Activista desde la literatura y férreo contestatario de la dictadura en Argentina, enseñó a sus lectores a considerar la trama de lo imposible. A más de 40 años de su asesinato, seguimos dudando de lo razonable a través de sus libros.
La primera novela de Mateo García Elizondo está escrita con la tirantez y la exigencia de un cuento de Rulfo, con los silencios y aullidos de Garro, con la postergación perpetua de Kafka y la hiperestesia de Poe.
El escritor argentino, atemorizado por su finitud, no era un coleccionista de libros común.
Dedicó sus letras a la miseria y la angustia de los hombres argentinos.
«El asesino que no seremos» narra el encuentro entre un periodista italiano y un expandillero mexicano, ambos migrantes.