¿Habrá el doble de vacaciones a partir de 2023?
México está entre los países que más horas labora al año, con un total de 2124, mientras que el promedio de la OCDE es de 1687 horas anuales. Además, es uno de los que ofrecen menos días de vacaciones en el mundo, solo detrás de China y Filipinas.
Durante los últimos meses de este casi acabado 2022, el tema vacacional volvió a hacer acto de presencia en el Congreso de la Unión, esta vez con una iniciativa digna de ser celebrada: un proyecto de reforma para aumentar los días de vacaciones de 6 a 12 a partir del primer año de trabajo, luego del cual, el aumento será progresivo, de dos días por cada año adicional, hasta llegar a los 20, y después del sexto año de antigüedad, esos dos días se incrementarán únicamente cada cinco años de servicio.
Y a pesar de que el aumento que se logró es bastante significativo, al comienzo, el proyecto era aún más ambicioso. En febrero de 2022 la senadora Patricia Mercado presentó una propuesta bajo el lema “Vacaciones Dignas Ya”, después de que un grupo de jóvenes la buscara para impulsar una iniciativa que contribuyera al sector obrero. En septiembre la iniciativa logró atravesar la Cámara de Senadores, donde surgieron por lo menos cinco iniciativas más que proponían aumentar el mínimo de vacaciones hasta 18 días.
Esto no agradó del todo al sector empresarial. Cuando se aprobó el proyecto en octubre y se turnó a la Cámara de Diputados para su votación, el Consejo Coordinador Empresarial pidió una prórroga para discutir alternativas más cómodas para la pequeña y mediana empresa, por ejemplo, aumentar las vacaciones de forma escalonada, sin embargo, su propuesta no tuvo éxito y el pasado martes 13 de diciembre la Cámara de Diputados aprobó el aumento de 12 días base, turnándose al ejecutivo para su publicación en el Diario Oficial de la Federación a comienzos del 2023 y así empezar un nuevo año con una alentadora reforma a la Ley Federal del Trabajo.
Se trata, sin duda, de uno de los mayores logros que el sector obrero ha alcanzado en el último siglo, ya que la ley no había sido modificada desde 1970. De hecho, el que los trabajadores puedan acceder a días de descanso no tiene ni un siglo en vigor, ya que cuando se redactó la constitución de 1917 solo se establecieron en el artículo 123 un conjunto de derechos que señalaban que debían tener un día descanso por semana, pero no se hablaba de un periodo vacacional por año trabajado. No fue hasta 1931, cuando se expidió la primera Ley Federal de Trabajo, que los empleadores estuvieron obligados a conceder una pausa anual pagada a sus empleados, que no debía ser inferior a cuatro días laborables, y eso no aumentó sino hasta el primero de mayo de 1970, cuando este mínimo aumentó a seis días, y a partir de entonces, el tema no se volvió a tocar hasta este año.
Pero, ¿por qué es tan importante que las y los trabajadores tengan más días de descanso al año?, ¿cómo beneficia a su productividad y a su salud mental? y ¿cuál es la posición de México frente a otros países?
El Doctor José Alfonso Bouzas Ortiz, especialista en estudios del trabajo, explica que el problema que tiene México está relacionado con una cuestión de enfoque, ya que la mayoría de los empresarios ven las vacaciones simplemente como un costo y no como una necesidad con el potencial de mejorar los resultados de su empresa. “Las vacaciones no son un mal necesario, ni un plus que se le da al trabajador; tampoco algo de lo que se deba prescindir y que, sin duda, se desaira sin apreciar el daño a la salud que causa una dinámica de mucho trabajo. Todo esto es una expresión cultural profundamente negativa y dañina. En muchos países: España, Francia, Argentina, Brasil, los periodos vacacionales son largos, se juntan incluso de manera tal que el trabajador y su familia disponen del mismo tiempo. Incluso se da la dinámica de que las ciudades se vacían, y a nosotros eso nos parece una cosa irrealizable”, explica.
Los datos internacionales dejan a México en una posición vergonzosa, ya que se encuentra en la lista de países que más horas labora al año con un total de 2124, cuando entre los miembros de la OCDE el promedio es de 1,687 horas anuales, pero, además, es uno de los países que cuenta con menos días de vacaciones en el mundo, solo detrás de China y Filipinas. Kuwait, por ejemplo, es el país del mundo donde los trabajadores gozan de mayor número de vacaciones pagadas, con 35 días anuales, mientras que los países miembros de la Unión Europea otorgan un mínimo de 20 días laborables de vacaciones, aunque la mayoría de ellos ofrece más desde el primer año de trabajo.
Se podría pensar que solo economías tan desarrolladas pueden brindar tantos días de descanso, pero en realidad no es así, la mayoría de los países de América Latina ofrecen en promedio 15 días de vacaciones por año y otros, incluso, mucho más, como Perú y Panamá, que ofrecen 30 días de vacaciones para los trabajadores, o Brasil, que otorga 26. Esto incluyendo vacaciones y días feriados.
La sobrecarga de trabajo no solo afecta el rendimiento laboral de las y los trabajadores, sino que repercute directamente en su salud física, mental y emocional, lo que provoca estragos importantes en su vida personal y productividad, ya que el tiempo libre no es igual a tiempo de descanso. De acuerdo con datos de la OMS, México es el país en el que las personas sufren mayor estrés laboral ya que, según cifras del estudio “Estrés Laboral en México”, al menos un 60% de los trabajadores ha padecido un burnout alguna vez.
Además, el descanso está sesgado por cuestiones de género y clase. Las mujeres tienen una sobrecarga de cuidados importante al llegar a casa luego de una jornada laboral, mientas que las personas de menores ingresos suelen dedicarle dos horas diarias o más al transporte público para ir y volver del trabajo.
Históricamente el descanso había sido un tema reservado para las clases más privilegiadas al que, muy poco a poco, las clases obreras han ido accediendo, pero las vacaciones no solo son necesarias para evitar el agotamiento extremo, los colapsos mentales o para incrementar la productividad, sino también por un tema de justicia social.
Así como existe la desigualdad económica, existe la desigualdad emocional. Como lo explica Mayneé Cortés, psicóloga especializada en estudios en trauma, “el descanso es una necesidad emocional y fisiológica, no se trata de un capricho de ocio o de algo que queramos hacer nada más porque se nos antojó. En el descanso se tejen muchos de los procesos que te permiten crecer y que te permiten transformar todo eso que has vivido en otra cosa. El descanso es reparador, pero no está desarticulado de la actividad o de la productividad, no son opuestos, más bien son parte de un mismo proceso”.
A pesar de que este aumento en el periodo vacacional es un avance sumamente significativo, aún existen más de 30 millones de trabajadores en el sector informal que difícilmente acceden a días de descanso justos. Así que, más allá de celebrar lo ganado, esto puede servir como un parteaguas para seguir luchando por mejorar las condiciones laborales de todos ellos.
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