A inicios de año corrió la noticia de bastones de mando que eran obsequiados a ciertos “aliados” de los pueblos indígenas y causó indignación en las redes sociales. Era otro episodio más de la apropiación cultural que estas naciones vienen padeciendo desde hace siglos. ¿Qué hay detrás de los verdaderos tajk que entregan las asambleas comunitarias y son una resignificación de los ayuntamientos de la Nueva España?
Aunque es buena noticia que el museo más visitado del mundo tenga, por fin, una directora, ésta tendrá que innovar para responder a las críticas de apropiación cultural y para que el museo recobre su vocación crítica.
Los rituales indígenas no han podido escapar de las apropiaciones culturales indebidas. Después de ser combatidos por el Estado y el mercado, se han creado rituales performáticos con el sólo propósito de hacer política y reforzar estereotipos.
Las vestimentas han construido y plasmado identidades y manifestaciones estéticas de culturas en todo el mundo. En uno de esos giros propios del capitalismo, no sólo hemos sido testigos de apropiación cultural indebida o abierto plagio, sino que también se recurre a hablar de “estilizar” y “modernizar” estas prendas, ocultando un desprecio.