Muy fácilmente un espacio para la memoria de las personas desaparecidas puede convertirse en algo insustancial. Sucede seguido cuando los gobiernos desatienden la búsqueda de la verdad y el acceso a la justicia. Edifican, entonces, monumentos mudos. Pero hay principios detrás de toda reparación simbólica: debe vincularse estrechamente con la reparación material del daño.
Un arquitecto forense nos explica por qué construir un monumento a las víctimas del sismo del 19s es una pésima idea.