Aunque la escritora Ursula K. Le Guin era parte del entusiasta y generoso mundo friki de la literatura fantástica y la ciencia ficción, logró convertirse en una autora célebre y muy leída. Tanto el crítico Harold Bloom como la pensadora Donna Haraway reconocieron la sabiduría y belleza de su escritura. A cinco años de su muerte, este texto hace un repaso de sus libros y sus temas. Ursula K. Le Guin nos enseñó a repensar nuestro lugar en el relato del planeta, a ser críticos del colonialismo, ella misma fue rabiosamente pacifista y nos animó a pensar en futuros construidos sobre la base de un sustento real de esperanza.
Cada vez que el patriarcado reconviene a una autora por su obra, se nos presenta otra oportunidad para mostrar distintas formas de escribir y leer. La discusión por el Premio Xavier Villaurrutia, otorgado a Cristina Rivera Garza por El invencible verano de Liliana, nos permite entender la desapropiación, la comunalidad de la autoría y el valor de los testimonios en la literatura.
Uno de los autores de ciencia ficción más leídos, Kim Stanley Robinson, dedicó años de su vida a escribir sobre la posibilidad de terraformar Marte y habitarlo. Hace poco abandonó el tema y le dio a su escritura una dirección radicalmente opuesta. La conciencia sobre el cambio climático ha provocado que la postura ética que toman los autores determine el tipo de ficción que crean: en el presente y el futuro próximo, lo indispensable será salvar la Tierra; sus novelas dejan atrás al planeta rojo para concentrarse en lo urgente: el nuestro.
¿Por qué los hombres leen menos a las autoras que a los autores? Y cuando al fin lo hacen, ¿cómo las leen?, ¿hay formas de reseñar que sólo confirman prejuicios en vez de problematizar lo escrito mediante un acercamiento justo? ¿Qué están pensando algunas autoras sobre sus distintas formas de escribir?
El movimiento cultural de ciencia ficción que reconoce que todas las personas afrodescendientes en el mundo comparten sangre, espíritu, historia y la posiblidad de un futuro.