La violencia no se detiene en las favelas de Río de Janeiro. Hace siete años la policía prometió paz, pero no ha cumplido.
En Brasil, los lugares donde se consume crack tienen un nombre: crackolandias. En las favelas no pacificadas de Río de Janeiro se encuentran estos espacios que las autoridades se empeñan en esconder de los turistas y que parecen una sucursal del infierno.