Compartir de manera fidedigna lo que ocurre en Venezuela, bajo el régimen de Nicolás Maduro, se volvió una tarea casi imposible para la prensa que se enfrenta a bloqueos del papel periódico, de los servidores de internet y un constante amedrentamiento paramilitar.
La pandemia afectó la socialización de los jóvenes, empujándolos a diversas crisis de identidad que han sido aprovechadas por los algoritmos digitales para atraerlos a contenidos redpill de influencers que se asumen como autoridades en masculinidad. ¿Dónde se rompen las fronteras entre la autoayuda y el discurso de odio?
Las barras pueden ser un hervidero: en ocasiones la pasión por el futbol alcanza las fronteras de lo violento y la pelota corre el riesgo de mancharse. ¿Acaso existe una manera distinta de apoyar a un equipo? ¿Esto solo ocurre en los partidos varoniles?