Los habitantes de la Ciudad de México replantearon sus vidas durante la pandemia. Las calles quedaron solitarias y las empresas laboraron de manera remota. Pero no todos pudieron quedarse en casa. Para miles era salir a trabajar o quedarse sin sustento; y sin ellos, la ciudad no hubiera podido funcionar. Sería un error “heroificar” la precarización de la vida laboral en México. Estos son los rostros del trabajo durante la pandemia.
La estremecedora crónica periodística en la que se descubren los mil y un rostros de la deportación.