Por primera vez en la historia del Premio Gabo, en 2024 una pieza fue galardonada en dos categorías distintas. El reportaje “La noche de los caballos: el rescate equino más grande de América del Sur”, escrito por el periodista argentino Diego Fernández Romeral y con fotografías de Anita Pouchard Serra, publicado en la edición 227: Historias de poder de Gatopardo, obtuvo el primer lugar en las categorías de Texto y Fotografía.

Este reportaje narra una historia que surgió en octubre de 2019, cuando más de setecientos caballos abandonados, desnutridos y agusanados fueron encontrados en un campo de la provincia de Buenos Aires, Argentina. Aunque la noticia del “campo del horror”, como se le llamó al sitio donde se encontraron a los caballos, acaparó los noticieros del país durante semanas, pronto el caso se olvidó. Hasta que, a principios de 2023, el periodista Diego Fernández Romeral lo retomó. Lo que encontró fue un complejo entramado de mafias, corrupción estatal y exportaciones millonarias. El reportaje fue ilustrado con las fotografías de Anita Pouchard Serra, que retratan a los caballos recuperados del “campo del horror” y a sus cuidadoras del Centro de Rescate y Rehabilitación Equino, la oenegé argentina liderada por la activista Florencia Sampietro.

“[Es] un texto memorable en todos los sentidos: la investigación, el enfoque, la calidad de la prosa. Es especialmente revelador, porque devela el horror del crimen organizado que exporta carne de caballo de Argentina a Europa, un tema del que se conocía muy poco hasta ahora”, informa el jurado final de la categoría Texto, integrado por los periodistas Martín Caparrós, Sabrina Duque y Karina Sainz. “El texto está maravillosamente escrito, mantiene el pulso literario hasta el final y estremece a partir de imágenes que no resultan fáciles de olvidar”.

En cuanto al conjunto de imágenes que ilustran el reportaje, el jurado final de la categoría Fotografía, integrado por Alejandro Cegarra, Silvia Omedes y Dani Yako, comentó: “Es toda una celebración de la empatía y el cuidado, fija un estándar elevado en el fotoperiodismo de temas conservacionistas y de derechos animales, toda vez que no solo informa, sino que también interroga y promueve una historia territorial con resonancia universal. Es mérito de la fotógrafa conseguir —con tal belleza— que la semblanza de esta problemática hiperlocal trascienda y pueda convertirse en motivo de estremecimiento y esperanza para todo un continente y más. Una mezcla visual de resiliencia y vulnerabilidad, cuyo mensaje es preciso: cualquier persona puede salvar al mundo”.

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En entrevista con Gatopardo, Diego Fernández Romeral y Anita Pouchard Serra expresaron la emoción de haber sido galardonados con el Premio Gabo: “Hace 10 años que empecé en el periodismo y desde entonces todos los años miro quién lo ganó, quiénes son los finalistas, es una referencia”, dice Diego Fernández Romeral. “En Argentina lo ganaron Leila [Guerriero], Javier Sinay, Josefina Licitra; maestros todos; ellos son tan referentes, no solo por el premio, sino por todo lo que escribieron y lo que escriben; yo lo veía inalcanzable estar en ese espacio. No lo puedo creer”.

Anita Pouchard Serra confiesa que el galardón le dio sentimientos encontrados: “Pienso en la pequeña Anita y digo qué locura esto, me enorgullece pensando de manera muy personal, muy intrafamiliar. Pero no me cambió nada, como sentirme en otro lugar; de hecho, me tocó sacar fotos para una nota acá en Argentina y estaba como ‘pará, pará, cómo voy a sacar estas fotos’. Lo tomo de manera muy feliz el premio, pero no me cambia nada, siento que ahora tengo más responsabilidades”.

Algo que comparten Diego Fernández Romeral y Anita Pouchard Serra es que ambos consideran que su llegada al periodismo fue tardía. “Tengo una trayectoria muy extraña, tengo 39 años y en realidad vengo de otro palo totalmente. Estudié para ser bailarina clásica hasta los 18 años”, cuenta Anita Pouchard, quien también estudió y se recibió de Arquitectura e hizo una maestría en Antropología Urbana, porque le interesaba investigar y contar historias sobre territorios. Pero poco a poco se dio cuenta de que la imagen le interesaba más que la palabra para contar esas historias; luego de muchas vueltas, a los treinta años decidió formarse como fotoperiodista en la Asociación de Reporteros Gráficos de la Argentina, donde actualmente es docente. Su trabajo suele concentrarse en temas relacionados con la migración, la identidad, el territorio y los feminismos; colabora para medios internacionales como New York Times, Le Monde, Washington Post, El País, Bloomberg y locales como las revistas Crisis y Anfibia.

En La noche de los caballos, lo que buscaba era “que hubiera mucha dulzura, porque es la realidad de ese lugar: compensar con dulzura y reparar a esos seres vivos”.

Diego comenzó en el periodismo a los 29 años, hace una década. Si bien recuerda que desde niño le gustaba ver las noticias, dice que en su familia nadie estaba vinculado con el periodismo ni con la cultura. “Las primeras nociones que tuve con lo que yo hago fue el libro de García Márquez Relato de un náufrago, que lo leí en la escuela primaria, en séptimo grado”, recuerda. Eso hace que el premio adquiera un significado aún más especial, confiesa. Diego ha trabajado en la redacción de los diarios Página 12 y Clarín, en Argentina. Además, sus crónicas, perfiles y reportajes han sido publicados en medios como Gatopardo, Orsai, Anfibia y Brando. Desde 2019 trabaja también como guionista e investigador periodístico en las productoras audiovisuales DL-Cine y Planta Alta, desarrollando películas y series, tanto documentales como de ficción.

Sobre el trabajo que realizaron en la edición 227 de Gatopardo, Anita considera que “es clave cómo representar y cómo sugerir las cosas, que el espectador termine componiendo la imagen y la idea en su cabeza; no mostrar algo horroroso que capaz ni mirás porque es demasiado y te aparta”. Con las imágenes que fotografió en el Centro de Rescate y Rehabilitación Equino para “La noche de los caballos”, lo que buscaba era “que hubiera mucha dulzura, porque es la realidad de ese lugar: compensar con dulzura y reparar a esos seres vivos”. El objetivo era retratar la ternura que hay en la rehabilitación de los caballos, pero con detalles que recordaran lo que había sucedido.

La idea del reportaje, recuerda Diego, surgió cuando estaba comiendo en un restaurante, en 2019. “En la tele mostraban las imágenes sin sonido de un dron que recorría el campo con setecientos caballos que estaban muriéndose, agonizando”. La idea se quedó volando, hasta que 2022 habló con una abogada involucrada en el caso y se fue adentrando en la historia. “Todo fue bastante fluido, ya había trabajado con Gatopardo y con Leila (Guerreiro)”, dice sobre el proceso de escritura y edición del reportaje. “Lo que estuvo muy bueno fue el trabajo de fact-checking que Gatopardo realiza; eso le hace ganar precisión a los trabajos, que seguro es parte de la selección de los premios”.

El pasado 5 de julio de 2024, en la ciudad de Bogotá, Colombia, se realizó la ceremonia de los Premios Gabo 2024, que celebra lo mejor del periodismo en lengua española y portuguesa durante el último año. En esta ocasión se rindió homenaje a José Rubén Zamora, periodista preso en Guatemala desde julio de 2022, con el Reconocimiento a la Excelencia Periodística del Premio Gabo 2024. 

Durante la ceremonia de entrega de los Premios Gabo 2024, Anita Pouchard Serra dedicó su galardón al “periodismo argentino, que no está en un momento muy fácil de su historia”. Ella explica que, si bien los Premios Gabo son una fiesta, se deben aprovechar esas plataformas para hablar de la realidad de sus colegas periodistas y de las condiciones en las que ejercen el periodismo, las cuales en su país y en la región no siempre son las óptimas. “Ojalá también sirva para poner visibilidad y que eso pueda brotar en beneficios para más colegas”, finalizó.

JAIR ORTEGA DE LA SANCHA. Reportero de Gatopardo. Premio Punto de Partida 2021 en la categoría Cuento y ganador del XIV Concurso Nacional de Narrativa Elena Poniatowska. Obtuvo mención honorífica en el Premio Punto de Partida 2022 en la categoría Minificción y en el Premio Roche de Periodismo en Salud 2022.