1.Helado. 2. Guerras de agua. 3. Personas que se tropiezan… Este es el inicio de una lista de cosas maravillosas; que, a los 7 años, un niño empieza a enumerarle a su madre, quien ha perdido las ganas de vivir…

Durante su infancia, esta lista sigue creciendo con otros elementos como ‘cosas con rayas’, ‘reírse tanto que duela la panza’, ‘las montañas rusas’. Cosas que podrían hacer feliz a casi cualquiera, ¿no? Pero la madre de este protagonista parece no estar de acuerdo; y por eso, a lo largo de su vida, este hijo seguirá intentando que ella cambie de opinión creciendo la lista de las cosas maravillosas por las que vale la pena vivir…

Esta obra: Every brilliant thing, de Duncan Macmillan con Johnny Donahoe, se estrenó en junio de 2013 en el Ludlow Fringe Festival, y desde entonces, ha sido representada en diferentes países y por una gran diversidad de actores, pues las indicaciones para el protagonista son sencillas: un hombre o mujer de cualquier edad o etnicidad.

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A México, la obra llegó gracias a Pablo Perroni, quien produce y protagoniza este montaje dirigido por Sebastián Sánchez Amunátegui que se presenta los martes a las 20:30 en el Foro Lucerna y que –recuerda mis palabras–, cambiará tu vida.

Dicho así parecería que te estoy invitando a una especie de secta religiosa en donde intentarán cambiar tu visión sobre el mundo; pero aunque el medio –y el método–, sean distintitos, precisamente eso es lo que logra esta obra que se estrenó en México hace dos años y que, debido al éxito, ha tenido distintas temporadas.

El montaje mexicano fue renovado gracias a una configuración 360º en donde el público está alrededor. Al centro del escenario, se colocaron un montón de papelitos; hojas que funcionarán como fragmentos de esta lista que se va construyendo a lo largo de la obra.

A medida que el personaje crece, la enumeración se va llenando de otros grandes placeres de la vida: reconciliarse después de una pelea, tenerle la suficiente confianza a alguien para preguntar si tienes un frijolazo en los dientes, o la voz de Nina Simone; pero lo realmente interesante, es que ahí, en ese momento, cada persona de la audiencia puede empezar su conteo; o quizá más tarde en casa, gracias a que en el Foro Lucerna se sacó una edición especial de libretitas para empezar tu propia lista.

Esta es una obra que puede ayudar a alguien que está pasando por una crisis, y si bien no pretende curar una depresión, sí termina por recordarle a ese que escucha que las cosas van a mejorar; que no siempre se vuelven maravillosas, pero mejoran.

Otra diferencial de este proyecto, es que, aunque se trata de un monólogo (un solo intérprete), este actor va eligiendo a algunos miembros del público para que lo acompañen en breves intervenciones: como la veterinaria, su papá, una psicóloga y Sam, quien será determinante en la vida del protagonista.

Gracias a la dirección de Sánchez Amunátegui, responsable de Criminal, Juegos de poder y El Loco y la Camisa, y a la interpretación de Perroni, Puras cosas maravillosas resulta tremendamente emotiva, pero sin llegar a ser aleccionadora. Permite acompañar al personaje en su odisea, a la vez que invita a reflexionar en la propia.

La obra demanda una gran complejidad física y emocional para Perroni; para encontrar maneras de comunicar el mensaje, para improvisar, para resolver… Pero para el propio público también incluye algunas demandas; sobre todo, desconectarse y estar presente.

Tener el privilegio de ver una obra que pueda, en alguna medida, impactar tu vida, es un verdadero regalo; es un elemento que definitivamente debería agregarse en la lista de Puras cosas maravillosas.

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