Este año se cumplen diez del surgimiento de los grupos armados que conmocionaron al país: las autodefensas. En Michoacán, donde hoy no hay paz sino una “tensa calma”, no erradicaron el crimen organizado, más bien, se volvieron actores indispensables para regular la violencia. El Estado mexicano ha dependido de las autodefensas, las usa y estos grupos lo usan a su vez. Aquí se expone cómo se lleva a cabo realmente la gobernanza a nivel local.
Aquí se cuenta la improbable historia del aguacate: condenado a desaparecer cuando se extinguieron los mamuts, el fruto fue salvado por los humanos. Hoy el aguacate es un negocio millonario que ha obligado al bosque a entrar en retirada, pero hay científicos que investigan cómo cultivarlo de forma sustentable, sin empobrecer a los más de diez mil productores que dependen de él.
La fiebre por cultivar aguacate, fruto originario de Mesoamérica, al costo que sea solo encuentra explicación en su demanda. Estados Unidos compra miles de toneladas y el guacamole es la botana predilecta para ver el Super Bowl. Michoacán, cuna de este cultivo, es un territorio asediado por la violencia, donde los campesinos y pequeños productores se enfrentan a un monocultivo intenso, sequías frecuentes y la sobreexplotación de los recursos naturales. Hoy las ganancias del “oro verde” se antojan millonarias.
Los esfuerzos de los científicos mexicanos están teniendo muy buenos resultados.
El analista Eduardo Guerrero estudia desde hace varios años la seguridad en México. Sus críticas al modelo de seguridad le valieron algunos roces con el presidente Calderón después de que el tema se reconociera como una prioridad en la agenda pública.