Caminaron por todos los ministerios públicos en busca de sus familiares desaparecidos y entre ellas se encontraron. Pronto crearon lazos, hicieron grupos, organizaron búsquedas en campo y llevaron sus expedientes a todos lados, con sus propios medios y recursos. Quienes nutren las filas de los colectivos suelen ser, en su mayoría, mujeres atrapadas en la espiral de la ineficacia del sistema de justicia.