó tan solo a 25. Éstos montaron una exposición compuesta por 300 piezas, que están divididas en seis núcleos temáticos que pretenden dialogar entre sí.

«Maybe», Alfredo Esparza // Cortesía Centro de la Imagen

“Hay una tendencia bastante dominante para abordar problemas sociales, problemas políticos, preocupaciones colectivas que hay en México”, explica Juan Antonio Molina, crítico y curador de arte que formó parte del jurado en esta XVIII Bienal de Fotografía.

Los seis ejes en los que se divide la exposición son: Exhumar. Endoscopías al paisaje, Ensayar; Reconfiguraciones urbanas, Encarnar; Movilizaciones en la imagen, Resistir; En disputa por el territorio y la memoria, Existir; Reafirmaciones y contactos, Migrar; y Tiempos cruzados y extraños familiares.

En cada uno de estos grupos se encuentran las piezas de los fotógrafos seleccionados. Los títulos representan las temáticas que los artistas exploraron. Por ejemplo, se puede ver una lucha ejidal retratada, paisajes de un México desértico y habitado, un proceso migratorio ilegal, el rostro de una mujer –como miles otras– que han vivido la violencia en México, o los personajes de La Lagunilla, un mercado en el centro de la Ciudad de México en el que el tiempo se vuelve difuso.

«La Lagunilla», Juan Pablo Cardona // Cortesía Centro de la Imagen

Cada año los candidatos se postulan mostrando las nuevas tendencias fotográficas, o quizá los nuevos discursos que la sociedad se ha planteado. Sin embargo, para Molina, este año no relució en originalidad. «Siento que hay pocas sorpresas», espetó el juez. «Más bien hay continuidad».

También dijo que, desde su punto de vista, hubo pocas obras con una propuesta estética distintiva y es eso se lo adjudica a la escena actual y no sólo a los participantes. «La fotografía contemporánea que resulta impactante, sorprendente o asombrosa, es escasa». 

Juan Antonio Molina, nacido en Cuba pero residente en México desde hace muchos años, es curador y crítico de arte, especializado en fotografía. Ha trabajado en repetidas ocasiones en el Centro de la Imagen y también en otros recintos como en la Fototeca del INAH y en el Instituto Cervantes.

Los fotógrafos participantes son Ana Soler, Juliana Alvarado, Sonia Madrigal, Oswaldo Ruiz, François Pesant, Victoria Fava, Victoria Eugenia, Diego Ortiz, Nelson Morales, Omar Gámez, Jorge Rosano, Alessandro Bo, Eunice Adorno, Sandra Calvo, Óscar Farfán, Juan Carlos López, Luciana Christiansen, Patrick Luna y Víctor Bibián.

«Flamazo», Ana Soler Cepirá // Cortesía Centro de la Imagen

La exposición se llevó a cabo el 6 de diciembre, mismo día en el que se anunciaron los dos ganadores y el artista con mención honorífica. Los ganadores fueron Omar Gámez y Oswaldo Ruiz. La mención honorífica fue entregada a Oscar Farfán.

«Don José con quijada de borrego», Oswaldo Ruiz // Cortesía Centro de la Imagen

«Smail 4», Alessandro Bo // Cortesía Centro de la Imagen

Aunque en la exposición no predomina la experimentación, se ha hecho un trabajo incisivo de análisis de los discursos, de las polémicas mexicanas, con menguas y repechos, que inevitablemente impactan a la gente. En este caso, como argumenta Molina, no se trata de una mirada desde la belleza y la estética, sino de la búsqueda de encontrar respuestas a lo que está pasando en nuestra sociedad y su profunda complejidad. 

La exposición, inaugurada el 6 de diciembre, se mantendrá abierta al público en el Centro de la Imagen hasta marzo del 2019.

Plaza de la Ciudadela 2
Centro Histórico, CDMX
C.P. 06040
T.: (01 55) 4155 0850

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