Resulta un tanto paradójico que el sargazo despliegue un panorama tan lúgubre en las costas, cuando en aguas profundas juega exactamente el papel contrario. Esas algas que al tapizar las playas llegan a impedir el nacimiento de las tortugas marinas o a bloquear su avance desde el nido hacia el mar son las mismas que les dan protección y sustento a las crías que consiguen superar la franja continental.