La mayoría de las mujeres en Ghana, en África Occidental, no tienen voz ni tienen poder. Les tienen miedo. Desde hace diez años el gobierno lucha a contracorriente por cerrar los campos de concentración a donde las envían acusadas de practicar brujería. Hoy más de 300 mujeres siguen aisladas, desterradas y despojadas de sus propiedades. Las mujeres de Ghana viven en los márgenes de los márgenes sociales.