Miles de animales mueren todos los días para saciar nuestra hambre. El precio que pagamos es la devastación de los bosques, el agotamiento del agua y millones de toneladas de gases de efecto invernadero. El precio que pagan ellos, los seres a los que vemos solamente como alimento, es una vida breve en la que hay dolor y sufrimiento en cada minuto. Un futuro sustentable es un futuro sin carne y, para lograrlo, hay muchas personas dispuestas a iniciar una revolución.
Kenia, de 31 años, es indígena amuzga y nació en el municipio de Xochistlahuaca, Guerrero. Es abogada, feminista y defensora de derechos humanos, pueblos indígenas, presos políticos y víctimas de violencia de género. Lleva cinco meses recluida en un penal de máxima seguridad.