Un actor pasado de moda hace un rosario en lives, capitalizando su imagen con una retórica ultraderechista porque tiene la ambición de ser presidente de México. Una cantante pop conecta con una generación de jóvenes que crean una comunidad que se apropia de su nombre, los swifties, y descifran mensajes suyos en las letras de las canciones. Vivimos tiempos de guerra, como la disputa de un territorio sagrado en Medio Oriente o la que continúa entre Ucrania y Rusia. Unos congresistas estadounidenses piden invadir el país vecino con tal de evitar el trasiego del fentanilo y otras drogas sintéticas, en medio de una crisis sanitaria. Todos los días estamos rodeados de anhelos e intentos de poder. Pero ¿qué hay detrás de esto que conduce al hedonismo o la barbarie, a hacer lo necesario por prestigio o para obtener cientos de miles de seguidores en Instagram? ¿En verdad existe una molécula del poder que desencadene estas acciones? Bajo esta incógnita nace este número dedicado al poder, con el que Gatopardo cierra el año 2023. Sabíamos que debíamos mirar más allá de las tribunas políticas de nuestra región y observar otras esferas donde las relaciones de poder se entrecruzan, donde los alfas de una manada saben o no lo que hacen, pero lo ejercen y emanan de igual forma.

Tres autores nos ayudan a desentrañar el monotema. Primero, Maia F. Miret, escritora y divulgadora de la ciencia, regresa a estas páginas para analizar la biología del poder con un ensayo, que sigue al neurólogo Robert Sapolsky, sobre los animales hipersociales que somos, dividiéndonos en grupos, jerarquías y comportamientos complejos. Después, Diego Salazar, periodista limeño, para apuntalar la narrativa del gran hombre, aquel que aprendió que hay que pegar cada vez más fuerte, bajo la ley de la selva, escribe de Elon Musk, el hombre más rico del mundo, quien desata por igual pasiones entre seguidores y quienes lo desprecian, la figura pública que se compró un patio de recreo (Twitter, ahora X) por más de 44 000 millones de dólares. Y, finalmente, en torno a la ostentación, el periodista Bernardo Zavaleta Gómez hace una crónica del culto al derroche en las fiestas de los señores del narco de una ciudad como Culiacán, la base de operaciones del Cártel de Sinaloa; hacer una celebración ahí, escribe, es una demostración de poder en sí misma; pueden durar días, costar millones y representar la alianza entre familias poderosas, pero, sobre todo, pueden tornarse peligrosas fácilmente.

Fotografía de Alberto Pinto Mora. Edición #227: Historias de poder.

De Argentina, tenemos una historia sin precedentes, escrita por Diego Fernández Romeral. El rescate de caballos más grande de América del Sur. Una denuncia telefónica en la provincia de Buenos Aires por un hedor nauseabundo lo inició todo: reveló la existencia de un campo del horror, setecientos equinos hacinados, hambrientos y en condiciones deplorables, caballos rotos y de descarte, reunidos ahí por uno de los clanes de ladrones de ganado más peligrosos de ese país. La familia Onorato. Su camino era el frigorífico, para ser carne de exportación, sin los mínimos controles de sanidad. Fernández Romeral relata cómo un grupo de activistas animalistas y oenegés los recuperaron, los cuidaron y rehabilitaron, teniendo todo en contra. Un hito en el derecho argentino y en el derecho de los animales.

De Perú, cardúmenes de mujeres. La artista Ana Elisa Sotelo fotografía la historia de un colectivo de mujeres, Las Truchas, quienes tras vivir el confinamiento por el covid-19, luego de haber perdido a seres queridos o trabajos, o de haber estado enfermas, comenzaron a nadar en las frías aguas abiertas del mar de Lima. Un par de fotografías fue convocatoria suficiente para reunir a más de sesenta mujeres que buscaban vencer los temores al contagio, apropiándose nuevamente del mundo físico. Porque el poder también es libertad y empoderamiento, las sesiones de nado dieron la vuelta al mundo, lo que le abrió las puertas a Sotelo para conocer cardúmenes de otras latitudes. No hay nada más poderoso que un grupo de mujeres que quieren conquistar el océano.

De México, un ministerio de policías celestiales. Una agrupación evangélica ha buscado adoctrinar a elementos de la policía de México mediante pláticas y talleres motivacionales que, en el fondo, tienen una fuerte carga religiosa. Lo han conseguido firmando acuerdos con políticos y asociaciones evangélicas que les han permitido llevar sus enseñanzas a distintos estados del país. Su misión es que un día todos los agentes de seguridad se conviertan en pastores; que estén capacitados no solo para cuidar, sino también para orar y bendecir a la ciudadanía. Detrás hay un hombre, el artífice, un expolicía federal. Esta investigación está escrita por dos periodistas jóvenes y talentosos, Jair Ortega de la Sancha y Estefanía Camacho Jiménez, y se desarrolló durante MásterLab, el programa de edición de investigaciones de Quinto Elemento Lab.

Los hedonistas en el fin del mundo. Rafael Cabrera escribe sobre la fantasía de una generación: vender fotos de pies o axilas, o de cuerpo entero, y convertirse en una persona millonaria, o al menos ganar dinero fácilmente. Desde hace unos años, la audiencia de OnlyFans —con 220 millones de seguidores en todo el mundo— y otras plataformas de sexo online ha crecido estrepitosamente, tanto que hay creadores que, como Bhad Bhabie, han amasado un millón de dólares en unas horas vendiendo sus fotos. Todo ha quedado a un clic de distancia, incluso el deseo y el placer. Cabrera narra las vicisitudes de lo que parece ser una sociedad hedonista, dispuesta a buscar el placer aun en medio de un apocalipsis.

Y finalmente, una bruja. El próximo año se cumplen tres décadas del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, el cual desencadenó la investigación más turbia del México de finales del siglo XX. Las periodistas Laura Sánchez Ley y Alejandra del Castillo revisitaron el caso, desclasificaron el expediente e hicieron entrevistas con quienes formaron parte de una trama que incluyó un asesinato, una desaparición, el enredo de dos amantes y una traición fabricada en los más altos círculos del poder. Una vidente, Francisca Zetina, que había sido dirigente local del PRI en Iztapalapa, apareció en escena y lo cambió todo. La investigación se convirtió en una persecución de brujas. Aún hoy no se conoce a los autores intelectuales del crimen. Los funcionarios a cargo jamás han admitido los errores, las omisiones y las fantasías de uno de los hechos que más indignación han causado en el país.

Fotografía de Ana Elisa Sotelo. Edición #227: Historias de poder.

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