Alberto Fernández intentará sacar a Argentina de la crisis
Bajo la sombra del kirchnerismo buscará renovar al país.
En 2003, el diario La Nación lo describió como “el intérprete de Kirchner que añora el rock”. No exageraban, el gusto de Alberto Fernández por el rock argentino es conocido, al igual que su amistad con Litto Nebbia, fundador de la banda Los Gatos, uno de los cantautores más renombrados de su país. Fernández aprendió a tocar la guitarra gracias a él, y cuentan algunas entrevistas que carga en su celular con canciones inéditas —incunables, le llaman los reporteros— que el ahora político compuso y jamás vieron la luz. De cualquier forma, Fernández se reconoce a sí mismo como “hijo del rock nacional”.
Este apelativo resulta curioso para alguien como él, un jugador político clave para el mundo argentino contemporáneo y muy probablemente el próximo presidente de la República Argentina, ya que “rosquero” también tiene otra connotación en el país. “Él fue un armador político, lo que acá en Argentina llamamos un rosquero, una persona que está reuniéndose con gente, tomando café, negociando. Se dedicó a eso”, dice Camila Perochena, historiadora y analista argentina, sobre el candidato. En el mundo de la política, Alberto Fernández es una figura elusiva, difícil de encasillar y aún así presente en movimientos que cruzan las barreras ideológicas, así como entre colaboradores que vienen y van.
Fuera de Argentina, no es muy conocido, y con el mismo apellido, Cristina Fernández de Kirchner opaca su imagen incluso cuando es él quien lidera una exitosa campaña a la presidencia. El candidato lleva alrededor de dos décadas pavimentando un camino político que, de acuerdo a las últimas elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), tiene una gran probabilidad de ocupar el cargo máximo en la política argentina hacia 2020.
Las PASO se establecieron en 2009, y determinan los partidos y representantes de éstos para las próximas elecciones. El 11 de agosto de 2019, Alberto Fernández y la candidata a vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner triunfaron en esta elección con una mayoría de casi 48%, en la coalición Frente por Todos. El segundo lugar en las elecciones se lo llevó la coalición Juntos por el Cambio, liderada por el hoy presidente Mauricio Macri y el candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto con el 37.8% de electores, una diferencia superior a los cuatro millones de votos.
Fernández nació el 2 de abril de 1959, en la provincia de Buenos Aires. Sus papás se separaron cuándo el era un niño, y a partir de entonces Fernández tuvo poco contacto con su padre biológico. Para el hoy candidato, su figura paterna fue el segundo esposo de su mamá: Carlos Pelagio Galíndez, cuyo padre Manuel Galíndez, fue senador en la Unión Civil Radical (UCR). Sin embargo, ese es el único rastro político en su familia.
Aún sin referencias cercanas, Alberto Fernández mostró interés por la política desde muy joven, y participó en la fundación del Frente de Orientación Nacional, de tendencia radical. Para 1982 se afilió al Partido Constitucionalista Nacional, cuya orientación es de derecha, y un año después se unió al Partido Justicialista, que sigue una ideología peronista y fue creado directamente por el exmandatario Juan Domingo Perón. Fue a ese partido al que pertenecieron Néstor y Cristina Kirchner.
Alberto Fernández trabajó en una diversidad de puestos junto a varios presidentes. Con Raúl Alfonsín, presidente entre 1983 y 1988, fungió como General de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía. Durante la presidencia de Carlos Menem se desempeñó como superintendente de Seguros de la Nación, y es a partir de ese momento, en 1998, que junto con varios actores políticos, incluidos Cristina y Néstor Kirchner, creó el grupo Calafate, un think tank que comenzó a plantear la candidatura de Néstor Kirchner a la presidencia. Fernández está en los orígenes del kirchnerismo, una ideología cercana al peronismo, y cuando Néstor asumió la presidencia, Fernández se convirtió en su jefe de gabinete, puesto en el que se mantuvo al asumir Cristina la presidencia.
Sin embargo, como consecuencia del paro agropecuario, en 2008 esta relación se rompió y Fernández se separó del movimiento kirchnerista para convertirse en un gran crítico del mismo. Tras casi una década de enemistad y declaraciones críticas, hoy Alberto y Cristina compiten juntos para dirigir el país, y eso provoca una serie de preguntas y cuestionamientos. La vicepresidencia en Argentina es un puesto más bien simbólico y con muy poco poder, lo cual hace de esta coalición algo aún más insólito: Cristina Fernández de Kirchner fue quien anunció la candidatura de Alberto Fernández, casi como si ella lo hubiese elegido a él.
Esta materia ideológica resulta clave para entender cuál es la relevancia de las elecciones, y Alberto Fernández al centro de ellas. El Peronismo, movimiento industrial y popular que existe desde los años 40, se ha ubicado en varios espectros de la política, transitando de izquierda a derecha, y atraviesa figuras políticas en prácticamente cualquier ámbito. Hoy, las dos coaliciones principales, Juntos por el Cambio y Frente por Todos, están orientadas hacia espectros peronistas, sólo que el primero es de corte centroderecha y el segundo de centroizquierda. No obstante, el Frente también logró englobar otros espectros que antes no hubieran formado parte de este conjunto. “Lo que debemos entender es que la candidatura de Alberto logró unir al kirchnerismo con sectores que hasta hacía muy poco, cuatro meses, eran anti kirchneristas, se reivindicaban como tal, y estaban en contra de la presidencia de Cristina Kirchner, ahí estaba incluso el propio Alberto”. Estas uniones surgieron, principalmente, en oposición al gobierno de Macri, que ha dejado resultados más bien mixtos entre la población.
Asimismo, Perochena apunta una diferencia clave entre ambos y es su forma de entender la política: “Cristina piensa la política a partir del conflicto como algo inherente. Para ella, actos como dividir, polarizar o profundizar estos antagonismos no sólo una de hacer política, sino también una forma más democrática de hacerla. Alberto no lo piensa así, él trata de pensar la política a partir de la creación de ciertos consensos o conciliaciones. Eso se relaciona con lo que él fue toda su vida: un armador político. Él sólo tuvo un cargo electivo que fue como legislador de la Ciudad de Buenos Aires”.
Los comicios argentinos de 2019 son de los más importantes en lo que va del siglo. Argentina atraviesa una crisis de confianza con sus gobernantes, y Perochena apunta que entre las candidaturas argentinas es muy común se proponga el cambio hacia una nueva nación, un discurso en el que ni Macri, ni Fernández no son excepción.
Alberto Fernández se enfrenta a una serie de promesas de campaña difíciles de cumplir, las cuales involucran estabilización económica y baja inflación entre muchas otras, y cuya efectividad también se encuentra bajo la sombra del kirchnerismo, aún presente.
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