Matar colibríes para hacer amuletos de amor: el Día de san Valentín

Un oscuro Día de san Valentín: matar colibríes para hacer amuletos de amor

La protección de los colibríes en México no es una prioridad. En veinte años la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) tan sólo ha encontrado 252 cadáveres y dieciocho aves vivas dispuestas para su venta, mientras que en mercados y sitios web se venden como amuletos para encontrar el amor. Cuatro especies endémicas de México están en peligro de extinción, ocho están amenazadas y ocho más están sujetas a protección especial.

Tiempo de lectura: 7 minutos

Sobre una mesa cubierta con un mantel rojo están los objetos que Daniel López usa para elaborar amuletos de amor. Tiene una gama de huesos tallados a mano, dijes de plástico color oro y cuarzos, pero su fuerte es la venta de cadáveres de pájaros. Palomas, cuervos y, sobre todo, colibríes tan pequeños que no sobresalen a simple vista. Están colgados de un gancho que pende del tubo superior del puesto, casi escondidos entre pulseras de hilo. Ya casi es Día de san Valentín y Daniel, un joven de cejas negras tupidas y despeinadas, oriundo de Chiapas, tiene seis colibríes muertos a la venta, cuatro hembras y dos machos.

—Es la época fuerte, la gente viene a buscarlos para encontrar el amor.
—¿Y esto funciona? —le pregunto.
—Totalmente efectivo. Hay que traerlo siempre con uno, en la bolsa de mano, para que atraiga el amor verdadero.
—Pero está muerto.
—No se preocupe, va en una bolsita preparado y no se descompone, no apesta —promete el vendedor.

Daniel no se presenta como brujo. Dice que hace tres años su padre le heredó el puesto que levanta todos los días en los pasillos exteriores del Mercado de Sonora en la Ciudad de México, un sitio popular por la venta ilegal de animales —incluso de especies amenazadas— y sus locales de brujería. En sus manos, sin delicadeza, Daniel toma los seis cadáveres de colibríes que tiene aún disponibles porque en los últimos días vendió cuatro. Los muestra y cuenta que vienen de los montes de Chiapas, que los capturan mientras comen, cuando se distraen.

—Son difíciles de agarrar porque son muy listos y rápidos.

Las hembras son más pequeñas y grises, por eso cuestan sólo 45 pesos. Valen ochenta los machos porque son más grandes y sus plumas tornasol brillan bajo los rayos de luz que se cuelan entre las lonas del pasillo.

—¿Por qué se usan para atraer el amor?
—Pues así se usa, así me enseñó mi papá, que la gente los pide para eso y hay que tenerlos.

Toma una bolsa de fieltro amarillo y explica lo que debe llevar el amuleto si la clienta lo pide preparado. Por sólo cincuenta pesos adicionales, coloca dentro el cadáver del colibrí, varios dijes de plástico dorado, limadura de hierro, unos cuantos cuarzos. Al final, el paquete queda sellado con silicón. Un cuarzo ágata lo adorna por fuera, junto a la figura de un colibrí hecha de plástico. Sus ventas fuertes, asegura, son entre el 10 y el 14 de febrero, Día de san Valentín.

Día de san Valentín: matar a colibríes para hacer amuletos de amor

Fotografía de Alejandra Crail.

El amuleto de amor que elabora Daniel no es muy distinto de los que pueden encontrarse en internet. En Mercado Libre hay productos similares; cuestan entre mil y mil quinientos pesos y se distribuyen desde el Estado de México, Guadalajara y la Ciudad de México a cualquier otro estado. La publicidad promete:

“Uno de los talismanes más poderosos para atraer el amor”.
“Poderoso amuleto que ha sido utilizado tradicionalmente gracias a su eficacia en el aumento de la fuerza atrayente de la persona que lo porta, la cual te hará irresistible”.

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