Los retos de Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México
La administración de Claudia Sheinbaum se enfrentará a los problemas que dejó tras de sí el gobierno de Miguel Ángel Mancera.
La política y científica Claudia Sheinbaum rindió protesta como la primera jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Sin embargo, lejos de hallar la «ciudad de la esperanza» a la que prometió rescatar y defender en su discurso de victoria la noche del primero de julio, la administración que encabeza la morenista se enfrenta con uno de los panoramas más difíciles con los que se haya encontrado cualquier mandatario entrante en la capital mexicana.
Según datos ofrecidos por diferentes organizaciones, el gobierno saliente de Miguel Ángel Mancera (quien legó el cargo a José Ramón Amieva Gálvez en abril de 2018), será recordado por la crisis de inseguridad que azotó a la capital en los últimos seis años y su tardía respuesta ante contingencias naturales, ya sean las numerosas crisis ambientales o el temblor del 19 de septiembre de 2017. En marzo de este año, el periódico Reforma calculó la aprobación del mandatario entre los capitalinos con apenas el 34%; 29% menos que la cifra que calificaba a Marcelo Ebrard en 2012 y 42% abajo del resultado obtenido por Andrés Manuel López Obrador en 2006.
De acuerdo con el Observatorio Ciudad de México, Seguridad y Justicia (OCMX), delitos de alto impacto como el homicidio doloso y robo a transeúnte o negocio con violencia incrementaron a niveles nunca antes vistos en la capital mexicana. En el Reporte de incidencia delictiva en la CDMX, la instancia aseguró que cada día en la ciudad se cometían en promedio 3 homicidios dolosos, 2 homicidios culposos, 85 robos con violencia, 26 robos de vehículo, 20 robos a casa habitación, 43 robos de negocio y 40 robos a transeúntes. Además, el observatorio calculó que se denunciaron 1 secuestro, 10 extorsiones y 6 violaciones por semana en el primer trimestre de este 2018.
La inseguridad no para ahí. En febrero de 2018, tras meses de negarlo públicamente, Mancera aceptó que grupos relacionados al narcotráfico se habían asentado en la Ciudad de México. Su declaración llegó después de que presuntos miembros del Cárcel de Jalisco Nueva Generación desplegaran un grupo de mensajes en algunas de las demarcaciones del sur de la ciudad. Durante la administración de Mancera, el secuestro y posterior asesinato de un grupo de 13 jóvenes del barrio de Tepito y el abatimiento de Felipe de Jesús Luna, alias «El ojos», señalado como el líder del cártel de Tláhuac habían evidenciado la presencia del crimen organizado en la Ciudad de México, a pesar de que las autoridades manejaron los hechos como asuntos aislados.
Dentro de sus propuestas relacionadas a la Seguridad y Justicia, Sheinbaum propone sostener reuniones matutinas para establecer acciones de seguridad, instalar cámaras con conexión digital, formar integralmente a los cuerpos policíacos, modernizar el sistema de transferencia de datos del C5 y atender las causas que orillan a los jóvenes a integrarse a las ilegalidad, además de iniciar con los protocolos de alerta de género derivados del incremento en feminicidios de los últimos dos años. «Vamos a rescatar la seguridad de nuestra ciudad y lo vamos a hacer con responsabilidad, con mando único, respetando y promoviendo el estado de derecho en nuestra ciudad y también atendiendo a las causas», declaró la virtual jefa de Gobierno de la ciudad al término de la jornada electoral del 1 de julio.
Otro de los problemas que enfrenta el gobierno de Claudia Sheinbaum, la primera representante del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) que lidera la ciudad, es la reconstrucción de la CDMX después del terremoto del 19 de septiembre del año pasado, especialmente después del fracaso del Plan de Reconstrucción propuesto por el gobierno actual. Durante la campaña previa a las elecciones, la próxima Jefa de Gobierno se comprometió a presentar un Programa de Reconstrucción que contempla realizar dictámenes y estudios estructurales detallados a edificaciones de la zona oriente de la ciudad, así como aportar recursos para construir hogares dignos, en particular cuando se trate de vivienda popular y buscar otros esquemas para departamentos de edificios de alta plusvalía.
Este plan también contemplará una revisión de los permisos de construcción aprobados por el gobierno de Mancera, incluyendo los edificios derrumbados durante el sismo del 19-S y la plaza comercial Artz Pedregal, que recientemente sufrió el desplome de una de sus alas.
Sheinbaum también buscará solucionar la escasez de agua que agobia a la capital creando el sistema más grande de captación de agua de lluvia. También buscará modernizar el sistema de distribución de agua potable, fortalecer el Sistema de Aguas de la Ciudad de México y dar mantenimiento a presas y predios controlados por el gobierno del Distrito Federal, hoy Ciudad de México. Además, la morenista promete combatir a la corrupción, una de las propuestas principales del programa de nación del partido al que representa, y mantener los programas sociales autorizados en la ciudad, como los apoyos a adultos mayores, madres solteras y jóvenes estudiantes.
Por último, uno de los legados más controversiales de Miguel Ángel Mancera, las fotomultas de tránsito, serán rebatidas por el próximo gobierno de Sheinbaum. Aunque previamente había anunciado sus intenciones de eliminar la sanción, la política adelantó esta semana que sólo cambiará el esquema recaudatorio de las fotomultas y revisará el contrato con la empresa administradora de la concesión para definir sí continuarán empleando la misma tecnología.
En temas de movilidad, la Secretaria del Medio Ambiente del Distrito Federal de 2000 a 2006, también considera adaptar de nuevas tecnologías al transporte concesionado de la ciudad, construir 38 kilómetros de Cablebús, invertir 3 mil millones de dólares en el Sistema de Transporte Colectivo (Metro) y ampliar el Metrobús en sus 7 líneas.
Sin duda, Sheinbaum se encuentra con un panorama difícil. Sin embargo, la mayoría legislativa y el control en 11 de las 16 demarcaciones que conforman la ciudad, le permite a priori analizar las problemáticas que atacará, las formas y las acciones que requerirá para convertir a la capital mexicana en la «ciudad de la esperanza».
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