Cuando Carlos Monsiváis conoció a Chavela Vargas la juzgo de pintoresca; pero fue hasta que la vio interpretar un bolero en casa de la escritora Nancy Cárdenas que pudo ver en ella una capacidad interpretativa que helaba la sangre.
Quizá el primer obstáculo que vivió Chavela Vargas fue ser ella misma. Desterrada de su casa en Costa Rica, encontró en México la oportunidad para vivir una vida como ella quería. Alguna vez dijo en una entrevista que: “un mexicano nace donde se le da la chingada gana” y Chavela nació en los escenarios de este país interpretando a José Alfredo Jiménez como nadie más lo ha hecho.
Esta semana en México, se estrenará un documental sobre el lado íntimo de Chavela, dirigido por la documentalista Daresha Kyi y la cineasta Catherine Gund, que conoció a la intérprete en 1991. Gund, realizó varias entrevistas en la casa que ella tenía en Tepoztlán —donde vivió hasta el final de su vida— y la siguió con cámara en mano durante su regreso a los escenarios del país; sin embargo es la primera vez que el material se hace público.
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El documental que tiene una estructura formal, presenta los amores y desamores que tuvo la cantante con México y con el severo alcoholismo que la mantuvo alejada de los escenarios por muchos años. Gund y Kyi también añaden luces sobre el romance que Chavela tuvo con Frida Kahlo y además de contar aquellos otros que tuvo en Acapulco con personajes como Ava Gardner y la escritora estadounidense Betty-Carol Sellen.
Quizá lo más interesante de este documental es la vida de Chavela contada por ella misma: el relato de sus padres, que la despreciaban por ser masculina y una soledad que la acorralo por años. Chavela, contiene diversas entrevistas de gente que la conoció en México, como Eugenia León, el mismo hijo de José Alfredo Jiménez y las activistas y artistas Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe. Además, Miguel Bosé y Pedro Almodóvar rememoran cómo fue la relación con la cantante y hablan del papel que jugaron en el éxito que la llevó a conquistar los grandes escenarios de España y más tarde los de París. Tras revivir en los escenarios musicales también participó en una película de Werner Herzog. Chavela necesito de esos triunfos para poder conquistar el Palacio de Bellas Artes, donde su cuerpo fue velado en 2012.Esta película estuvo nominada a un premio en el Festival Internacional de Cine de Berlín y además ganó como Mejor Documental en el San Francisco International LGBTQ Film Festival que se celebró el año pasado.
