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Con la llegada de la pandemia, muchos niñes y adolescentes se quedaron encerrades en casa con sus agresores. Hablamos sobre la violencia que vivieron durante el encierro.
Con la llegada de la pandemia, muchos niñes y adolescentes se quedaron encerrades en casa con sus agresores. La violencia doméstica se disparó sin que elles tuvieran forma de pedir auxilio y su hogar pasó de ser un lugar seguro a ser la casa del ogro. Durante el año pasado más de 11 mil niñes y adolescentes ingresaron a hospitales por lesiones, principalmente ocurridas en el hogar y provocadas por familiares. Además, mil 101 niñes y adolescentes fueron asesinades. Tres por día. La pandemia no detuvo al mundo y a la violencia tampoco.
Ante este escenario, dedicamos este episodio de Crecer en distopía a reflexionar sobre nuestra responsabilidad de garantizarles un futuro seguro. Les debemos la posibilidad de relacionarnos sin violencia.
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