Tener acceso a máquinas de ejercicio, alberca o pesas se ha convertido en un privilegio. Solo un grupo selecto de personas pueden costearlo y otros muchos carecen del tiempo libre suficiente para cuidar de su cuerpo. ¿Es el ejercicio el nuevo estándar de la desigualdad?
Un estudio reciente revela, mediante un diseño ingenioso, que el mercado laboral mexicano sí discrimina a las mujeres por su sobrepeso y obesidad. Los encargados de reclutamiento en los trabajos seleccionan en mayor medida a las mujeres delgadas para la fase de entrevistas.
La campaña más reciente del gobierno federal sobre la alimentación de los mexicanos no solo reproduce prejuicios contra las personas con sobrepeso y obesidad, tampoco se sustenta en investigaciones actuales ni ofrece soluciones oportunas para cambiar nuestra dieta.