La depresión y el coronavirus, la otra cara de la pandemia - Gatopardo

La otra cara del coronavirus: la depresión

Más de la mitad de los adultos de México, Brasil y Estados Unidos ha sido afectada emocionalmente por el coronavirus. La pérdida de amigos y parientes, el aislamiento, la preocupación constante por el trabajo y los ingresos, así como el bombardeo de malas noticias (muchas, falsas) son factores que van minando a las personas.

Tiempo de lectura: 6 minutos

Un amigo me contó esto hace unas semanas: un lunes en la mañana estaba trabajando en casa, en medio del confinamiento, en la planta baja de un edificio, cuando vio que se movieron los cables de luz y escuchó que algo se había caído afuera, en la banqueta. Algo grande. Lo primero en lo que pensó fue una maceta. ¿Qué podría haber sido? Salió a la calle para revisar y se encontró con una mujer tirada en el suelo. Cuando la vio allí, sangrando, le costó trabajo entender lo que acababa de suceder. La realidad le cayó como un rayo: su vecina había saltado por la ventana. Mi amigo la conocía bien, una actuaria que trabajaba en una compañía de seguros. La consideraba una persona sólida, que había ascendido en la vida de manera exitosa. Pero el confinamiento, la hipertensión (una comorbilidad que la aislaba aun más) y las presiones del trabajo (más de doce horas pegada a la computadora en reuniones por Zoom) terminaron por quebrarla. Y ese lunes decidió que ya no quería seguir viviendo. (Algunos detalles de este relato se han alterado para guardar la confidencialidad.)

Afortunadamente, sobrevivió al intento de suicidio y tanto la compañía de seguros como su familia y su red cercana de amigos la han arropado. La internaron unos días en un hospital psiquiátrico y, después de salir, ha recibido terapia y tomado el control de sus emociones. Cuida su salud mental. Regresó al trabajo.

Su historia es la de miles de otros mexicanos. La pandemia ha afectado a muchos por el lado afectivo: la pérdida de amigos y parientes de quienes no se pueden despedir; la ansiedad por el aislamiento; la preocupación constante por el trabajo y el ingreso; la presión de tener a los niños en casa; el bombardeo de malas noticias (muchas, falsas) todos esos factores van minando la columna vertebral anímica que sostiene a las personas.

En mayo, cuando el aislamiento tenía apenas unas semanas, el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad, de la Universidad Iberoamericana, hizo un estudio donde señalaba que tres de cada diez mexicanos presentaron síntomas de ansiedad o depresión. De las 800 personas encuestadas de 18 años o más, 29% se identificó con síntomas depresivos y 32.4% dijo tener síntomas severos de ansiedad. Hace unos días, la directora de la oficina regional de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne, señaló que la crisis de la pandemia de Covid-19 ha provocado una crisis de salud mental en la región a una escala sin precedentes. Más de la mitad de los adultos de México, Brasil y Estados Unidos (los tres países más afectados), está estresada y en todos ellos ha aumentado el consumo del alcohol y drogas, que sólo exacerban los problemas. “Es urgente que el apoyo a la salud mental se considere un componente fundamental de la respuesta a la pandemia”, dijo Etienne en la presentación de un informe sobre el tema.

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