La escena parecía típica de una película. El puente de Brooklyn, capturado por la cámara de realizadores internacionales en múltiples ocasiones a lo largo de la historia del cine, lucía completamente vacío en una de sus direcciones, la que lleva a la Corte Federal de Brooklyn, donde el narcotraficante mexicano Joaquín Guzmán Loera, alías “El Chapo”, enfrentaría por primera vez a la justicia estadounidense a casi dos años de su extradición a la nación americana.

Al interior del recinto judicial, ubicado en la calle Cardman al este de Nueva York, el ambiente no se relajaba. Policías armados resguardaban cada una de las entradas al edificio, vallas metálicas interrumpían el paso de los peatones y reporteros que llegaron a cubrir el caso, mediático como pocos. Los perros con entrenamiento antiterrorismo se acercaban con cautela a todos aquellos que entraban a la corte.

La espera terminó cuando, escoltado por camionetas y patrullas de la policía de Nueva York (NYPD), Guzmán Loera llegó al recinto. Uno de los juicios mediáticos más importantes de la historia reciente de los Estados Unidos estaba por comenzar.

“El Chapo”, quien alguna vez fue considerado por la revista Forbes como uno de los hombres más ricos del mundo, enfrenta 11 cargos, entre ellos, tráfico internacional de drogas, lavado de dinero, venta ilegal de armas de fuego y conspiración para asesinar a personajes identificados como sus enemigos o contrincantes en el negocio. De ser declarado culpable, el otrora cabecilla del Cartel de Sinaloa regresaría a la cárcel para cumplir una pena perpetua.

Ilustración obtenida vía redes sociales (Noticieros GREM).

Sin embargo, el camino para que el juez de distrito Brian Cogan pueda obtener una sentencia, aún se nota lejano. En la jornada del pasado lunes 5 de noviembre, a la que los medios y cámaras no tuvieron acceso, el equipo legal de la fiscalía y representantes de Guzmán Loera entrevistaron a 45 ciudadanos, seleccionados al azar, perfilados como posibles miembros del jurado.

La sesión, a la que “El Chapo” acudió con un traje oscuro y una camisa blanca con solapas anchas —descrito por algunos asistentes como un look setentero—, no parecía entrar en el común imaginario de un encuentro de este tipo. Durante el interrogatorio en el que se evaluó a los potenciales jurados, Guzmán Loera prestó atención, hizo anotaciones, pidió traducción a su equipo de defensores e incluso sonrió al platicar con su abogado.

Por el banquillo de los cuestionados pasaron personas de todo tipo: Un imitador de Michael Jackson, al que se le pidió hacer el ‘moonwalk‘ durante su presentación; un amante de los libros de misterio que contó que en una tienda cercana a su trabajo vendían un sandwich con alcaparras y queso crema al que habían llamado ‘El Chapo’; una joven que confesó haber conocido al narcotráficante gracias a su encuentro con Kate del Castillo, cuyas novelas son vistas frecuentemente por su abuela, y una mujer que dijo tener miedo a represalias por participar en el juicio.

Ilustración obtenida vía redes sociales (periódico El Día).

Del grupo, 17 seleccionados fueron descartados y 28 permanecieron en el proceso de selección que continuará a lo largo de la semana. Al final de la jornada se obtendrán a 12 jurados titulares y seis suplentes que serán custodiados por la policía durante los meses que dure el juicio.

Con un costo de casi 50 millones de dólares y enfrentando más de 117,000 grabaciones de audio y 14,000 páginas de documentos incriminatorios, el juicio en contra de Joaquín “El Chapo” Guzmán iniciará el próximo 13 de noviembre.

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