Los altos de colores
San Cristobal de las Casas es una ciudad de colores brillantes y coexistencia de culturas. Arte, diseño, gastronomía y un estilo de vida relajado conviven para darle vida a la ciudad de los Altos chiapanecos.
San Cristóbal de las Casas es una ciudad en alta definición. El cielo, las paredes, las puertas, las iglesias, los mercados, las plazas y la gente. Todo parece tener más color que en ningún otro lado. Además, esta ciudad tiene un ambiente muy particular de coexistencia, aquí conviven hoteles boutique de lujo con hostales llenos de viajeros europeos en busca de la experiencia hippie, centros de investigación migratoria y estudios antropológicos con plazas gourmet y puestos callejeros de marquesitas con tiendas de productos orgánicos. También están los andadores peatonales llenos de cafés, bares, tiendas de artesanías, agencias de viajes y una sorpresiva cantidad de locales vegetarianos.
Y es que a San Cristóbal suele llegar gente por una temporada corta que termina quedándose (mucho) más tiempo. Tal es el caso de Margarita Cantú. Hace ocho años, Margarita dejó su trabajo como diseñadora en Nueva York para aprender de primera mano algunos procesos y técnicas tradicionales que le interesaban, principalmente relacionados con el telar. Lo que en su momento comenzó como un “estoy unos meses y regreso” se ha convertido en uno de los proyectos creativos más respetados de la región. Bajo el nombre de Omorika, Margarita colabora con más de 80 artesanos en Nachig, la Hormiga, San Andrés Larráinzar, Chenalhó y la Selva Lacandona para crear piezas textiles y decorativas que utilizan diferentes formas de desperdicio como material.
Por su parte, Galería MUY, una iniciativa de John Burstein, un estadounidense nacionalizado mexicano con más de 40 años de experiencia en temas de desarrollo comunitario y derechos humanos, busca terminar con la idea de que las manifestaciones artísticas indígenas se limitan a la artesanía. Para John estamos presenciando una reinvención cultural de los pueblos originarios y lo que éstos pueden aportar a las industrias creativas más allá de lo que consideramos tradicional. MUY representa a 18 artistas indígenas —principalmente mayas y zoques— de distintas zonas de Chiapas, todos con propuestas contemporáneas que buscan plasmar sus raíces en distintos formatos. La galería no sólo tiene el objetivo de educar a los compradores y entusiastas del arte contemporáneo, sino que uno de sus ejes principales es crear y promover un público para este tipo de propuestas dentro de las mismas comunidades.
El centro de operaciones de MUY funciona como espacio de exhibición, producción y convivencia. Algunos de los creadores con los que pudimos convivir fueron el escultor Gerardo K´ulej, el cineasta Saúl Kak, el muralista Antún Kojtom y la chamula Maruch Méndez, que a sus 60 años puede presumir una sólida exploración de varias técnicas, entre ellas el performance, la escultura y, recientemente, la pintura.
Todos tienen en común un discurso elocuente y aterrizado, así como un profundo deseo de representar la memoria colectiva y recuperar sus tradiciones como un acto de empoderamiento cultural mucho más grande que cualquier conflicto armado, leyenda zapatista o montaña cargada de misticismo. Los Altos fueron, son y seguirán siendo una región de colores.
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