Por un lado, el dios occidental que concibe la diversidad como el más terrible castigo. Por otro, la caracola hermafrodita mixe que aglutina en su cuerpo todo lo diverso. Y aquí, la crónica —desde una montaña de la Sierra Mixe— de un sonido único en la historia de la música, que recorre estos proyectos divinos, en apariencia irreconciliables.