Las suyas son historias paralelas: Todos migraron a Estados Unidos cuando eran niños, se alistaron a las fuerzas armadas y a todos los desterraron como consecuencia del rumbo que las leyes migratorias tomaron. Hasta hoy el gobierno estadounidense ha deportado a cientos de veteranos de la armada. En Tijuana, un grupo de soldados de origen mexicano espera un indulto para poder volver.