Félix Tissot, el eterno ceramista

Félix Tissot, el eterno ceramista

A través de una recolección de la obra de vida de Félix Tissot, Ana Elena Mallet reinvindica el patrimonio artístico de la ciudad de Taxco en Guerrero. La historiadora de arte encuentra en su tradición ceramista una ventana para el arte contemporáneo en México.

Tiempo de lectura: 3 minutos

La identidad de Taxco, Guerrero, como la capital mundial de la producción de plata ha significado su posicionamiento como un fascinante destino turístico, pero también ha provocado el desvanecimiento del resto de su patrimonio artístico.

Félix Tissot

Portada del libro Felix Tissot de Ana Elena Mallet. México: Fauna, 2020. Fotode Dane Alonso.

La curadora e historiadora del arte Ana Elena Mallet abre el camino hacia la redención de la diversidad artística de Taxco mediante el rescate y estudio del legado creativo del ceramista francés Félix Tissot (1909–1989), cuya obra es un microcosmos que vislumbra este territorio náhuatl como un crisol de intercambio cultural e intelectual. Resultado de una década de trabajo, Félix Tissot (Fauna, 2020), el más reciente libro de Mallet, trae a la luz la vida y obra del artista homónimo, quien forjó una carrera como diseñador mobiliario en California, Estados Unidos; no fue hasta su llegada a la sierra guerrerense, en 1956, que encontró el escenario idóneo para consolidarse como ceramista.

Félix Tissot, ceramista

Guarda del libro con la foto del aparador de la tienda Gump’s en San Francisco,California, con trabajo de Felix Tissot, 1955. Archivo Felix Tissot, propiedad deIone Tissot, Taxco, Guerrero. Foto de Dane Alonso.

“Llegar a México y darse cuenta de lo que había alrededor, de la cantidad de influencias culturales y visuales, expandió muchísimo los horizontes de Félix Tissot”, dice la autora sobre el impacto que tuvo Taxco en la estética de la obra del artista. Aquí, el diseñador se convirtió también en pionero de las prácticas artísticas colaborativas, pues conformó binomios donde él aportaba su habilidad y conocimiento de la escultura moderna en cerámica, mientras que los artesanos nahuas dedicados a la pintura en papel amate, un tipo de papel fabricado a base de dicho árbol, aplicaban su talento. Como resultado de tal mancuerna surgieron novedosas piezas de cerámica pintadas a mano con motivos originarios de la comunidad de Ameyaltepec, como la vajilla Fantasía, cuya creación Mallet describe como un proceso de aculturación que sumó al auge turístico de Taxco durante la década de los cincuenta, así como a la historia del arte contemporáneo en México. “Hoy podría parecer folclórico, pero en su momento fue algo muy sofisticado, porque tenía los visos de la tradición pintados en piezas cuyas formas eran completamente modernas”, explica la autora.

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