¿Cuál es la diferencia entre, digamos, Die Hard, con Bruce Willis, y Civil War, de Alex Garland? Las dos muestran la destrucción como un satisfactor, pero la primera se asume como tal; la segunda es simplemente irresponsable.
Claudia Sainte-Luce transgrede todo un catálogo de normas de la comedia mexicana tradicional. Su burla hacia lo más desesperante y vacuo del universo clasemediero (y regiomontano, para colmo) es liberadora, pero deja espacio a la compasión y demás gestos profundamente humanos.
La mejor tradición italiana del siglo XX —Fellini, Pasolini, Antonioni, Rossellini y ¡Franco Battiato!— queda a buen recaudo, como en una sorprendente urna con huesos de santo y demás reliquias, en La chimera, de Alice Rohrwacher.
Cada año la academia de Hollywood tiene una oportunidad para rebelarse en lo político y en las formas. Esto, si premiara cintas que cuestionaran el lado oscuro de la cultura estadounidense o el estado de las imágenes. Casi nunca sucede. La tibieza, los intereses ejecutivos y la mano de críticos desinteresados mantienen a Hollywood lejos de cualquier subversión.
Hacer cine sin convertirse en marioneta de los productores es el anhelo de cualquier director mexicano. Alejandro Alatorre consigue un filme que se aleja de la blanquitud o las desgastadas fórmulas televisivas; aunque imperfecta, Donde duermen los pájaros es un manifiesto de autenticidad y cinefilia.
Ante la decadencia del cine de superhéroes, el cine se orienta a historias en apariencia sencillas y, en el caso de Andrew Haigh, apuesta por narrar una conmovedora trama de amor y fantasmas. Lo cotidiano observado desde un lenguaje cinematográfico que deja de lado la grandilocuencia y arroja la pregunta: ¿hemos entrado a una nueva era del melodrama?
Denis Villeneuve tenía en sus manos la oportunidad de construir un mundo épico con Dune: Part Two, alejado de la simpleza del puñetazo y las explosiones para sumergirse en las complejidades de sus protagonistas. Por desgracia, eligió el camino dominguero de Ridley Scott en una gesta con bonitas postales, pero sabor melodramático y sin la malicia que le conocimos en Blade Runner 2049.
Al director Michael Mann le fascina narrar historias donde sus personajes se enfrentan a situaciones límite: un último atraco o, como en el caso de Enzo Ferrari, la carrera que lo podría alejar del fracaso. En ese sentido, la película protagonizada por él guarda mucho parecido con otra emblemática del director: Heat.
¿Qué pasaría si un día nos decidimos a abandonar lo mundano? Quitar todo lo estorboso hasta dejar el departamento completamente vacío, como en la juventud. Conseguir un trabajo sencillo que nos lleve a recorrer la carretera con rock del bueno. Wim Wenders se apropió de Tokio para explorar esa renuncia en Perfect Days y luego de una breve charla, intentamos descifrar si es un guiño a sus primeros filmes.
El cine de Todd Haynes está repleto de guiños a los directores que lo influyeron y para su más reciente trabajo, May December, optó por edificar una casa de espejos cuyos cimientos están integrados por Ingmar Bergman y Rainer Werner Fassbinder. El juego de dobles se inspira en el polémico caso real de Mary Kay Letourneau, una adulta que sedujo a un preadolescente y años después formó una familia con él.
La película de Justine Triet arrasó en los Globos de Oro y se instaló entre las nominadas al Oscar con una historia donde importan más los argumentos para adjudicar un presunto homicidio que la responsabilidad real. Ni siquiera el espectador presencia el accidente y la directora prefiere colocarnos en el asiento del jurado a escuchar testimonios imperfectos donde la verdad es ambigua.
Yorgos Lanthimos solía expresar una visión cercana a otros cineastas incómodos como Michael Haneke, con alto grado de subversión. Con Poor Things, el cineasta logra una puesta en escena elementalmente atractiva, bonita, pero insignificante: un envoltorio pastel que fetichiza a Emma Stone más de lo que provoca con su historia de rebelión femenina.
El director Alexander Payne regresa al cine de Frank Capra y Hal Ashby mediante la historia de un profesor obligado a cuidar a sus alumnos durante la Navidad. Aunque termina en aventuras humorísticas, la película se orienta más que nada a un tierno encuentro entre los personajes y una posibilidad de futuro para una industria cinematográfica en caos.
Después de dirigir La región salvaje , una película de horror, Amat Escalante regresa con su más reciente largometraje. Experimenta con una película detectivesca que explora la responsabilidad de la burguesía en los males del país, y recurre a lo mejor de una película naturalista, como en sus primeros trabajos fílmicos. Su carrera demuestra las búsquedas de un autor que no se conforma con las tendencias del cine de festival.
Lejos de la pornomiseria con la que se suele mirar a la clase trabajadora, el gran autor finlandés Aki Kaurismäki estrena en salas de cine en México esta celebrada película que, a pesar de un estilo tieso, mínimo, como el carácter finlandés, busca conmovernos con una tierna historia de amor.
Ridley Scott ha construido una filmografía explotando leyendas históricas para vender boletos. Su visión del pasado se fabrica con hordas de extras, reconstrucciones digitales y físicas pero, sobre todo, cuerpos desmembrados, demostrando que su imaginario es más el de un productor que el de un artista. Su más reciente Napoleon es una crónica superficial del histórico personaje.
Ya puede verse en algunas salas de cine y en Netflix la nueva película del director de The Social Network. Aunque la trama de The Killer sigue a un asesino solitario en plena venganza, la imaginería y el ritmo demuestran que David Fincher utiliza ciertas convenciones del género para hablar sobre la explotación.
Ya puede verse en Netflix la adaptación de la novela exitosa sobre un pueblo infernal en Veracruz que, al no poder comunicar la interioridad de los personajes, sino solo sus acciones, termina siendo anecdótica pero sobre todo una expresión de pornomiseria.
Ganadora del reconocimiento del público, así como los premios a Mejor Película y Mejor Dirección en el Festival Internacional de Cine de Morelia, y elegida para competir por el Oscar a Mejor Película Internacional, el más reciente largometraje de Lila Avilés enfrenta las representaciones violentas de México para concentrarse en la ternura de una familia que hace una fiesta de cumpleaños para un miembro moribundo. Su observación realista de las costumbres la hace una película destacada.
La más reciente película del director Rodrigo Moreno puede verse ya en salas cinematográficas. Esta historia sobre el trabajador de un banco que decide robarlo, pasar un tiempo en prisión y disfrutar del resto de su vida en retiro, es más que una simple revisión de un clásico del cine argentino: es un ejemplo del riesgo y la originalidad del cine argentino.
Ya puede verse en cines y Apple TV+ la última película del maestro de Hollywood, Martin Scorsese, sobre el despojo y exterminio de la comunidad Osage de Oklahoma en los años veinte. Aunque ha sido descrita como un western de denuncia, la película es algo mucho más complicado, que llega quizá más lejos que cualquier otra obra del director, tanto en temas como en estilo.
Del 29 de septiembre al 8 de octubre se lleva a cabo uno de los eventos más importantes para la cinefilia de la Ciudad de México, que incluye películas esenciales de maestros contemporáneos como Radu Jude, Tsai Ming-liang, Lisandro Alonso, Peter Kubelka y más.
Aunque su objetivo es hacer que el público experimente la violencia cotidiana que se vive al interior del Heroico Colegio Militar, la más reciente película de David Zonana, Heroico, producida por Michel Franco, termina por imitar los dispositivos que utiliza el cine de horror y trivializa lo que muestra.
A unos días de la conmemoración de los cincuenta años del golpe de Estado de Augusto Pinochet, Netflix estrena la nueva película del chileno Pablo Larraín, en la que el dictador sobrevive aun chupando sangre. Aunque bienintencionada, la trama de El Conde es políticamente torpe y, sobre todo, dispersa y convencional.
El fenómeno producido por Eduardo Verástegui es innegablemente una pieza propagandística, pero no por las razones que creen los activistas del click. Aunque la presencia de Jim Caviezel ha vinculado su narrativa con teorías de ultraderecha, la película es astutamente discreta para vender otras ideas igual de inquietantes. Hay que indagar en la historia del cine propagandístico para conocer sus verdaderas intenciones y los errores al interpretarla desde el contexto.
En la Cineteca Nacional puede verse la versión definitiva del clásico de Francis Coppola, Apocalypse Now. A más de cuarenta años de su estreno original, el director al fin ha logrado mostrar la película tal como quiere y esto nos invita a preguntarnos: ¿qué significa que un autor hollywoodense tenga que esperar décadas para ejecutar su versión original? y ¿qué puede aportarnos ahora?
Ya comenzó la retrospectiva “Espectáculo a diario – Las distintas temporadas del cine popular mexicano” en el prestigioso Festival de Cine de Locarno. Un ambicioso programa de más de treinta películas realizadas entre los años de 1940 y 1969, que representan tanto lo clásico como lo más insólito de nuestro cine. Cuatro de sus cintas pueden verse en la plataforma MUBI.
Ya está en cines el estreno pop más anticipado del año y que trae consigo una gran campaña publicitaria. Barbie no es un homenaje a la muñeca más querida, pero tampoco un ataque revolucionario. Greta Gerwig vende una marca a la que cuestiona y crea imágenes que construyen una sátira —entendiendo al cine como un medio político— para atacar un mundo de simulaciones y desplazar la imaginación masculina.