Siempre ha existido una fuerte atracción entre las historias de fabricación de culpables y Galia García Palafox. Justo esta obsesión, como ella la describe, la llevó a adentrarse de lleno en el caso de Erick Uriel Sandoval, quien fue señalado como uno de los responsables de la desaparición de los 43 normalistas de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Lo único que lo ligaba a uno de los casos más controversiales en los últimos años en el país era una desafortunada casualidad.
Galia estudió derecho, pero jamás lo ejerció, siempre quiso ser periodista. “Después de este reportaje, mi papá me decía que por fin había sacado a alguien de la cárcel”. Lo dice entre risas en entrevista para Gatopardo, cuatro días después de haber recibido el Premio Nacional de Periodismo 2018 por “El hombre que no estuvo aquella noche en Iguala”, el primer podcast en ser reconocido en la categoría de reportaje. Su papá tenía razón, Galia desmontó el discurso oficial, “no desde un planteamiento ideológico, sino desde el reporteo de los hechos”, recalcó el consejo durante la premiación.
Cuenta que pasó días leyendo y releyendo el caso. En aquel entonces era productora ejecutiva del noticiero estelar de Milenio Televisión y desde ahí dieron seguimiento puntual al caso que les había proporcionado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Sin embargo, había algo en la investigación que no le parecía congruente.
Un día platicando con la mamá del acusado logró llenar los huecos. A Erick lo conocen en Cocula, Guerrero, como “La ranita”, y a quien buscaban las autoridades había sido identificado como Edgar “La rana” o “El Güereque”. A Erick lo habían implicado. “Lo tenía tan claro en mi cabeza, estaba tan metida en eso que escribí el guion en un día; me senté en la mañana y no me levanté hasta terminar”, cuenta.
Aunque en un principio el hallazgo no probaba nada, diestra para el periodismo Galia había encontrado una posibilidad narrativa que se volvió aún más potente cuando halló la vía de comunicación perfecta: el audio. “Yo normalmente no grababa las entrevistas, escribo muy rápido y tengo mil maneras de tomar apuntes, pero me di cuenta de que en verdad lo que tenía era terror a la grabadora, no sabía qué hacer con ella”, dice mientras mira el celular que en ese momento funge como grabadora, e incluso estira la mano y lo acomoda a manera de que el micrófono dé hacia ella.
Luego de ser convocada, junto a otros periodistas, por María Scherer y Carlos Puig para formar parte de la plataforma Así como suena, la periodista tuvo que perder el miedo. A pesar de que el proyecto partió de un ideal de dejar de lado los reportajes y dedicarse a contar historias, poco tiempo pasó antes de que repararan en que en realidad el podcast es una ventana a la modernidad del quehacer periodístico y poco explorado en México.
“El podcast es un trabajo muy colaborativo, donde importa el talento de cada quien y donde confiamos un montón en que cada uno hace su parte”, explica. De las reuniones con la familia y los abogados de Erick había grabaciones, incluso había logrado capturar una llamada telefónica con él desde la cárcel. Tenía todo para trasladar a su escucha a la historia de “La ranita”. “En el podcast le estás hablando a la gente al oído y lo estás llevando por el camino que tú recorriste”, explica Galia.
“A mí me gusta escribir, reportear, la calle, quizá por eso el podcast me gusta y me va bien y le tengo este amor especial. Me gusta la gente, que las historias cuenten algo, y el podcast también es eso”, concluye la también editora en la Unidad de Periodismo de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
No items found.
No items found.
No items found.
Premio Nacional de Periodismo 2018 por “El hombre que no estuvo aquella noche en Iguala”, el primer podcast en ser reconocido en la categoría de reportaje.
Siempre ha existido una fuerte atracción entre las historias de fabricación de culpables y Galia García Palafox. Justo esta obsesión, como ella la describe, la llevó a adentrarse de lleno en el caso de Erick Uriel Sandoval, quien fue señalado como uno de los responsables de la desaparición de los 43 normalistas de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Lo único que lo ligaba a uno de los casos más controversiales en los últimos años en el país era una desafortunada casualidad.
Galia estudió derecho, pero jamás lo ejerció, siempre quiso ser periodista. “Después de este reportaje, mi papá me decía que por fin había sacado a alguien de la cárcel”. Lo dice entre risas en entrevista para Gatopardo, cuatro días después de haber recibido el Premio Nacional de Periodismo 2018 por “El hombre que no estuvo aquella noche en Iguala”, el primer podcast en ser reconocido en la categoría de reportaje. Su papá tenía razón, Galia desmontó el discurso oficial, “no desde un planteamiento ideológico, sino desde el reporteo de los hechos”, recalcó el consejo durante la premiación.
Cuenta que pasó días leyendo y releyendo el caso. En aquel entonces era productora ejecutiva del noticiero estelar de Milenio Televisión y desde ahí dieron seguimiento puntual al caso que les había proporcionado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Sin embargo, había algo en la investigación que no le parecía congruente.
Un día platicando con la mamá del acusado logró llenar los huecos. A Erick lo conocen en Cocula, Guerrero, como “La ranita”, y a quien buscaban las autoridades había sido identificado como Edgar “La rana” o “El Güereque”. A Erick lo habían implicado. “Lo tenía tan claro en mi cabeza, estaba tan metida en eso que escribí el guion en un día; me senté en la mañana y no me levanté hasta terminar”, cuenta.
Aunque en un principio el hallazgo no probaba nada, diestra para el periodismo Galia había encontrado una posibilidad narrativa que se volvió aún más potente cuando halló la vía de comunicación perfecta: el audio. “Yo normalmente no grababa las entrevistas, escribo muy rápido y tengo mil maneras de tomar apuntes, pero me di cuenta de que en verdad lo que tenía era terror a la grabadora, no sabía qué hacer con ella”, dice mientras mira el celular que en ese momento funge como grabadora, e incluso estira la mano y lo acomoda a manera de que el micrófono dé hacia ella.
Luego de ser convocada, junto a otros periodistas, por María Scherer y Carlos Puig para formar parte de la plataforma Así como suena, la periodista tuvo que perder el miedo. A pesar de que el proyecto partió de un ideal de dejar de lado los reportajes y dedicarse a contar historias, poco tiempo pasó antes de que repararan en que en realidad el podcast es una ventana a la modernidad del quehacer periodístico y poco explorado en México.
“El podcast es un trabajo muy colaborativo, donde importa el talento de cada quien y donde confiamos un montón en que cada uno hace su parte”, explica. De las reuniones con la familia y los abogados de Erick había grabaciones, incluso había logrado capturar una llamada telefónica con él desde la cárcel. Tenía todo para trasladar a su escucha a la historia de “La ranita”. “En el podcast le estás hablando a la gente al oído y lo estás llevando por el camino que tú recorriste”, explica Galia.
“A mí me gusta escribir, reportear, la calle, quizá por eso el podcast me gusta y me va bien y le tengo este amor especial. Me gusta la gente, que las historias cuenten algo, y el podcast también es eso”, concluye la también editora en la Unidad de Periodismo de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
Premio Nacional de Periodismo 2018 por “El hombre que no estuvo aquella noche en Iguala”, el primer podcast en ser reconocido en la categoría de reportaje.
Siempre ha existido una fuerte atracción entre las historias de fabricación de culpables y Galia García Palafox. Justo esta obsesión, como ella la describe, la llevó a adentrarse de lleno en el caso de Erick Uriel Sandoval, quien fue señalado como uno de los responsables de la desaparición de los 43 normalistas de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Lo único que lo ligaba a uno de los casos más controversiales en los últimos años en el país era una desafortunada casualidad.
Galia estudió derecho, pero jamás lo ejerció, siempre quiso ser periodista. “Después de este reportaje, mi papá me decía que por fin había sacado a alguien de la cárcel”. Lo dice entre risas en entrevista para Gatopardo, cuatro días después de haber recibido el Premio Nacional de Periodismo 2018 por “El hombre que no estuvo aquella noche en Iguala”, el primer podcast en ser reconocido en la categoría de reportaje. Su papá tenía razón, Galia desmontó el discurso oficial, “no desde un planteamiento ideológico, sino desde el reporteo de los hechos”, recalcó el consejo durante la premiación.
Cuenta que pasó días leyendo y releyendo el caso. En aquel entonces era productora ejecutiva del noticiero estelar de Milenio Televisión y desde ahí dieron seguimiento puntual al caso que les había proporcionado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Sin embargo, había algo en la investigación que no le parecía congruente.
Un día platicando con la mamá del acusado logró llenar los huecos. A Erick lo conocen en Cocula, Guerrero, como “La ranita”, y a quien buscaban las autoridades había sido identificado como Edgar “La rana” o “El Güereque”. A Erick lo habían implicado. “Lo tenía tan claro en mi cabeza, estaba tan metida en eso que escribí el guion en un día; me senté en la mañana y no me levanté hasta terminar”, cuenta.
Aunque en un principio el hallazgo no probaba nada, diestra para el periodismo Galia había encontrado una posibilidad narrativa que se volvió aún más potente cuando halló la vía de comunicación perfecta: el audio. “Yo normalmente no grababa las entrevistas, escribo muy rápido y tengo mil maneras de tomar apuntes, pero me di cuenta de que en verdad lo que tenía era terror a la grabadora, no sabía qué hacer con ella”, dice mientras mira el celular que en ese momento funge como grabadora, e incluso estira la mano y lo acomoda a manera de que el micrófono dé hacia ella.
Luego de ser convocada, junto a otros periodistas, por María Scherer y Carlos Puig para formar parte de la plataforma Así como suena, la periodista tuvo que perder el miedo. A pesar de que el proyecto partió de un ideal de dejar de lado los reportajes y dedicarse a contar historias, poco tiempo pasó antes de que repararan en que en realidad el podcast es una ventana a la modernidad del quehacer periodístico y poco explorado en México.
“El podcast es un trabajo muy colaborativo, donde importa el talento de cada quien y donde confiamos un montón en que cada uno hace su parte”, explica. De las reuniones con la familia y los abogados de Erick había grabaciones, incluso había logrado capturar una llamada telefónica con él desde la cárcel. Tenía todo para trasladar a su escucha a la historia de “La ranita”. “En el podcast le estás hablando a la gente al oído y lo estás llevando por el camino que tú recorriste”, explica Galia.
“A mí me gusta escribir, reportear, la calle, quizá por eso el podcast me gusta y me va bien y le tengo este amor especial. Me gusta la gente, que las historias cuenten algo, y el podcast también es eso”, concluye la también editora en la Unidad de Periodismo de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
Premio Nacional de Periodismo 2018 por “El hombre que no estuvo aquella noche en Iguala”, el primer podcast en ser reconocido en la categoría de reportaje.
Siempre ha existido una fuerte atracción entre las historias de fabricación de culpables y Galia García Palafox. Justo esta obsesión, como ella la describe, la llevó a adentrarse de lleno en el caso de Erick Uriel Sandoval, quien fue señalado como uno de los responsables de la desaparición de los 43 normalistas de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Lo único que lo ligaba a uno de los casos más controversiales en los últimos años en el país era una desafortunada casualidad.
Galia estudió derecho, pero jamás lo ejerció, siempre quiso ser periodista. “Después de este reportaje, mi papá me decía que por fin había sacado a alguien de la cárcel”. Lo dice entre risas en entrevista para Gatopardo, cuatro días después de haber recibido el Premio Nacional de Periodismo 2018 por “El hombre que no estuvo aquella noche en Iguala”, el primer podcast en ser reconocido en la categoría de reportaje. Su papá tenía razón, Galia desmontó el discurso oficial, “no desde un planteamiento ideológico, sino desde el reporteo de los hechos”, recalcó el consejo durante la premiación.
Cuenta que pasó días leyendo y releyendo el caso. En aquel entonces era productora ejecutiva del noticiero estelar de Milenio Televisión y desde ahí dieron seguimiento puntual al caso que les había proporcionado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Sin embargo, había algo en la investigación que no le parecía congruente.
Un día platicando con la mamá del acusado logró llenar los huecos. A Erick lo conocen en Cocula, Guerrero, como “La ranita”, y a quien buscaban las autoridades había sido identificado como Edgar “La rana” o “El Güereque”. A Erick lo habían implicado. “Lo tenía tan claro en mi cabeza, estaba tan metida en eso que escribí el guion en un día; me senté en la mañana y no me levanté hasta terminar”, cuenta.
Aunque en un principio el hallazgo no probaba nada, diestra para el periodismo Galia había encontrado una posibilidad narrativa que se volvió aún más potente cuando halló la vía de comunicación perfecta: el audio. “Yo normalmente no grababa las entrevistas, escribo muy rápido y tengo mil maneras de tomar apuntes, pero me di cuenta de que en verdad lo que tenía era terror a la grabadora, no sabía qué hacer con ella”, dice mientras mira el celular que en ese momento funge como grabadora, e incluso estira la mano y lo acomoda a manera de que el micrófono dé hacia ella.
Luego de ser convocada, junto a otros periodistas, por María Scherer y Carlos Puig para formar parte de la plataforma Así como suena, la periodista tuvo que perder el miedo. A pesar de que el proyecto partió de un ideal de dejar de lado los reportajes y dedicarse a contar historias, poco tiempo pasó antes de que repararan en que en realidad el podcast es una ventana a la modernidad del quehacer periodístico y poco explorado en México.
“El podcast es un trabajo muy colaborativo, donde importa el talento de cada quien y donde confiamos un montón en que cada uno hace su parte”, explica. De las reuniones con la familia y los abogados de Erick había grabaciones, incluso había logrado capturar una llamada telefónica con él desde la cárcel. Tenía todo para trasladar a su escucha a la historia de “La ranita”. “En el podcast le estás hablando a la gente al oído y lo estás llevando por el camino que tú recorriste”, explica Galia.
“A mí me gusta escribir, reportear, la calle, quizá por eso el podcast me gusta y me va bien y le tengo este amor especial. Me gusta la gente, que las historias cuenten algo, y el podcast también es eso”, concluye la también editora en la Unidad de Periodismo de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
Premio Nacional de Periodismo 2018 por “El hombre que no estuvo aquella noche en Iguala”, el primer podcast en ser reconocido en la categoría de reportaje.
Siempre ha existido una fuerte atracción entre las historias de fabricación de culpables y Galia García Palafox. Justo esta obsesión, como ella la describe, la llevó a adentrarse de lleno en el caso de Erick Uriel Sandoval, quien fue señalado como uno de los responsables de la desaparición de los 43 normalistas de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Lo único que lo ligaba a uno de los casos más controversiales en los últimos años en el país era una desafortunada casualidad.
Galia estudió derecho, pero jamás lo ejerció, siempre quiso ser periodista. “Después de este reportaje, mi papá me decía que por fin había sacado a alguien de la cárcel”. Lo dice entre risas en entrevista para Gatopardo, cuatro días después de haber recibido el Premio Nacional de Periodismo 2018 por “El hombre que no estuvo aquella noche en Iguala”, el primer podcast en ser reconocido en la categoría de reportaje. Su papá tenía razón, Galia desmontó el discurso oficial, “no desde un planteamiento ideológico, sino desde el reporteo de los hechos”, recalcó el consejo durante la premiación.
Cuenta que pasó días leyendo y releyendo el caso. En aquel entonces era productora ejecutiva del noticiero estelar de Milenio Televisión y desde ahí dieron seguimiento puntual al caso que les había proporcionado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Sin embargo, había algo en la investigación que no le parecía congruente.
Un día platicando con la mamá del acusado logró llenar los huecos. A Erick lo conocen en Cocula, Guerrero, como “La ranita”, y a quien buscaban las autoridades había sido identificado como Edgar “La rana” o “El Güereque”. A Erick lo habían implicado. “Lo tenía tan claro en mi cabeza, estaba tan metida en eso que escribí el guion en un día; me senté en la mañana y no me levanté hasta terminar”, cuenta.
Aunque en un principio el hallazgo no probaba nada, diestra para el periodismo Galia había encontrado una posibilidad narrativa que se volvió aún más potente cuando halló la vía de comunicación perfecta: el audio. “Yo normalmente no grababa las entrevistas, escribo muy rápido y tengo mil maneras de tomar apuntes, pero me di cuenta de que en verdad lo que tenía era terror a la grabadora, no sabía qué hacer con ella”, dice mientras mira el celular que en ese momento funge como grabadora, e incluso estira la mano y lo acomoda a manera de que el micrófono dé hacia ella.
Luego de ser convocada, junto a otros periodistas, por María Scherer y Carlos Puig para formar parte de la plataforma Así como suena, la periodista tuvo que perder el miedo. A pesar de que el proyecto partió de un ideal de dejar de lado los reportajes y dedicarse a contar historias, poco tiempo pasó antes de que repararan en que en realidad el podcast es una ventana a la modernidad del quehacer periodístico y poco explorado en México.
“El podcast es un trabajo muy colaborativo, donde importa el talento de cada quien y donde confiamos un montón en que cada uno hace su parte”, explica. De las reuniones con la familia y los abogados de Erick había grabaciones, incluso había logrado capturar una llamada telefónica con él desde la cárcel. Tenía todo para trasladar a su escucha a la historia de “La ranita”. “En el podcast le estás hablando a la gente al oído y lo estás llevando por el camino que tú recorriste”, explica Galia.
“A mí me gusta escribir, reportear, la calle, quizá por eso el podcast me gusta y me va bien y le tengo este amor especial. Me gusta la gente, que las historias cuenten algo, y el podcast también es eso”, concluye la también editora en la Unidad de Periodismo de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
Siempre ha existido una fuerte atracción entre las historias de fabricación de culpables y Galia García Palafox. Justo esta obsesión, como ella la describe, la llevó a adentrarse de lleno en el caso de Erick Uriel Sandoval, quien fue señalado como uno de los responsables de la desaparición de los 43 normalistas de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Lo único que lo ligaba a uno de los casos más controversiales en los últimos años en el país era una desafortunada casualidad.
Galia estudió derecho, pero jamás lo ejerció, siempre quiso ser periodista. “Después de este reportaje, mi papá me decía que por fin había sacado a alguien de la cárcel”. Lo dice entre risas en entrevista para Gatopardo, cuatro días después de haber recibido el Premio Nacional de Periodismo 2018 por “El hombre que no estuvo aquella noche en Iguala”, el primer podcast en ser reconocido en la categoría de reportaje. Su papá tenía razón, Galia desmontó el discurso oficial, “no desde un planteamiento ideológico, sino desde el reporteo de los hechos”, recalcó el consejo durante la premiación.
Cuenta que pasó días leyendo y releyendo el caso. En aquel entonces era productora ejecutiva del noticiero estelar de Milenio Televisión y desde ahí dieron seguimiento puntual al caso que les había proporcionado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Sin embargo, había algo en la investigación que no le parecía congruente.
Un día platicando con la mamá del acusado logró llenar los huecos. A Erick lo conocen en Cocula, Guerrero, como “La ranita”, y a quien buscaban las autoridades había sido identificado como Edgar “La rana” o “El Güereque”. A Erick lo habían implicado. “Lo tenía tan claro en mi cabeza, estaba tan metida en eso que escribí el guion en un día; me senté en la mañana y no me levanté hasta terminar”, cuenta.
Aunque en un principio el hallazgo no probaba nada, diestra para el periodismo Galia había encontrado una posibilidad narrativa que se volvió aún más potente cuando halló la vía de comunicación perfecta: el audio. “Yo normalmente no grababa las entrevistas, escribo muy rápido y tengo mil maneras de tomar apuntes, pero me di cuenta de que en verdad lo que tenía era terror a la grabadora, no sabía qué hacer con ella”, dice mientras mira el celular que en ese momento funge como grabadora, e incluso estira la mano y lo acomoda a manera de que el micrófono dé hacia ella.
Luego de ser convocada, junto a otros periodistas, por María Scherer y Carlos Puig para formar parte de la plataforma Así como suena, la periodista tuvo que perder el miedo. A pesar de que el proyecto partió de un ideal de dejar de lado los reportajes y dedicarse a contar historias, poco tiempo pasó antes de que repararan en que en realidad el podcast es una ventana a la modernidad del quehacer periodístico y poco explorado en México.
“El podcast es un trabajo muy colaborativo, donde importa el talento de cada quien y donde confiamos un montón en que cada uno hace su parte”, explica. De las reuniones con la familia y los abogados de Erick había grabaciones, incluso había logrado capturar una llamada telefónica con él desde la cárcel. Tenía todo para trasladar a su escucha a la historia de “La ranita”. “En el podcast le estás hablando a la gente al oído y lo estás llevando por el camino que tú recorriste”, explica Galia.
“A mí me gusta escribir, reportear, la calle, quizá por eso el podcast me gusta y me va bien y le tengo este amor especial. Me gusta la gente, que las historias cuenten algo, y el podcast también es eso”, concluye la también editora en la Unidad de Periodismo de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
No items found.