Hoy, la Reserva de la Biosfera de Calakmul es el hábitat natural de muchas especies en peligro de extinción. Esta es la crónica de una expedición. Juventino Pérez, un guía turístico, lidera a un grupo de jóvenes guardabosques que buscan avistar al felino que él protege de la caza furtiva, un oficio que conoce muy bien.
Mientras Graciela Tiburcio, la mayor experta en tortugas de todo México, estudiaba su doctorado, también hacia las necropsias de estos animales. La causa de muerte se repetía: obstrucción del intestino por plásticos, por botellas y tapitas. Desde entonces se volcó a la conservación de estos animales. En el camino aprendió algo crucial: no hay que depender exclusivamente del gobierno —pues los políticos cambian cada tantos años y desechan las medidas de los que gobernaron antes, aunque hayan sido maravillosas—. Para contrarrestar este vaivén político y electoral, Tiburcio involucra a todos en la preservación de las tortugas: hoteleros, restauranteros, comunidades locales… a quien se deje. Los programas de conservación, concluye, necesitan ser integrales para resultar exitosos.
Contra la viruela del mono hay vacuna y el virus no es capaz de propiciar una pandemia como la del covid. Pero nunca antes se había contagiado a nivel comunitario y eso es lo que preocupa a los epidemiólogos.
Los pulpos maya son muy sensibles a la temperatura, que ha aumentado por el calentamiento global. Un biólogo creó la primera granja para preservarlos.