En los años setenta, cuando lo revolucionario era saberse feminista y compartirlo, la unión de un grupo de mujeres intelectuales detonó la fundación de la primera revista feminista de América Latina. Esta es una oportunidad histórica para hablar de quienes antecedieron los movimientos en la región.
Las escritoras mexicanas siguen el legado de Rosario Castellanos o Elena Poniatowska, mientras sortean el desafío de lograr vivir de su trabajo y que sus obras no pierdan su compromiso social.
¿Por qué los hombres leen menos a las autoras que a los autores? Y cuando al fin lo hacen, ¿cómo las leen?, ¿hay formas de reseñar que sólo confirman prejuicios en vez de problematizar lo escrito mediante un acercamiento justo? ¿Qué están pensando algunas autoras sobre sus distintas formas de escribir?