El padre Gallo y el padre Morita vivieron las violencias del narco y el extractivismo que padecen los rarámuri: eso los coloca en el pueblo. Muchos lloran su pérdida y otros se preguntan si callar sobre todo lo que sucede en esas comunidades sirvió de algo o si ya es momento de decirlo todo.
Para los rarámuri, y otros pueblos vecinos de la Sierra Tarahumara, las enfermedades se combaten con la espiritualidad, pero ésta no ha sido suficiente para acabar con la desnutrición que se ha vuelto mortal en el noroeste de México. La pandemia de Covid-19 llegó a esta región acompañada de una terrible sequía que amenaza con ensanchar aún más la brecha de marginación social y privar de servicios básicos a una zona históricamente violenta.