Tras un aparador con zapatos colocados de cierta manera y ofertados a determinado precio, hay un sorprendente entramado de razones, intuiciones y vocación de comerciante. Hay, sobre todo, experiencia. Esta es la segunda entrega de la columna El Oficio.
Algunas emprenden desde sus redes sociales, otras logran pagar un sitio web y muchas más apuestan por la nueva plaza pública: el tianguis digital. “Nenis” las llamaron despectivamente y la etiqueta se viralizó. Pero respondieron con imágenes todavía más burlonas: ellas sosteniendo al mundo, ellas contando billetes.