El caso Colosio está de regreso

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Los documentos desclasificados del expediente Luis Donaldo Colosio ponen en duda la versión oficial

Texto de
Fotografía de
Realización de
Ilustración de
Traducción de

En el imaginario colectivo de los mexicanos persiste la historia de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que la tarde del 23 de marzo de 1994 fue asesinado al recibir dos disparos, uno en la cabeza y otro en el abdomen, mientras caminaba entre la multitud luego de un acto de campaña en el barrio de Lomas Taurinas en la ciudad de Tijuana. Desde entonces, tanto las autoridades mexicanas como la prensa de aquellos años se encargaron de dar a conocer la versión oficial de los hechos, en donde señalaron a Mario Aburto, un joven de 23 años, como el supuesto autor material del homicidio. Tras un largo proceso y a 25 años del asesinato de aquel candidato que, aún perteneciendo a la esfera del partido en el poder, rompió lazos con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) logró desclasificar los documentos del expediente del proceso penal condenatorio contra Aburto. En el año 2000, luego de pasar por cuatro fiscales especiales, estos documentos fueron clasificados hasta 2035, quedando en un limbo ante la premisa de que alguien quisiera reabrir el caso.

Luis Donaldo Colosio

Recreación del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Aunque los documentos sean públicos, “si surgieran más pistas, el caso se podría reabrir”, dice Laura Sánchez Ley, periodista a cargo de la investigación en MCCI. “Si ahorita Morena quisiera formar una Fiscalía Especial para darle continuidad y saber si hay más gente implicada, se puede”, señaló. En entrevista para Gatopardo, Sánchez Ley detalló que la medida adoptada por las autoridades “estaba bien, en términos de justicia”, pues pudieron surgir nuevas líneas de investigación. Sin embargo, para los mexicanos, la clasificación de estos documentos se convirtió en “una batalla”, pues cualquiera que intentara acceder a ellos era redireccionado por la Procuraduría General de la República (PGR) a un resumen de cuatro tomos publicado por el último fiscal del caso, Luis González Pérez en 2000. En dichos documentos se establecía que Aburto había confesado el crimen y que de acuerdo con lo dicho por testigos, incluida una supuesta novia y sus primos, el joven se había preparado con anticipación para cometer el asesinato. En la versión oficial de la Fiscalía Especial, aseguraron que tenía tiempo preparándose para herir a Colosio y que practicaba con armas en un campo de tiro. Dijeron además que Aburto tenía problemas para respetar a la autoridad, lo que especialistas catalogaron como “una posible estructura de personalidad denominada Boderline”, y que era conocido entre sus compañeros como el “Caballero Águila”.

Luis Donaldo Colosio

Viñeta realizada por Mario Aburto y entregada al juez, en la que explica detalladamente los hechos del 23 de marzo de 1994. Y es ahora, cerca de 25 años después del asesinato, que más de 9 mil paginas, entre declaraciones, careos, testimonios, dibujos y fotografías que conforman este expediente han salido a la luz. Junto con ellas, han llamado la atención también una serie de contradicciones que ponen en duda la verdad oficial del caso Luis Donaldo Colosio. Uno de los contrastes más relevantes es que, a pesar de que en su primera declaración Aburto admitió haber planeado el asesinato del candidato del PRI, existe una segunda en la que, luego de dos meses de su detención, asegura que fue golpeado y que su testimonio fue forzado. Señala también que le ordenaron declarar que formaba parte de “un grupo armado o un grupo político”. Para armar la versión sobre su preparación para matar a Luis Donaldo Colosio, la Fiscalía Especial utilizó el testimonio de Graciela González Díaz, una joven que dijo haber sido su novia. Dijo también que era hija de un militar y que trabajaba en la misma maquiladora que Aburto. Sin embargo, con los nuevos documentos se comprueba que la joven se echó a llorar durante todo el tiempo que duró el careo y posteriormente negó que Mario Aburto le haya contado alguna de esas cosas. Por otro lado, los testimonios de sus primos, Mauricio y Marcelino Ortiz, donde detallaban que el acusado les había enseñado las armas que utilizaría han quedado también en tela de juicio, pues en documentos inéditos hasta ahora, aseguraron que habían testificado en contra de su primo ante amenazas de los agentes.

Fragmento de la carta que Aburto envió al juez, días antes de ser condenado, en la que asegura haber sido amenazado para declararse culpable.

Un precedente para el acceso a la información

“Es un derecho de todos los mexicanos el acceso a la información y por 25 años se nos negó por cláusulas penales que no tenían sentido”, señaló Sánchez Ley. La periodista narró que la estrategia que utilizaron para vencer el candado impuesto al expediente arrancó en marzo de 2018. En esa fecha comenzaron a desclasificar pequeños documentos que son parte del expediente, hasta que llegó el momento de solicitar al Instituto Nacional de Transparencia, el expediente completo. En un primer momento se les negó, pero al final lograron que un Comité de Transparencia del Consejo de la Judicatura Federal diera la orden de revocar el estado. Según Sánchez Ley, no se necesita ser un experto en criminalística o psicología para comprender los documentos. De ahora en adelante, cualquiera puede tener acceso a ellos y cada quien “puede hacer su propio juicio de valor para decidir si creen o no en la versión oficial o si la van a completar con lo documentos que se están publicando”. Este es un caso de enorme interés público y a pesar de ello pasaron muchos años sin que supiéramos que, por ejemplo, la testigo principal se retractó de sus declaraciones iniciales. “La gente puede revisarlo y encontrará cosas muy interesantes e históricamente relevantes”, dice Sánchez Ley. Una de ellas es que entre los documentos que se presentaron como evidencia de que Mario Aburto tenía problemas con la autoridad, están sus boletas de calificaciones de la primaria, y reportes de indisciplina por “no asistir a la ceremonia de Honores a la Bandera”. “Muchos de estos documentos fueron presentados como evidencia inminente y ahora sabemos que no lo son”, afirma. Como parte del expediente, MCCI también tuvo acceso a un video en el que Mario Aburto hace un recreación del momento en que el candidato fue asesinado. Dicho video, de poco menos de una hora, fue presentado por la defensa del acusado pocos días antes de que se dictara su sentencia. En éste, Aburto reiteró que lo sucedido fue un accidente.

Sanchez Ley detalló que con esta desclasificación (a pesar de no ser la primera, pues el año pasado se logró la de los archivos de 1968) sí corresponde a uno de los casos más polémicos de México, con lo cual se siembra un precedente para futuros procesos de revisión. “Es un paso muy importante, es momento de empezar a desclasificar casos que son históricos para nuestro país... casos que fueron polémicos como el asesinato del cardenal Posadas Ocampo o el caso de José Francisco Ruiz Massieu, hay muchos que jamás fueron esclarecidos”, afirma. “Es momento de empezar a exigir el acceso a esos archivos para que los mexicanos podamos crearnos nuestro propio criterio”.

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En el imaginario colectivo de los mexicanos persiste la historia de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que la tarde del 23 de marzo de 1994 fue asesinado al recibir dos disparos, uno en la cabeza y otro en el abdomen, mientras caminaba entre la multitud luego de un acto de campaña en el barrio de Lomas Taurinas en la ciudad de Tijuana. Desde entonces, tanto las autoridades mexicanas como la prensa de aquellos años se encargaron de dar a conocer la versión oficial de los hechos, en donde señalaron a Mario Aburto, un joven de 23 años, como el supuesto autor material del homicidio. Tras un largo proceso y a 25 años del asesinato de aquel candidato que, aún perteneciendo a la esfera del partido en el poder, rompió lazos con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) logró desclasificar los documentos del expediente del proceso penal condenatorio contra Aburto. En el año 2000, luego de pasar por cuatro fiscales especiales, estos documentos fueron clasificados hasta 2035, quedando en un limbo ante la premisa de que alguien quisiera reabrir el caso.

Luis Donaldo Colosio

Recreación del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Aunque los documentos sean públicos, “si surgieran más pistas, el caso se podría reabrir”, dice Laura Sánchez Ley, periodista a cargo de la investigación en MCCI. “Si ahorita Morena quisiera formar una Fiscalía Especial para darle continuidad y saber si hay más gente implicada, se puede”, señaló. En entrevista para Gatopardo, Sánchez Ley detalló que la medida adoptada por las autoridades “estaba bien, en términos de justicia”, pues pudieron surgir nuevas líneas de investigación. Sin embargo, para los mexicanos, la clasificación de estos documentos se convirtió en “una batalla”, pues cualquiera que intentara acceder a ellos era redireccionado por la Procuraduría General de la República (PGR) a un resumen de cuatro tomos publicado por el último fiscal del caso, Luis González Pérez en 2000. En dichos documentos se establecía que Aburto había confesado el crimen y que de acuerdo con lo dicho por testigos, incluida una supuesta novia y sus primos, el joven se había preparado con anticipación para cometer el asesinato. En la versión oficial de la Fiscalía Especial, aseguraron que tenía tiempo preparándose para herir a Colosio y que practicaba con armas en un campo de tiro. Dijeron además que Aburto tenía problemas para respetar a la autoridad, lo que especialistas catalogaron como “una posible estructura de personalidad denominada Boderline”, y que era conocido entre sus compañeros como el “Caballero Águila”.

Luis Donaldo Colosio

Viñeta realizada por Mario Aburto y entregada al juez, en la que explica detalladamente los hechos del 23 de marzo de 1994. Y es ahora, cerca de 25 años después del asesinato, que más de 9 mil paginas, entre declaraciones, careos, testimonios, dibujos y fotografías que conforman este expediente han salido a la luz. Junto con ellas, han llamado la atención también una serie de contradicciones que ponen en duda la verdad oficial del caso Luis Donaldo Colosio. Uno de los contrastes más relevantes es que, a pesar de que en su primera declaración Aburto admitió haber planeado el asesinato del candidato del PRI, existe una segunda en la que, luego de dos meses de su detención, asegura que fue golpeado y que su testimonio fue forzado. Señala también que le ordenaron declarar que formaba parte de “un grupo armado o un grupo político”. Para armar la versión sobre su preparación para matar a Luis Donaldo Colosio, la Fiscalía Especial utilizó el testimonio de Graciela González Díaz, una joven que dijo haber sido su novia. Dijo también que era hija de un militar y que trabajaba en la misma maquiladora que Aburto. Sin embargo, con los nuevos documentos se comprueba que la joven se echó a llorar durante todo el tiempo que duró el careo y posteriormente negó que Mario Aburto le haya contado alguna de esas cosas. Por otro lado, los testimonios de sus primos, Mauricio y Marcelino Ortiz, donde detallaban que el acusado les había enseñado las armas que utilizaría han quedado también en tela de juicio, pues en documentos inéditos hasta ahora, aseguraron que habían testificado en contra de su primo ante amenazas de los agentes.

Fragmento de la carta que Aburto envió al juez, días antes de ser condenado, en la que asegura haber sido amenazado para declararse culpable.

Un precedente para el acceso a la información

“Es un derecho de todos los mexicanos el acceso a la información y por 25 años se nos negó por cláusulas penales que no tenían sentido”, señaló Sánchez Ley. La periodista narró que la estrategia que utilizaron para vencer el candado impuesto al expediente arrancó en marzo de 2018. En esa fecha comenzaron a desclasificar pequeños documentos que son parte del expediente, hasta que llegó el momento de solicitar al Instituto Nacional de Transparencia, el expediente completo. En un primer momento se les negó, pero al final lograron que un Comité de Transparencia del Consejo de la Judicatura Federal diera la orden de revocar el estado. Según Sánchez Ley, no se necesita ser un experto en criminalística o psicología para comprender los documentos. De ahora en adelante, cualquiera puede tener acceso a ellos y cada quien “puede hacer su propio juicio de valor para decidir si creen o no en la versión oficial o si la van a completar con lo documentos que se están publicando”. Este es un caso de enorme interés público y a pesar de ello pasaron muchos años sin que supiéramos que, por ejemplo, la testigo principal se retractó de sus declaraciones iniciales. “La gente puede revisarlo y encontrará cosas muy interesantes e históricamente relevantes”, dice Sánchez Ley. Una de ellas es que entre los documentos que se presentaron como evidencia de que Mario Aburto tenía problemas con la autoridad, están sus boletas de calificaciones de la primaria, y reportes de indisciplina por “no asistir a la ceremonia de Honores a la Bandera”. “Muchos de estos documentos fueron presentados como evidencia inminente y ahora sabemos que no lo son”, afirma. Como parte del expediente, MCCI también tuvo acceso a un video en el que Mario Aburto hace un recreación del momento en que el candidato fue asesinado. Dicho video, de poco menos de una hora, fue presentado por la defensa del acusado pocos días antes de que se dictara su sentencia. En éste, Aburto reiteró que lo sucedido fue un accidente.

Sanchez Ley detalló que con esta desclasificación (a pesar de no ser la primera, pues el año pasado se logró la de los archivos de 1968) sí corresponde a uno de los casos más polémicos de México, con lo cual se siembra un precedente para futuros procesos de revisión. “Es un paso muy importante, es momento de empezar a desclasificar casos que son históricos para nuestro país... casos que fueron polémicos como el asesinato del cardenal Posadas Ocampo o el caso de José Francisco Ruiz Massieu, hay muchos que jamás fueron esclarecidos”, afirma. “Es momento de empezar a exigir el acceso a esos archivos para que los mexicanos podamos crearnos nuestro propio criterio”.

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En el imaginario colectivo de los mexicanos persiste la historia de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que la tarde del 23 de marzo de 1994 fue asesinado al recibir dos disparos, uno en la cabeza y otro en el abdomen, mientras caminaba entre la multitud luego de un acto de campaña en el barrio de Lomas Taurinas en la ciudad de Tijuana. Desde entonces, tanto las autoridades mexicanas como la prensa de aquellos años se encargaron de dar a conocer la versión oficial de los hechos, en donde señalaron a Mario Aburto, un joven de 23 años, como el supuesto autor material del homicidio. Tras un largo proceso y a 25 años del asesinato de aquel candidato que, aún perteneciendo a la esfera del partido en el poder, rompió lazos con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) logró desclasificar los documentos del expediente del proceso penal condenatorio contra Aburto. En el año 2000, luego de pasar por cuatro fiscales especiales, estos documentos fueron clasificados hasta 2035, quedando en un limbo ante la premisa de que alguien quisiera reabrir el caso.

Luis Donaldo Colosio

Recreación del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Aunque los documentos sean públicos, “si surgieran más pistas, el caso se podría reabrir”, dice Laura Sánchez Ley, periodista a cargo de la investigación en MCCI. “Si ahorita Morena quisiera formar una Fiscalía Especial para darle continuidad y saber si hay más gente implicada, se puede”, señaló. En entrevista para Gatopardo, Sánchez Ley detalló que la medida adoptada por las autoridades “estaba bien, en términos de justicia”, pues pudieron surgir nuevas líneas de investigación. Sin embargo, para los mexicanos, la clasificación de estos documentos se convirtió en “una batalla”, pues cualquiera que intentara acceder a ellos era redireccionado por la Procuraduría General de la República (PGR) a un resumen de cuatro tomos publicado por el último fiscal del caso, Luis González Pérez en 2000. En dichos documentos se establecía que Aburto había confesado el crimen y que de acuerdo con lo dicho por testigos, incluida una supuesta novia y sus primos, el joven se había preparado con anticipación para cometer el asesinato. En la versión oficial de la Fiscalía Especial, aseguraron que tenía tiempo preparándose para herir a Colosio y que practicaba con armas en un campo de tiro. Dijeron además que Aburto tenía problemas para respetar a la autoridad, lo que especialistas catalogaron como “una posible estructura de personalidad denominada Boderline”, y que era conocido entre sus compañeros como el “Caballero Águila”.

Luis Donaldo Colosio

Viñeta realizada por Mario Aburto y entregada al juez, en la que explica detalladamente los hechos del 23 de marzo de 1994. Y es ahora, cerca de 25 años después del asesinato, que más de 9 mil paginas, entre declaraciones, careos, testimonios, dibujos y fotografías que conforman este expediente han salido a la luz. Junto con ellas, han llamado la atención también una serie de contradicciones que ponen en duda la verdad oficial del caso Luis Donaldo Colosio. Uno de los contrastes más relevantes es que, a pesar de que en su primera declaración Aburto admitió haber planeado el asesinato del candidato del PRI, existe una segunda en la que, luego de dos meses de su detención, asegura que fue golpeado y que su testimonio fue forzado. Señala también que le ordenaron declarar que formaba parte de “un grupo armado o un grupo político”. Para armar la versión sobre su preparación para matar a Luis Donaldo Colosio, la Fiscalía Especial utilizó el testimonio de Graciela González Díaz, una joven que dijo haber sido su novia. Dijo también que era hija de un militar y que trabajaba en la misma maquiladora que Aburto. Sin embargo, con los nuevos documentos se comprueba que la joven se echó a llorar durante todo el tiempo que duró el careo y posteriormente negó que Mario Aburto le haya contado alguna de esas cosas. Por otro lado, los testimonios de sus primos, Mauricio y Marcelino Ortiz, donde detallaban que el acusado les había enseñado las armas que utilizaría han quedado también en tela de juicio, pues en documentos inéditos hasta ahora, aseguraron que habían testificado en contra de su primo ante amenazas de los agentes.

Fragmento de la carta que Aburto envió al juez, días antes de ser condenado, en la que asegura haber sido amenazado para declararse culpable.

Un precedente para el acceso a la información

“Es un derecho de todos los mexicanos el acceso a la información y por 25 años se nos negó por cláusulas penales que no tenían sentido”, señaló Sánchez Ley. La periodista narró que la estrategia que utilizaron para vencer el candado impuesto al expediente arrancó en marzo de 2018. En esa fecha comenzaron a desclasificar pequeños documentos que son parte del expediente, hasta que llegó el momento de solicitar al Instituto Nacional de Transparencia, el expediente completo. En un primer momento se les negó, pero al final lograron que un Comité de Transparencia del Consejo de la Judicatura Federal diera la orden de revocar el estado. Según Sánchez Ley, no se necesita ser un experto en criminalística o psicología para comprender los documentos. De ahora en adelante, cualquiera puede tener acceso a ellos y cada quien “puede hacer su propio juicio de valor para decidir si creen o no en la versión oficial o si la van a completar con lo documentos que se están publicando”. Este es un caso de enorme interés público y a pesar de ello pasaron muchos años sin que supiéramos que, por ejemplo, la testigo principal se retractó de sus declaraciones iniciales. “La gente puede revisarlo y encontrará cosas muy interesantes e históricamente relevantes”, dice Sánchez Ley. Una de ellas es que entre los documentos que se presentaron como evidencia de que Mario Aburto tenía problemas con la autoridad, están sus boletas de calificaciones de la primaria, y reportes de indisciplina por “no asistir a la ceremonia de Honores a la Bandera”. “Muchos de estos documentos fueron presentados como evidencia inminente y ahora sabemos que no lo son”, afirma. Como parte del expediente, MCCI también tuvo acceso a un video en el que Mario Aburto hace un recreación del momento en que el candidato fue asesinado. Dicho video, de poco menos de una hora, fue presentado por la defensa del acusado pocos días antes de que se dictara su sentencia. En éste, Aburto reiteró que lo sucedido fue un accidente.

Sanchez Ley detalló que con esta desclasificación (a pesar de no ser la primera, pues el año pasado se logró la de los archivos de 1968) sí corresponde a uno de los casos más polémicos de México, con lo cual se siembra un precedente para futuros procesos de revisión. “Es un paso muy importante, es momento de empezar a desclasificar casos que son históricos para nuestro país... casos que fueron polémicos como el asesinato del cardenal Posadas Ocampo o el caso de José Francisco Ruiz Massieu, hay muchos que jamás fueron esclarecidos”, afirma. “Es momento de empezar a exigir el acceso a esos archivos para que los mexicanos podamos crearnos nuestro propio criterio”.

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En el imaginario colectivo de los mexicanos persiste la historia de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que la tarde del 23 de marzo de 1994 fue asesinado al recibir dos disparos, uno en la cabeza y otro en el abdomen, mientras caminaba entre la multitud luego de un acto de campaña en el barrio de Lomas Taurinas en la ciudad de Tijuana. Desde entonces, tanto las autoridades mexicanas como la prensa de aquellos años se encargaron de dar a conocer la versión oficial de los hechos, en donde señalaron a Mario Aburto, un joven de 23 años, como el supuesto autor material del homicidio. Tras un largo proceso y a 25 años del asesinato de aquel candidato que, aún perteneciendo a la esfera del partido en el poder, rompió lazos con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) logró desclasificar los documentos del expediente del proceso penal condenatorio contra Aburto. En el año 2000, luego de pasar por cuatro fiscales especiales, estos documentos fueron clasificados hasta 2035, quedando en un limbo ante la premisa de que alguien quisiera reabrir el caso.

Luis Donaldo Colosio

Recreación del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Aunque los documentos sean públicos, “si surgieran más pistas, el caso se podría reabrir”, dice Laura Sánchez Ley, periodista a cargo de la investigación en MCCI. “Si ahorita Morena quisiera formar una Fiscalía Especial para darle continuidad y saber si hay más gente implicada, se puede”, señaló. En entrevista para Gatopardo, Sánchez Ley detalló que la medida adoptada por las autoridades “estaba bien, en términos de justicia”, pues pudieron surgir nuevas líneas de investigación. Sin embargo, para los mexicanos, la clasificación de estos documentos se convirtió en “una batalla”, pues cualquiera que intentara acceder a ellos era redireccionado por la Procuraduría General de la República (PGR) a un resumen de cuatro tomos publicado por el último fiscal del caso, Luis González Pérez en 2000. En dichos documentos se establecía que Aburto había confesado el crimen y que de acuerdo con lo dicho por testigos, incluida una supuesta novia y sus primos, el joven se había preparado con anticipación para cometer el asesinato. En la versión oficial de la Fiscalía Especial, aseguraron que tenía tiempo preparándose para herir a Colosio y que practicaba con armas en un campo de tiro. Dijeron además que Aburto tenía problemas para respetar a la autoridad, lo que especialistas catalogaron como “una posible estructura de personalidad denominada Boderline”, y que era conocido entre sus compañeros como el “Caballero Águila”.

Luis Donaldo Colosio

Viñeta realizada por Mario Aburto y entregada al juez, en la que explica detalladamente los hechos del 23 de marzo de 1994. Y es ahora, cerca de 25 años después del asesinato, que más de 9 mil paginas, entre declaraciones, careos, testimonios, dibujos y fotografías que conforman este expediente han salido a la luz. Junto con ellas, han llamado la atención también una serie de contradicciones que ponen en duda la verdad oficial del caso Luis Donaldo Colosio. Uno de los contrastes más relevantes es que, a pesar de que en su primera declaración Aburto admitió haber planeado el asesinato del candidato del PRI, existe una segunda en la que, luego de dos meses de su detención, asegura que fue golpeado y que su testimonio fue forzado. Señala también que le ordenaron declarar que formaba parte de “un grupo armado o un grupo político”. Para armar la versión sobre su preparación para matar a Luis Donaldo Colosio, la Fiscalía Especial utilizó el testimonio de Graciela González Díaz, una joven que dijo haber sido su novia. Dijo también que era hija de un militar y que trabajaba en la misma maquiladora que Aburto. Sin embargo, con los nuevos documentos se comprueba que la joven se echó a llorar durante todo el tiempo que duró el careo y posteriormente negó que Mario Aburto le haya contado alguna de esas cosas. Por otro lado, los testimonios de sus primos, Mauricio y Marcelino Ortiz, donde detallaban que el acusado les había enseñado las armas que utilizaría han quedado también en tela de juicio, pues en documentos inéditos hasta ahora, aseguraron que habían testificado en contra de su primo ante amenazas de los agentes.

Fragmento de la carta que Aburto envió al juez, días antes de ser condenado, en la que asegura haber sido amenazado para declararse culpable.

Un precedente para el acceso a la información

“Es un derecho de todos los mexicanos el acceso a la información y por 25 años se nos negó por cláusulas penales que no tenían sentido”, señaló Sánchez Ley. La periodista narró que la estrategia que utilizaron para vencer el candado impuesto al expediente arrancó en marzo de 2018. En esa fecha comenzaron a desclasificar pequeños documentos que son parte del expediente, hasta que llegó el momento de solicitar al Instituto Nacional de Transparencia, el expediente completo. En un primer momento se les negó, pero al final lograron que un Comité de Transparencia del Consejo de la Judicatura Federal diera la orden de revocar el estado. Según Sánchez Ley, no se necesita ser un experto en criminalística o psicología para comprender los documentos. De ahora en adelante, cualquiera puede tener acceso a ellos y cada quien “puede hacer su propio juicio de valor para decidir si creen o no en la versión oficial o si la van a completar con lo documentos que se están publicando”. Este es un caso de enorme interés público y a pesar de ello pasaron muchos años sin que supiéramos que, por ejemplo, la testigo principal se retractó de sus declaraciones iniciales. “La gente puede revisarlo y encontrará cosas muy interesantes e históricamente relevantes”, dice Sánchez Ley. Una de ellas es que entre los documentos que se presentaron como evidencia de que Mario Aburto tenía problemas con la autoridad, están sus boletas de calificaciones de la primaria, y reportes de indisciplina por “no asistir a la ceremonia de Honores a la Bandera”. “Muchos de estos documentos fueron presentados como evidencia inminente y ahora sabemos que no lo son”, afirma. Como parte del expediente, MCCI también tuvo acceso a un video en el que Mario Aburto hace un recreación del momento en que el candidato fue asesinado. Dicho video, de poco menos de una hora, fue presentado por la defensa del acusado pocos días antes de que se dictara su sentencia. En éste, Aburto reiteró que lo sucedido fue un accidente.

Sanchez Ley detalló que con esta desclasificación (a pesar de no ser la primera, pues el año pasado se logró la de los archivos de 1968) sí corresponde a uno de los casos más polémicos de México, con lo cual se siembra un precedente para futuros procesos de revisión. “Es un paso muy importante, es momento de empezar a desclasificar casos que son históricos para nuestro país... casos que fueron polémicos como el asesinato del cardenal Posadas Ocampo o el caso de José Francisco Ruiz Massieu, hay muchos que jamás fueron esclarecidos”, afirma. “Es momento de empezar a exigir el acceso a esos archivos para que los mexicanos podamos crearnos nuestro propio criterio”.

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En el imaginario colectivo de los mexicanos persiste la historia de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que la tarde del 23 de marzo de 1994 fue asesinado al recibir dos disparos, uno en la cabeza y otro en el abdomen, mientras caminaba entre la multitud luego de un acto de campaña en el barrio de Lomas Taurinas en la ciudad de Tijuana. Desde entonces, tanto las autoridades mexicanas como la prensa de aquellos años se encargaron de dar a conocer la versión oficial de los hechos, en donde señalaron a Mario Aburto, un joven de 23 años, como el supuesto autor material del homicidio. Tras un largo proceso y a 25 años del asesinato de aquel candidato que, aún perteneciendo a la esfera del partido en el poder, rompió lazos con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) logró desclasificar los documentos del expediente del proceso penal condenatorio contra Aburto. En el año 2000, luego de pasar por cuatro fiscales especiales, estos documentos fueron clasificados hasta 2035, quedando en un limbo ante la premisa de que alguien quisiera reabrir el caso.

Luis Donaldo Colosio

Recreación del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Aunque los documentos sean públicos, “si surgieran más pistas, el caso se podría reabrir”, dice Laura Sánchez Ley, periodista a cargo de la investigación en MCCI. “Si ahorita Morena quisiera formar una Fiscalía Especial para darle continuidad y saber si hay más gente implicada, se puede”, señaló. En entrevista para Gatopardo, Sánchez Ley detalló que la medida adoptada por las autoridades “estaba bien, en términos de justicia”, pues pudieron surgir nuevas líneas de investigación. Sin embargo, para los mexicanos, la clasificación de estos documentos se convirtió en “una batalla”, pues cualquiera que intentara acceder a ellos era redireccionado por la Procuraduría General de la República (PGR) a un resumen de cuatro tomos publicado por el último fiscal del caso, Luis González Pérez en 2000. En dichos documentos se establecía que Aburto había confesado el crimen y que de acuerdo con lo dicho por testigos, incluida una supuesta novia y sus primos, el joven se había preparado con anticipación para cometer el asesinato. En la versión oficial de la Fiscalía Especial, aseguraron que tenía tiempo preparándose para herir a Colosio y que practicaba con armas en un campo de tiro. Dijeron además que Aburto tenía problemas para respetar a la autoridad, lo que especialistas catalogaron como “una posible estructura de personalidad denominada Boderline”, y que era conocido entre sus compañeros como el “Caballero Águila”.

Luis Donaldo Colosio

Viñeta realizada por Mario Aburto y entregada al juez, en la que explica detalladamente los hechos del 23 de marzo de 1994. Y es ahora, cerca de 25 años después del asesinato, que más de 9 mil paginas, entre declaraciones, careos, testimonios, dibujos y fotografías que conforman este expediente han salido a la luz. Junto con ellas, han llamado la atención también una serie de contradicciones que ponen en duda la verdad oficial del caso Luis Donaldo Colosio. Uno de los contrastes más relevantes es que, a pesar de que en su primera declaración Aburto admitió haber planeado el asesinato del candidato del PRI, existe una segunda en la que, luego de dos meses de su detención, asegura que fue golpeado y que su testimonio fue forzado. Señala también que le ordenaron declarar que formaba parte de “un grupo armado o un grupo político”. Para armar la versión sobre su preparación para matar a Luis Donaldo Colosio, la Fiscalía Especial utilizó el testimonio de Graciela González Díaz, una joven que dijo haber sido su novia. Dijo también que era hija de un militar y que trabajaba en la misma maquiladora que Aburto. Sin embargo, con los nuevos documentos se comprueba que la joven se echó a llorar durante todo el tiempo que duró el careo y posteriormente negó que Mario Aburto le haya contado alguna de esas cosas. Por otro lado, los testimonios de sus primos, Mauricio y Marcelino Ortiz, donde detallaban que el acusado les había enseñado las armas que utilizaría han quedado también en tela de juicio, pues en documentos inéditos hasta ahora, aseguraron que habían testificado en contra de su primo ante amenazas de los agentes.

Fragmento de la carta que Aburto envió al juez, días antes de ser condenado, en la que asegura haber sido amenazado para declararse culpable.

Un precedente para el acceso a la información

“Es un derecho de todos los mexicanos el acceso a la información y por 25 años se nos negó por cláusulas penales que no tenían sentido”, señaló Sánchez Ley. La periodista narró que la estrategia que utilizaron para vencer el candado impuesto al expediente arrancó en marzo de 2018. En esa fecha comenzaron a desclasificar pequeños documentos que son parte del expediente, hasta que llegó el momento de solicitar al Instituto Nacional de Transparencia, el expediente completo. En un primer momento se les negó, pero al final lograron que un Comité de Transparencia del Consejo de la Judicatura Federal diera la orden de revocar el estado. Según Sánchez Ley, no se necesita ser un experto en criminalística o psicología para comprender los documentos. De ahora en adelante, cualquiera puede tener acceso a ellos y cada quien “puede hacer su propio juicio de valor para decidir si creen o no en la versión oficial o si la van a completar con lo documentos que se están publicando”. Este es un caso de enorme interés público y a pesar de ello pasaron muchos años sin que supiéramos que, por ejemplo, la testigo principal se retractó de sus declaraciones iniciales. “La gente puede revisarlo y encontrará cosas muy interesantes e históricamente relevantes”, dice Sánchez Ley. Una de ellas es que entre los documentos que se presentaron como evidencia de que Mario Aburto tenía problemas con la autoridad, están sus boletas de calificaciones de la primaria, y reportes de indisciplina por “no asistir a la ceremonia de Honores a la Bandera”. “Muchos de estos documentos fueron presentados como evidencia inminente y ahora sabemos que no lo son”, afirma. Como parte del expediente, MCCI también tuvo acceso a un video en el que Mario Aburto hace un recreación del momento en que el candidato fue asesinado. Dicho video, de poco menos de una hora, fue presentado por la defensa del acusado pocos días antes de que se dictara su sentencia. En éste, Aburto reiteró que lo sucedido fue un accidente.

Sanchez Ley detalló que con esta desclasificación (a pesar de no ser la primera, pues el año pasado se logró la de los archivos de 1968) sí corresponde a uno de los casos más polémicos de México, con lo cual se siembra un precedente para futuros procesos de revisión. “Es un paso muy importante, es momento de empezar a desclasificar casos que son históricos para nuestro país... casos que fueron polémicos como el asesinato del cardenal Posadas Ocampo o el caso de José Francisco Ruiz Massieu, hay muchos que jamás fueron esclarecidos”, afirma. “Es momento de empezar a exigir el acceso a esos archivos para que los mexicanos podamos crearnos nuestro propio criterio”.

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Los documentos desclasificados del expediente Luis Donaldo Colosio ponen en duda la versión oficial

En el imaginario colectivo de los mexicanos persiste la historia de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que la tarde del 23 de marzo de 1994 fue asesinado al recibir dos disparos, uno en la cabeza y otro en el abdomen, mientras caminaba entre la multitud luego de un acto de campaña en el barrio de Lomas Taurinas en la ciudad de Tijuana. Desde entonces, tanto las autoridades mexicanas como la prensa de aquellos años se encargaron de dar a conocer la versión oficial de los hechos, en donde señalaron a Mario Aburto, un joven de 23 años, como el supuesto autor material del homicidio. Tras un largo proceso y a 25 años del asesinato de aquel candidato que, aún perteneciendo a la esfera del partido en el poder, rompió lazos con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) logró desclasificar los documentos del expediente del proceso penal condenatorio contra Aburto. En el año 2000, luego de pasar por cuatro fiscales especiales, estos documentos fueron clasificados hasta 2035, quedando en un limbo ante la premisa de que alguien quisiera reabrir el caso.

Luis Donaldo Colosio

Recreación del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Aunque los documentos sean públicos, “si surgieran más pistas, el caso se podría reabrir”, dice Laura Sánchez Ley, periodista a cargo de la investigación en MCCI. “Si ahorita Morena quisiera formar una Fiscalía Especial para darle continuidad y saber si hay más gente implicada, se puede”, señaló. En entrevista para Gatopardo, Sánchez Ley detalló que la medida adoptada por las autoridades “estaba bien, en términos de justicia”, pues pudieron surgir nuevas líneas de investigación. Sin embargo, para los mexicanos, la clasificación de estos documentos se convirtió en “una batalla”, pues cualquiera que intentara acceder a ellos era redireccionado por la Procuraduría General de la República (PGR) a un resumen de cuatro tomos publicado por el último fiscal del caso, Luis González Pérez en 2000. En dichos documentos se establecía que Aburto había confesado el crimen y que de acuerdo con lo dicho por testigos, incluida una supuesta novia y sus primos, el joven se había preparado con anticipación para cometer el asesinato. En la versión oficial de la Fiscalía Especial, aseguraron que tenía tiempo preparándose para herir a Colosio y que practicaba con armas en un campo de tiro. Dijeron además que Aburto tenía problemas para respetar a la autoridad, lo que especialistas catalogaron como “una posible estructura de personalidad denominada Boderline”, y que era conocido entre sus compañeros como el “Caballero Águila”.

Luis Donaldo Colosio

Viñeta realizada por Mario Aburto y entregada al juez, en la que explica detalladamente los hechos del 23 de marzo de 1994. Y es ahora, cerca de 25 años después del asesinato, que más de 9 mil paginas, entre declaraciones, careos, testimonios, dibujos y fotografías que conforman este expediente han salido a la luz. Junto con ellas, han llamado la atención también una serie de contradicciones que ponen en duda la verdad oficial del caso Luis Donaldo Colosio. Uno de los contrastes más relevantes es que, a pesar de que en su primera declaración Aburto admitió haber planeado el asesinato del candidato del PRI, existe una segunda en la que, luego de dos meses de su detención, asegura que fue golpeado y que su testimonio fue forzado. Señala también que le ordenaron declarar que formaba parte de “un grupo armado o un grupo político”. Para armar la versión sobre su preparación para matar a Luis Donaldo Colosio, la Fiscalía Especial utilizó el testimonio de Graciela González Díaz, una joven que dijo haber sido su novia. Dijo también que era hija de un militar y que trabajaba en la misma maquiladora que Aburto. Sin embargo, con los nuevos documentos se comprueba que la joven se echó a llorar durante todo el tiempo que duró el careo y posteriormente negó que Mario Aburto le haya contado alguna de esas cosas. Por otro lado, los testimonios de sus primos, Mauricio y Marcelino Ortiz, donde detallaban que el acusado les había enseñado las armas que utilizaría han quedado también en tela de juicio, pues en documentos inéditos hasta ahora, aseguraron que habían testificado en contra de su primo ante amenazas de los agentes.

Fragmento de la carta que Aburto envió al juez, días antes de ser condenado, en la que asegura haber sido amenazado para declararse culpable.

Un precedente para el acceso a la información

“Es un derecho de todos los mexicanos el acceso a la información y por 25 años se nos negó por cláusulas penales que no tenían sentido”, señaló Sánchez Ley. La periodista narró que la estrategia que utilizaron para vencer el candado impuesto al expediente arrancó en marzo de 2018. En esa fecha comenzaron a desclasificar pequeños documentos que son parte del expediente, hasta que llegó el momento de solicitar al Instituto Nacional de Transparencia, el expediente completo. En un primer momento se les negó, pero al final lograron que un Comité de Transparencia del Consejo de la Judicatura Federal diera la orden de revocar el estado. Según Sánchez Ley, no se necesita ser un experto en criminalística o psicología para comprender los documentos. De ahora en adelante, cualquiera puede tener acceso a ellos y cada quien “puede hacer su propio juicio de valor para decidir si creen o no en la versión oficial o si la van a completar con lo documentos que se están publicando”. Este es un caso de enorme interés público y a pesar de ello pasaron muchos años sin que supiéramos que, por ejemplo, la testigo principal se retractó de sus declaraciones iniciales. “La gente puede revisarlo y encontrará cosas muy interesantes e históricamente relevantes”, dice Sánchez Ley. Una de ellas es que entre los documentos que se presentaron como evidencia de que Mario Aburto tenía problemas con la autoridad, están sus boletas de calificaciones de la primaria, y reportes de indisciplina por “no asistir a la ceremonia de Honores a la Bandera”. “Muchos de estos documentos fueron presentados como evidencia inminente y ahora sabemos que no lo son”, afirma. Como parte del expediente, MCCI también tuvo acceso a un video en el que Mario Aburto hace un recreación del momento en que el candidato fue asesinado. Dicho video, de poco menos de una hora, fue presentado por la defensa del acusado pocos días antes de que se dictara su sentencia. En éste, Aburto reiteró que lo sucedido fue un accidente.

Sanchez Ley detalló que con esta desclasificación (a pesar de no ser la primera, pues el año pasado se logró la de los archivos de 1968) sí corresponde a uno de los casos más polémicos de México, con lo cual se siembra un precedente para futuros procesos de revisión. “Es un paso muy importante, es momento de empezar a desclasificar casos que son históricos para nuestro país... casos que fueron polémicos como el asesinato del cardenal Posadas Ocampo o el caso de José Francisco Ruiz Massieu, hay muchos que jamás fueron esclarecidos”, afirma. “Es momento de empezar a exigir el acceso a esos archivos para que los mexicanos podamos crearnos nuestro propio criterio”.

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Los documentos desclasificados del expediente Luis Donaldo Colosio ponen en duda la versión oficial

En el imaginario colectivo de los mexicanos persiste la historia de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que la tarde del 23 de marzo de 1994 fue asesinado al recibir dos disparos, uno en la cabeza y otro en el abdomen, mientras caminaba entre la multitud luego de un acto de campaña en el barrio de Lomas Taurinas en la ciudad de Tijuana. Desde entonces, tanto las autoridades mexicanas como la prensa de aquellos años se encargaron de dar a conocer la versión oficial de los hechos, en donde señalaron a Mario Aburto, un joven de 23 años, como el supuesto autor material del homicidio. Tras un largo proceso y a 25 años del asesinato de aquel candidato que, aún perteneciendo a la esfera del partido en el poder, rompió lazos con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) logró desclasificar los documentos del expediente del proceso penal condenatorio contra Aburto. En el año 2000, luego de pasar por cuatro fiscales especiales, estos documentos fueron clasificados hasta 2035, quedando en un limbo ante la premisa de que alguien quisiera reabrir el caso.

Luis Donaldo Colosio

Recreación del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Aunque los documentos sean públicos, “si surgieran más pistas, el caso se podría reabrir”, dice Laura Sánchez Ley, periodista a cargo de la investigación en MCCI. “Si ahorita Morena quisiera formar una Fiscalía Especial para darle continuidad y saber si hay más gente implicada, se puede”, señaló. En entrevista para Gatopardo, Sánchez Ley detalló que la medida adoptada por las autoridades “estaba bien, en términos de justicia”, pues pudieron surgir nuevas líneas de investigación. Sin embargo, para los mexicanos, la clasificación de estos documentos se convirtió en “una batalla”, pues cualquiera que intentara acceder a ellos era redireccionado por la Procuraduría General de la República (PGR) a un resumen de cuatro tomos publicado por el último fiscal del caso, Luis González Pérez en 2000. En dichos documentos se establecía que Aburto había confesado el crimen y que de acuerdo con lo dicho por testigos, incluida una supuesta novia y sus primos, el joven se había preparado con anticipación para cometer el asesinato. En la versión oficial de la Fiscalía Especial, aseguraron que tenía tiempo preparándose para herir a Colosio y que practicaba con armas en un campo de tiro. Dijeron además que Aburto tenía problemas para respetar a la autoridad, lo que especialistas catalogaron como “una posible estructura de personalidad denominada Boderline”, y que era conocido entre sus compañeros como el “Caballero Águila”.

Luis Donaldo Colosio

Viñeta realizada por Mario Aburto y entregada al juez, en la que explica detalladamente los hechos del 23 de marzo de 1994. Y es ahora, cerca de 25 años después del asesinato, que más de 9 mil paginas, entre declaraciones, careos, testimonios, dibujos y fotografías que conforman este expediente han salido a la luz. Junto con ellas, han llamado la atención también una serie de contradicciones que ponen en duda la verdad oficial del caso Luis Donaldo Colosio. Uno de los contrastes más relevantes es que, a pesar de que en su primera declaración Aburto admitió haber planeado el asesinato del candidato del PRI, existe una segunda en la que, luego de dos meses de su detención, asegura que fue golpeado y que su testimonio fue forzado. Señala también que le ordenaron declarar que formaba parte de “un grupo armado o un grupo político”. Para armar la versión sobre su preparación para matar a Luis Donaldo Colosio, la Fiscalía Especial utilizó el testimonio de Graciela González Díaz, una joven que dijo haber sido su novia. Dijo también que era hija de un militar y que trabajaba en la misma maquiladora que Aburto. Sin embargo, con los nuevos documentos se comprueba que la joven se echó a llorar durante todo el tiempo que duró el careo y posteriormente negó que Mario Aburto le haya contado alguna de esas cosas. Por otro lado, los testimonios de sus primos, Mauricio y Marcelino Ortiz, donde detallaban que el acusado les había enseñado las armas que utilizaría han quedado también en tela de juicio, pues en documentos inéditos hasta ahora, aseguraron que habían testificado en contra de su primo ante amenazas de los agentes.

Fragmento de la carta que Aburto envió al juez, días antes de ser condenado, en la que asegura haber sido amenazado para declararse culpable.

Un precedente para el acceso a la información

“Es un derecho de todos los mexicanos el acceso a la información y por 25 años se nos negó por cláusulas penales que no tenían sentido”, señaló Sánchez Ley. La periodista narró que la estrategia que utilizaron para vencer el candado impuesto al expediente arrancó en marzo de 2018. En esa fecha comenzaron a desclasificar pequeños documentos que son parte del expediente, hasta que llegó el momento de solicitar al Instituto Nacional de Transparencia, el expediente completo. En un primer momento se les negó, pero al final lograron que un Comité de Transparencia del Consejo de la Judicatura Federal diera la orden de revocar el estado. Según Sánchez Ley, no se necesita ser un experto en criminalística o psicología para comprender los documentos. De ahora en adelante, cualquiera puede tener acceso a ellos y cada quien “puede hacer su propio juicio de valor para decidir si creen o no en la versión oficial o si la van a completar con lo documentos que se están publicando”. Este es un caso de enorme interés público y a pesar de ello pasaron muchos años sin que supiéramos que, por ejemplo, la testigo principal se retractó de sus declaraciones iniciales. “La gente puede revisarlo y encontrará cosas muy interesantes e históricamente relevantes”, dice Sánchez Ley. Una de ellas es que entre los documentos que se presentaron como evidencia de que Mario Aburto tenía problemas con la autoridad, están sus boletas de calificaciones de la primaria, y reportes de indisciplina por “no asistir a la ceremonia de Honores a la Bandera”. “Muchos de estos documentos fueron presentados como evidencia inminente y ahora sabemos que no lo son”, afirma. Como parte del expediente, MCCI también tuvo acceso a un video en el que Mario Aburto hace un recreación del momento en que el candidato fue asesinado. Dicho video, de poco menos de una hora, fue presentado por la defensa del acusado pocos días antes de que se dictara su sentencia. En éste, Aburto reiteró que lo sucedido fue un accidente.

Sanchez Ley detalló que con esta desclasificación (a pesar de no ser la primera, pues el año pasado se logró la de los archivos de 1968) sí corresponde a uno de los casos más polémicos de México, con lo cual se siembra un precedente para futuros procesos de revisión. “Es un paso muy importante, es momento de empezar a desclasificar casos que son históricos para nuestro país... casos que fueron polémicos como el asesinato del cardenal Posadas Ocampo o el caso de José Francisco Ruiz Massieu, hay muchos que jamás fueron esclarecidos”, afirma. “Es momento de empezar a exigir el acceso a esos archivos para que los mexicanos podamos crearnos nuestro propio criterio”.

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En el imaginario colectivo de los mexicanos persiste la historia de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que la tarde del 23 de marzo de 1994 fue asesinado al recibir dos disparos, uno en la cabeza y otro en el abdomen, mientras caminaba entre la multitud luego de un acto de campaña en el barrio de Lomas Taurinas en la ciudad de Tijuana. Desde entonces, tanto las autoridades mexicanas como la prensa de aquellos años se encargaron de dar a conocer la versión oficial de los hechos, en donde señalaron a Mario Aburto, un joven de 23 años, como el supuesto autor material del homicidio. Tras un largo proceso y a 25 años del asesinato de aquel candidato que, aún perteneciendo a la esfera del partido en el poder, rompió lazos con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) logró desclasificar los documentos del expediente del proceso penal condenatorio contra Aburto. En el año 2000, luego de pasar por cuatro fiscales especiales, estos documentos fueron clasificados hasta 2035, quedando en un limbo ante la premisa de que alguien quisiera reabrir el caso.

Luis Donaldo Colosio

Recreación del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Aunque los documentos sean públicos, “si surgieran más pistas, el caso se podría reabrir”, dice Laura Sánchez Ley, periodista a cargo de la investigación en MCCI. “Si ahorita Morena quisiera formar una Fiscalía Especial para darle continuidad y saber si hay más gente implicada, se puede”, señaló. En entrevista para Gatopardo, Sánchez Ley detalló que la medida adoptada por las autoridades “estaba bien, en términos de justicia”, pues pudieron surgir nuevas líneas de investigación. Sin embargo, para los mexicanos, la clasificación de estos documentos se convirtió en “una batalla”, pues cualquiera que intentara acceder a ellos era redireccionado por la Procuraduría General de la República (PGR) a un resumen de cuatro tomos publicado por el último fiscal del caso, Luis González Pérez en 2000. En dichos documentos se establecía que Aburto había confesado el crimen y que de acuerdo con lo dicho por testigos, incluida una supuesta novia y sus primos, el joven se había preparado con anticipación para cometer el asesinato. En la versión oficial de la Fiscalía Especial, aseguraron que tenía tiempo preparándose para herir a Colosio y que practicaba con armas en un campo de tiro. Dijeron además que Aburto tenía problemas para respetar a la autoridad, lo que especialistas catalogaron como “una posible estructura de personalidad denominada Boderline”, y que era conocido entre sus compañeros como el “Caballero Águila”.

Luis Donaldo Colosio

Viñeta realizada por Mario Aburto y entregada al juez, en la que explica detalladamente los hechos del 23 de marzo de 1994. Y es ahora, cerca de 25 años después del asesinato, que más de 9 mil paginas, entre declaraciones, careos, testimonios, dibujos y fotografías que conforman este expediente han salido a la luz. Junto con ellas, han llamado la atención también una serie de contradicciones que ponen en duda la verdad oficial del caso Luis Donaldo Colosio. Uno de los contrastes más relevantes es que, a pesar de que en su primera declaración Aburto admitió haber planeado el asesinato del candidato del PRI, existe una segunda en la que, luego de dos meses de su detención, asegura que fue golpeado y que su testimonio fue forzado. Señala también que le ordenaron declarar que formaba parte de “un grupo armado o un grupo político”. Para armar la versión sobre su preparación para matar a Luis Donaldo Colosio, la Fiscalía Especial utilizó el testimonio de Graciela González Díaz, una joven que dijo haber sido su novia. Dijo también que era hija de un militar y que trabajaba en la misma maquiladora que Aburto. Sin embargo, con los nuevos documentos se comprueba que la joven se echó a llorar durante todo el tiempo que duró el careo y posteriormente negó que Mario Aburto le haya contado alguna de esas cosas. Por otro lado, los testimonios de sus primos, Mauricio y Marcelino Ortiz, donde detallaban que el acusado les había enseñado las armas que utilizaría han quedado también en tela de juicio, pues en documentos inéditos hasta ahora, aseguraron que habían testificado en contra de su primo ante amenazas de los agentes.

Fragmento de la carta que Aburto envió al juez, días antes de ser condenado, en la que asegura haber sido amenazado para declararse culpable.

Un precedente para el acceso a la información

“Es un derecho de todos los mexicanos el acceso a la información y por 25 años se nos negó por cláusulas penales que no tenían sentido”, señaló Sánchez Ley. La periodista narró que la estrategia que utilizaron para vencer el candado impuesto al expediente arrancó en marzo de 2018. En esa fecha comenzaron a desclasificar pequeños documentos que son parte del expediente, hasta que llegó el momento de solicitar al Instituto Nacional de Transparencia, el expediente completo. En un primer momento se les negó, pero al final lograron que un Comité de Transparencia del Consejo de la Judicatura Federal diera la orden de revocar el estado. Según Sánchez Ley, no se necesita ser un experto en criminalística o psicología para comprender los documentos. De ahora en adelante, cualquiera puede tener acceso a ellos y cada quien “puede hacer su propio juicio de valor para decidir si creen o no en la versión oficial o si la van a completar con lo documentos que se están publicando”. Este es un caso de enorme interés público y a pesar de ello pasaron muchos años sin que supiéramos que, por ejemplo, la testigo principal se retractó de sus declaraciones iniciales. “La gente puede revisarlo y encontrará cosas muy interesantes e históricamente relevantes”, dice Sánchez Ley. Una de ellas es que entre los documentos que se presentaron como evidencia de que Mario Aburto tenía problemas con la autoridad, están sus boletas de calificaciones de la primaria, y reportes de indisciplina por “no asistir a la ceremonia de Honores a la Bandera”. “Muchos de estos documentos fueron presentados como evidencia inminente y ahora sabemos que no lo son”, afirma. Como parte del expediente, MCCI también tuvo acceso a un video en el que Mario Aburto hace un recreación del momento en que el candidato fue asesinado. Dicho video, de poco menos de una hora, fue presentado por la defensa del acusado pocos días antes de que se dictara su sentencia. En éste, Aburto reiteró que lo sucedido fue un accidente.

Sanchez Ley detalló que con esta desclasificación (a pesar de no ser la primera, pues el año pasado se logró la de los archivos de 1968) sí corresponde a uno de los casos más polémicos de México, con lo cual se siembra un precedente para futuros procesos de revisión. “Es un paso muy importante, es momento de empezar a desclasificar casos que son históricos para nuestro país... casos que fueron polémicos como el asesinato del cardenal Posadas Ocampo o el caso de José Francisco Ruiz Massieu, hay muchos que jamás fueron esclarecidos”, afirma. “Es momento de empezar a exigir el acceso a esos archivos para que los mexicanos podamos crearnos nuestro propio criterio”.

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En el imaginario colectivo de los mexicanos persiste la historia de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que la tarde del 23 de marzo de 1994 fue asesinado al recibir dos disparos, uno en la cabeza y otro en el abdomen, mientras caminaba entre la multitud luego de un acto de campaña en el barrio de Lomas Taurinas en la ciudad de Tijuana. Desde entonces, tanto las autoridades mexicanas como la prensa de aquellos años se encargaron de dar a conocer la versión oficial de los hechos, en donde señalaron a Mario Aburto, un joven de 23 años, como el supuesto autor material del homicidio. Tras un largo proceso y a 25 años del asesinato de aquel candidato que, aún perteneciendo a la esfera del partido en el poder, rompió lazos con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) logró desclasificar los documentos del expediente del proceso penal condenatorio contra Aburto. En el año 2000, luego de pasar por cuatro fiscales especiales, estos documentos fueron clasificados hasta 2035, quedando en un limbo ante la premisa de que alguien quisiera reabrir el caso.

Luis Donaldo Colosio

Recreación del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Aunque los documentos sean públicos, “si surgieran más pistas, el caso se podría reabrir”, dice Laura Sánchez Ley, periodista a cargo de la investigación en MCCI. “Si ahorita Morena quisiera formar una Fiscalía Especial para darle continuidad y saber si hay más gente implicada, se puede”, señaló. En entrevista para Gatopardo, Sánchez Ley detalló que la medida adoptada por las autoridades “estaba bien, en términos de justicia”, pues pudieron surgir nuevas líneas de investigación. Sin embargo, para los mexicanos, la clasificación de estos documentos se convirtió en “una batalla”, pues cualquiera que intentara acceder a ellos era redireccionado por la Procuraduría General de la República (PGR) a un resumen de cuatro tomos publicado por el último fiscal del caso, Luis González Pérez en 2000. En dichos documentos se establecía que Aburto había confesado el crimen y que de acuerdo con lo dicho por testigos, incluida una supuesta novia y sus primos, el joven se había preparado con anticipación para cometer el asesinato. En la versión oficial de la Fiscalía Especial, aseguraron que tenía tiempo preparándose para herir a Colosio y que practicaba con armas en un campo de tiro. Dijeron además que Aburto tenía problemas para respetar a la autoridad, lo que especialistas catalogaron como “una posible estructura de personalidad denominada Boderline”, y que era conocido entre sus compañeros como el “Caballero Águila”.

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Viñeta realizada por Mario Aburto y entregada al juez, en la que explica detalladamente los hechos del 23 de marzo de 1994. Y es ahora, cerca de 25 años después del asesinato, que más de 9 mil paginas, entre declaraciones, careos, testimonios, dibujos y fotografías que conforman este expediente han salido a la luz. Junto con ellas, han llamado la atención también una serie de contradicciones que ponen en duda la verdad oficial del caso Luis Donaldo Colosio. Uno de los contrastes más relevantes es que, a pesar de que en su primera declaración Aburto admitió haber planeado el asesinato del candidato del PRI, existe una segunda en la que, luego de dos meses de su detención, asegura que fue golpeado y que su testimonio fue forzado. Señala también que le ordenaron declarar que formaba parte de “un grupo armado o un grupo político”. Para armar la versión sobre su preparación para matar a Luis Donaldo Colosio, la Fiscalía Especial utilizó el testimonio de Graciela González Díaz, una joven que dijo haber sido su novia. Dijo también que era hija de un militar y que trabajaba en la misma maquiladora que Aburto. Sin embargo, con los nuevos documentos se comprueba que la joven se echó a llorar durante todo el tiempo que duró el careo y posteriormente negó que Mario Aburto le haya contado alguna de esas cosas. Por otro lado, los testimonios de sus primos, Mauricio y Marcelino Ortiz, donde detallaban que el acusado les había enseñado las armas que utilizaría han quedado también en tela de juicio, pues en documentos inéditos hasta ahora, aseguraron que habían testificado en contra de su primo ante amenazas de los agentes.

Fragmento de la carta que Aburto envió al juez, días antes de ser condenado, en la que asegura haber sido amenazado para declararse culpable.

Un precedente para el acceso a la información

“Es un derecho de todos los mexicanos el acceso a la información y por 25 años se nos negó por cláusulas penales que no tenían sentido”, señaló Sánchez Ley. La periodista narró que la estrategia que utilizaron para vencer el candado impuesto al expediente arrancó en marzo de 2018. En esa fecha comenzaron a desclasificar pequeños documentos que son parte del expediente, hasta que llegó el momento de solicitar al Instituto Nacional de Transparencia, el expediente completo. En un primer momento se les negó, pero al final lograron que un Comité de Transparencia del Consejo de la Judicatura Federal diera la orden de revocar el estado. Según Sánchez Ley, no se necesita ser un experto en criminalística o psicología para comprender los documentos. De ahora en adelante, cualquiera puede tener acceso a ellos y cada quien “puede hacer su propio juicio de valor para decidir si creen o no en la versión oficial o si la van a completar con lo documentos que se están publicando”. Este es un caso de enorme interés público y a pesar de ello pasaron muchos años sin que supiéramos que, por ejemplo, la testigo principal se retractó de sus declaraciones iniciales. “La gente puede revisarlo y encontrará cosas muy interesantes e históricamente relevantes”, dice Sánchez Ley. Una de ellas es que entre los documentos que se presentaron como evidencia de que Mario Aburto tenía problemas con la autoridad, están sus boletas de calificaciones de la primaria, y reportes de indisciplina por “no asistir a la ceremonia de Honores a la Bandera”. “Muchos de estos documentos fueron presentados como evidencia inminente y ahora sabemos que no lo son”, afirma. Como parte del expediente, MCCI también tuvo acceso a un video en el que Mario Aburto hace un recreación del momento en que el candidato fue asesinado. Dicho video, de poco menos de una hora, fue presentado por la defensa del acusado pocos días antes de que se dictara su sentencia. En éste, Aburto reiteró que lo sucedido fue un accidente.

Sanchez Ley detalló que con esta desclasificación (a pesar de no ser la primera, pues el año pasado se logró la de los archivos de 1968) sí corresponde a uno de los casos más polémicos de México, con lo cual se siembra un precedente para futuros procesos de revisión. “Es un paso muy importante, es momento de empezar a desclasificar casos que son históricos para nuestro país... casos que fueron polémicos como el asesinato del cardenal Posadas Ocampo o el caso de José Francisco Ruiz Massieu, hay muchos que jamás fueron esclarecidos”, afirma. “Es momento de empezar a exigir el acceso a esos archivos para que los mexicanos podamos crearnos nuestro propio criterio”.

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Los documentos desclasificados del expediente Luis Donaldo Colosio ponen en duda la versión oficial

En el imaginario colectivo de los mexicanos persiste la historia de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que la tarde del 23 de marzo de 1994 fue asesinado al recibir dos disparos, uno en la cabeza y otro en el abdomen, mientras caminaba entre la multitud luego de un acto de campaña en el barrio de Lomas Taurinas en la ciudad de Tijuana. Desde entonces, tanto las autoridades mexicanas como la prensa de aquellos años se encargaron de dar a conocer la versión oficial de los hechos, en donde señalaron a Mario Aburto, un joven de 23 años, como el supuesto autor material del homicidio. Tras un largo proceso y a 25 años del asesinato de aquel candidato que, aún perteneciendo a la esfera del partido en el poder, rompió lazos con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) logró desclasificar los documentos del expediente del proceso penal condenatorio contra Aburto. En el año 2000, luego de pasar por cuatro fiscales especiales, estos documentos fueron clasificados hasta 2035, quedando en un limbo ante la premisa de que alguien quisiera reabrir el caso.

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Recreación del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Aunque los documentos sean públicos, “si surgieran más pistas, el caso se podría reabrir”, dice Laura Sánchez Ley, periodista a cargo de la investigación en MCCI. “Si ahorita Morena quisiera formar una Fiscalía Especial para darle continuidad y saber si hay más gente implicada, se puede”, señaló. En entrevista para Gatopardo, Sánchez Ley detalló que la medida adoptada por las autoridades “estaba bien, en términos de justicia”, pues pudieron surgir nuevas líneas de investigación. Sin embargo, para los mexicanos, la clasificación de estos documentos se convirtió en “una batalla”, pues cualquiera que intentara acceder a ellos era redireccionado por la Procuraduría General de la República (PGR) a un resumen de cuatro tomos publicado por el último fiscal del caso, Luis González Pérez en 2000. En dichos documentos se establecía que Aburto había confesado el crimen y que de acuerdo con lo dicho por testigos, incluida una supuesta novia y sus primos, el joven se había preparado con anticipación para cometer el asesinato. En la versión oficial de la Fiscalía Especial, aseguraron que tenía tiempo preparándose para herir a Colosio y que practicaba con armas en un campo de tiro. Dijeron además que Aburto tenía problemas para respetar a la autoridad, lo que especialistas catalogaron como “una posible estructura de personalidad denominada Boderline”, y que era conocido entre sus compañeros como el “Caballero Águila”.

Luis Donaldo Colosio

Viñeta realizada por Mario Aburto y entregada al juez, en la que explica detalladamente los hechos del 23 de marzo de 1994. Y es ahora, cerca de 25 años después del asesinato, que más de 9 mil paginas, entre declaraciones, careos, testimonios, dibujos y fotografías que conforman este expediente han salido a la luz. Junto con ellas, han llamado la atención también una serie de contradicciones que ponen en duda la verdad oficial del caso Luis Donaldo Colosio. Uno de los contrastes más relevantes es que, a pesar de que en su primera declaración Aburto admitió haber planeado el asesinato del candidato del PRI, existe una segunda en la que, luego de dos meses de su detención, asegura que fue golpeado y que su testimonio fue forzado. Señala también que le ordenaron declarar que formaba parte de “un grupo armado o un grupo político”. Para armar la versión sobre su preparación para matar a Luis Donaldo Colosio, la Fiscalía Especial utilizó el testimonio de Graciela González Díaz, una joven que dijo haber sido su novia. Dijo también que era hija de un militar y que trabajaba en la misma maquiladora que Aburto. Sin embargo, con los nuevos documentos se comprueba que la joven se echó a llorar durante todo el tiempo que duró el careo y posteriormente negó que Mario Aburto le haya contado alguna de esas cosas. Por otro lado, los testimonios de sus primos, Mauricio y Marcelino Ortiz, donde detallaban que el acusado les había enseñado las armas que utilizaría han quedado también en tela de juicio, pues en documentos inéditos hasta ahora, aseguraron que habían testificado en contra de su primo ante amenazas de los agentes.

Fragmento de la carta que Aburto envió al juez, días antes de ser condenado, en la que asegura haber sido amenazado para declararse culpable.

Un precedente para el acceso a la información

“Es un derecho de todos los mexicanos el acceso a la información y por 25 años se nos negó por cláusulas penales que no tenían sentido”, señaló Sánchez Ley. La periodista narró que la estrategia que utilizaron para vencer el candado impuesto al expediente arrancó en marzo de 2018. En esa fecha comenzaron a desclasificar pequeños documentos que son parte del expediente, hasta que llegó el momento de solicitar al Instituto Nacional de Transparencia, el expediente completo. En un primer momento se les negó, pero al final lograron que un Comité de Transparencia del Consejo de la Judicatura Federal diera la orden de revocar el estado. Según Sánchez Ley, no se necesita ser un experto en criminalística o psicología para comprender los documentos. De ahora en adelante, cualquiera puede tener acceso a ellos y cada quien “puede hacer su propio juicio de valor para decidir si creen o no en la versión oficial o si la van a completar con lo documentos que se están publicando”. Este es un caso de enorme interés público y a pesar de ello pasaron muchos años sin que supiéramos que, por ejemplo, la testigo principal se retractó de sus declaraciones iniciales. “La gente puede revisarlo y encontrará cosas muy interesantes e históricamente relevantes”, dice Sánchez Ley. Una de ellas es que entre los documentos que se presentaron como evidencia de que Mario Aburto tenía problemas con la autoridad, están sus boletas de calificaciones de la primaria, y reportes de indisciplina por “no asistir a la ceremonia de Honores a la Bandera”. “Muchos de estos documentos fueron presentados como evidencia inminente y ahora sabemos que no lo son”, afirma. Como parte del expediente, MCCI también tuvo acceso a un video en el que Mario Aburto hace un recreación del momento en que el candidato fue asesinado. Dicho video, de poco menos de una hora, fue presentado por la defensa del acusado pocos días antes de que se dictara su sentencia. En éste, Aburto reiteró que lo sucedido fue un accidente.

Sanchez Ley detalló que con esta desclasificación (a pesar de no ser la primera, pues el año pasado se logró la de los archivos de 1968) sí corresponde a uno de los casos más polémicos de México, con lo cual se siembra un precedente para futuros procesos de revisión. “Es un paso muy importante, es momento de empezar a desclasificar casos que son históricos para nuestro país... casos que fueron polémicos como el asesinato del cardenal Posadas Ocampo o el caso de José Francisco Ruiz Massieu, hay muchos que jamás fueron esclarecidos”, afirma. “Es momento de empezar a exigir el acceso a esos archivos para que los mexicanos podamos crearnos nuestro propio criterio”.

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Los documentos desclasificados del expediente Luis Donaldo Colosio ponen en duda la versión oficial

En el imaginario colectivo de los mexicanos persiste la historia de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que la tarde del 23 de marzo de 1994 fue asesinado al recibir dos disparos, uno en la cabeza y otro en el abdomen, mientras caminaba entre la multitud luego de un acto de campaña en el barrio de Lomas Taurinas en la ciudad de Tijuana. Desde entonces, tanto las autoridades mexicanas como la prensa de aquellos años se encargaron de dar a conocer la versión oficial de los hechos, en donde señalaron a Mario Aburto, un joven de 23 años, como el supuesto autor material del homicidio. Tras un largo proceso y a 25 años del asesinato de aquel candidato que, aún perteneciendo a la esfera del partido en el poder, rompió lazos con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) logró desclasificar los documentos del expediente del proceso penal condenatorio contra Aburto. En el año 2000, luego de pasar por cuatro fiscales especiales, estos documentos fueron clasificados hasta 2035, quedando en un limbo ante la premisa de que alguien quisiera reabrir el caso.

Luis Donaldo Colosio

Recreación del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Aunque los documentos sean públicos, “si surgieran más pistas, el caso se podría reabrir”, dice Laura Sánchez Ley, periodista a cargo de la investigación en MCCI. “Si ahorita Morena quisiera formar una Fiscalía Especial para darle continuidad y saber si hay más gente implicada, se puede”, señaló. En entrevista para Gatopardo, Sánchez Ley detalló que la medida adoptada por las autoridades “estaba bien, en términos de justicia”, pues pudieron surgir nuevas líneas de investigación. Sin embargo, para los mexicanos, la clasificación de estos documentos se convirtió en “una batalla”, pues cualquiera que intentara acceder a ellos era redireccionado por la Procuraduría General de la República (PGR) a un resumen de cuatro tomos publicado por el último fiscal del caso, Luis González Pérez en 2000. En dichos documentos se establecía que Aburto había confesado el crimen y que de acuerdo con lo dicho por testigos, incluida una supuesta novia y sus primos, el joven se había preparado con anticipación para cometer el asesinato. En la versión oficial de la Fiscalía Especial, aseguraron que tenía tiempo preparándose para herir a Colosio y que practicaba con armas en un campo de tiro. Dijeron además que Aburto tenía problemas para respetar a la autoridad, lo que especialistas catalogaron como “una posible estructura de personalidad denominada Boderline”, y que era conocido entre sus compañeros como el “Caballero Águila”.

Luis Donaldo Colosio

Viñeta realizada por Mario Aburto y entregada al juez, en la que explica detalladamente los hechos del 23 de marzo de 1994. Y es ahora, cerca de 25 años después del asesinato, que más de 9 mil paginas, entre declaraciones, careos, testimonios, dibujos y fotografías que conforman este expediente han salido a la luz. Junto con ellas, han llamado la atención también una serie de contradicciones que ponen en duda la verdad oficial del caso Luis Donaldo Colosio. Uno de los contrastes más relevantes es que, a pesar de que en su primera declaración Aburto admitió haber planeado el asesinato del candidato del PRI, existe una segunda en la que, luego de dos meses de su detención, asegura que fue golpeado y que su testimonio fue forzado. Señala también que le ordenaron declarar que formaba parte de “un grupo armado o un grupo político”. Para armar la versión sobre su preparación para matar a Luis Donaldo Colosio, la Fiscalía Especial utilizó el testimonio de Graciela González Díaz, una joven que dijo haber sido su novia. Dijo también que era hija de un militar y que trabajaba en la misma maquiladora que Aburto. Sin embargo, con los nuevos documentos se comprueba que la joven se echó a llorar durante todo el tiempo que duró el careo y posteriormente negó que Mario Aburto le haya contado alguna de esas cosas. Por otro lado, los testimonios de sus primos, Mauricio y Marcelino Ortiz, donde detallaban que el acusado les había enseñado las armas que utilizaría han quedado también en tela de juicio, pues en documentos inéditos hasta ahora, aseguraron que habían testificado en contra de su primo ante amenazas de los agentes.

Fragmento de la carta que Aburto envió al juez, días antes de ser condenado, en la que asegura haber sido amenazado para declararse culpable.

Un precedente para el acceso a la información

“Es un derecho de todos los mexicanos el acceso a la información y por 25 años se nos negó por cláusulas penales que no tenían sentido”, señaló Sánchez Ley. La periodista narró que la estrategia que utilizaron para vencer el candado impuesto al expediente arrancó en marzo de 2018. En esa fecha comenzaron a desclasificar pequeños documentos que son parte del expediente, hasta que llegó el momento de solicitar al Instituto Nacional de Transparencia, el expediente completo. En un primer momento se les negó, pero al final lograron que un Comité de Transparencia del Consejo de la Judicatura Federal diera la orden de revocar el estado. Según Sánchez Ley, no se necesita ser un experto en criminalística o psicología para comprender los documentos. De ahora en adelante, cualquiera puede tener acceso a ellos y cada quien “puede hacer su propio juicio de valor para decidir si creen o no en la versión oficial o si la van a completar con lo documentos que se están publicando”. Este es un caso de enorme interés público y a pesar de ello pasaron muchos años sin que supiéramos que, por ejemplo, la testigo principal se retractó de sus declaraciones iniciales. “La gente puede revisarlo y encontrará cosas muy interesantes e históricamente relevantes”, dice Sánchez Ley. Una de ellas es que entre los documentos que se presentaron como evidencia de que Mario Aburto tenía problemas con la autoridad, están sus boletas de calificaciones de la primaria, y reportes de indisciplina por “no asistir a la ceremonia de Honores a la Bandera”. “Muchos de estos documentos fueron presentados como evidencia inminente y ahora sabemos que no lo son”, afirma. Como parte del expediente, MCCI también tuvo acceso a un video en el que Mario Aburto hace un recreación del momento en que el candidato fue asesinado. Dicho video, de poco menos de una hora, fue presentado por la defensa del acusado pocos días antes de que se dictara su sentencia. En éste, Aburto reiteró que lo sucedido fue un accidente.

Sanchez Ley detalló que con esta desclasificación (a pesar de no ser la primera, pues el año pasado se logró la de los archivos de 1968) sí corresponde a uno de los casos más polémicos de México, con lo cual se siembra un precedente para futuros procesos de revisión. “Es un paso muy importante, es momento de empezar a desclasificar casos que son históricos para nuestro país... casos que fueron polémicos como el asesinato del cardenal Posadas Ocampo o el caso de José Francisco Ruiz Massieu, hay muchos que jamás fueron esclarecidos”, afirma. “Es momento de empezar a exigir el acceso a esos archivos para que los mexicanos podamos crearnos nuestro propio criterio”.

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Los documentos desclasificados del expediente Luis Donaldo Colosio ponen en duda la versión oficial

En el imaginario colectivo de los mexicanos persiste la historia de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que la tarde del 23 de marzo de 1994 fue asesinado al recibir dos disparos, uno en la cabeza y otro en el abdomen, mientras caminaba entre la multitud luego de un acto de campaña en el barrio de Lomas Taurinas en la ciudad de Tijuana. Desde entonces, tanto las autoridades mexicanas como la prensa de aquellos años se encargaron de dar a conocer la versión oficial de los hechos, en donde señalaron a Mario Aburto, un joven de 23 años, como el supuesto autor material del homicidio. Tras un largo proceso y a 25 años del asesinato de aquel candidato que, aún perteneciendo a la esfera del partido en el poder, rompió lazos con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) logró desclasificar los documentos del expediente del proceso penal condenatorio contra Aburto. En el año 2000, luego de pasar por cuatro fiscales especiales, estos documentos fueron clasificados hasta 2035, quedando en un limbo ante la premisa de que alguien quisiera reabrir el caso.

Luis Donaldo Colosio

Recreación del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Aunque los documentos sean públicos, “si surgieran más pistas, el caso se podría reabrir”, dice Laura Sánchez Ley, periodista a cargo de la investigación en MCCI. “Si ahorita Morena quisiera formar una Fiscalía Especial para darle continuidad y saber si hay más gente implicada, se puede”, señaló. En entrevista para Gatopardo, Sánchez Ley detalló que la medida adoptada por las autoridades “estaba bien, en términos de justicia”, pues pudieron surgir nuevas líneas de investigación. Sin embargo, para los mexicanos, la clasificación de estos documentos se convirtió en “una batalla”, pues cualquiera que intentara acceder a ellos era redireccionado por la Procuraduría General de la República (PGR) a un resumen de cuatro tomos publicado por el último fiscal del caso, Luis González Pérez en 2000. En dichos documentos se establecía que Aburto había confesado el crimen y que de acuerdo con lo dicho por testigos, incluida una supuesta novia y sus primos, el joven se había preparado con anticipación para cometer el asesinato. En la versión oficial de la Fiscalía Especial, aseguraron que tenía tiempo preparándose para herir a Colosio y que practicaba con armas en un campo de tiro. Dijeron además que Aburto tenía problemas para respetar a la autoridad, lo que especialistas catalogaron como “una posible estructura de personalidad denominada Boderline”, y que era conocido entre sus compañeros como el “Caballero Águila”.

Luis Donaldo Colosio

Viñeta realizada por Mario Aburto y entregada al juez, en la que explica detalladamente los hechos del 23 de marzo de 1994. Y es ahora, cerca de 25 años después del asesinato, que más de 9 mil paginas, entre declaraciones, careos, testimonios, dibujos y fotografías que conforman este expediente han salido a la luz. Junto con ellas, han llamado la atención también una serie de contradicciones que ponen en duda la verdad oficial del caso Luis Donaldo Colosio. Uno de los contrastes más relevantes es que, a pesar de que en su primera declaración Aburto admitió haber planeado el asesinato del candidato del PRI, existe una segunda en la que, luego de dos meses de su detención, asegura que fue golpeado y que su testimonio fue forzado. Señala también que le ordenaron declarar que formaba parte de “un grupo armado o un grupo político”. Para armar la versión sobre su preparación para matar a Luis Donaldo Colosio, la Fiscalía Especial utilizó el testimonio de Graciela González Díaz, una joven que dijo haber sido su novia. Dijo también que era hija de un militar y que trabajaba en la misma maquiladora que Aburto. Sin embargo, con los nuevos documentos se comprueba que la joven se echó a llorar durante todo el tiempo que duró el careo y posteriormente negó que Mario Aburto le haya contado alguna de esas cosas. Por otro lado, los testimonios de sus primos, Mauricio y Marcelino Ortiz, donde detallaban que el acusado les había enseñado las armas que utilizaría han quedado también en tela de juicio, pues en documentos inéditos hasta ahora, aseguraron que habían testificado en contra de su primo ante amenazas de los agentes.

Fragmento de la carta que Aburto envió al juez, días antes de ser condenado, en la que asegura haber sido amenazado para declararse culpable.

Un precedente para el acceso a la información

“Es un derecho de todos los mexicanos el acceso a la información y por 25 años se nos negó por cláusulas penales que no tenían sentido”, señaló Sánchez Ley. La periodista narró que la estrategia que utilizaron para vencer el candado impuesto al expediente arrancó en marzo de 2018. En esa fecha comenzaron a desclasificar pequeños documentos que son parte del expediente, hasta que llegó el momento de solicitar al Instituto Nacional de Transparencia, el expediente completo. En un primer momento se les negó, pero al final lograron que un Comité de Transparencia del Consejo de la Judicatura Federal diera la orden de revocar el estado. Según Sánchez Ley, no se necesita ser un experto en criminalística o psicología para comprender los documentos. De ahora en adelante, cualquiera puede tener acceso a ellos y cada quien “puede hacer su propio juicio de valor para decidir si creen o no en la versión oficial o si la van a completar con lo documentos que se están publicando”. Este es un caso de enorme interés público y a pesar de ello pasaron muchos años sin que supiéramos que, por ejemplo, la testigo principal se retractó de sus declaraciones iniciales. “La gente puede revisarlo y encontrará cosas muy interesantes e históricamente relevantes”, dice Sánchez Ley. Una de ellas es que entre los documentos que se presentaron como evidencia de que Mario Aburto tenía problemas con la autoridad, están sus boletas de calificaciones de la primaria, y reportes de indisciplina por “no asistir a la ceremonia de Honores a la Bandera”. “Muchos de estos documentos fueron presentados como evidencia inminente y ahora sabemos que no lo son”, afirma. Como parte del expediente, MCCI también tuvo acceso a un video en el que Mario Aburto hace un recreación del momento en que el candidato fue asesinado. Dicho video, de poco menos de una hora, fue presentado por la defensa del acusado pocos días antes de que se dictara su sentencia. En éste, Aburto reiteró que lo sucedido fue un accidente.

Sanchez Ley detalló que con esta desclasificación (a pesar de no ser la primera, pues el año pasado se logró la de los archivos de 1968) sí corresponde a uno de los casos más polémicos de México, con lo cual se siembra un precedente para futuros procesos de revisión. “Es un paso muy importante, es momento de empezar a desclasificar casos que son históricos para nuestro país... casos que fueron polémicos como el asesinato del cardenal Posadas Ocampo o el caso de José Francisco Ruiz Massieu, hay muchos que jamás fueron esclarecidos”, afirma. “Es momento de empezar a exigir el acceso a esos archivos para que los mexicanos podamos crearnos nuestro propio criterio”.

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En el imaginario colectivo de los mexicanos persiste la historia de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que la tarde del 23 de marzo de 1994 fue asesinado al recibir dos disparos, uno en la cabeza y otro en el abdomen, mientras caminaba entre la multitud luego de un acto de campaña en el barrio de Lomas Taurinas en la ciudad de Tijuana. Desde entonces, tanto las autoridades mexicanas como la prensa de aquellos años se encargaron de dar a conocer la versión oficial de los hechos, en donde señalaron a Mario Aburto, un joven de 23 años, como el supuesto autor material del homicidio. Tras un largo proceso y a 25 años del asesinato de aquel candidato que, aún perteneciendo a la esfera del partido en el poder, rompió lazos con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) logró desclasificar los documentos del expediente del proceso penal condenatorio contra Aburto. En el año 2000, luego de pasar por cuatro fiscales especiales, estos documentos fueron clasificados hasta 2035, quedando en un limbo ante la premisa de que alguien quisiera reabrir el caso.

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Recreación del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Aunque los documentos sean públicos, “si surgieran más pistas, el caso se podría reabrir”, dice Laura Sánchez Ley, periodista a cargo de la investigación en MCCI. “Si ahorita Morena quisiera formar una Fiscalía Especial para darle continuidad y saber si hay más gente implicada, se puede”, señaló. En entrevista para Gatopardo, Sánchez Ley detalló que la medida adoptada por las autoridades “estaba bien, en términos de justicia”, pues pudieron surgir nuevas líneas de investigación. Sin embargo, para los mexicanos, la clasificación de estos documentos se convirtió en “una batalla”, pues cualquiera que intentara acceder a ellos era redireccionado por la Procuraduría General de la República (PGR) a un resumen de cuatro tomos publicado por el último fiscal del caso, Luis González Pérez en 2000. En dichos documentos se establecía que Aburto había confesado el crimen y que de acuerdo con lo dicho por testigos, incluida una supuesta novia y sus primos, el joven se había preparado con anticipación para cometer el asesinato. En la versión oficial de la Fiscalía Especial, aseguraron que tenía tiempo preparándose para herir a Colosio y que practicaba con armas en un campo de tiro. Dijeron además que Aburto tenía problemas para respetar a la autoridad, lo que especialistas catalogaron como “una posible estructura de personalidad denominada Boderline”, y que era conocido entre sus compañeros como el “Caballero Águila”.

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Viñeta realizada por Mario Aburto y entregada al juez, en la que explica detalladamente los hechos del 23 de marzo de 1994. Y es ahora, cerca de 25 años después del asesinato, que más de 9 mil paginas, entre declaraciones, careos, testimonios, dibujos y fotografías que conforman este expediente han salido a la luz. Junto con ellas, han llamado la atención también una serie de contradicciones que ponen en duda la verdad oficial del caso Luis Donaldo Colosio. Uno de los contrastes más relevantes es que, a pesar de que en su primera declaración Aburto admitió haber planeado el asesinato del candidato del PRI, existe una segunda en la que, luego de dos meses de su detención, asegura que fue golpeado y que su testimonio fue forzado. Señala también que le ordenaron declarar que formaba parte de “un grupo armado o un grupo político”. Para armar la versión sobre su preparación para matar a Luis Donaldo Colosio, la Fiscalía Especial utilizó el testimonio de Graciela González Díaz, una joven que dijo haber sido su novia. Dijo también que era hija de un militar y que trabajaba en la misma maquiladora que Aburto. Sin embargo, con los nuevos documentos se comprueba que la joven se echó a llorar durante todo el tiempo que duró el careo y posteriormente negó que Mario Aburto le haya contado alguna de esas cosas. Por otro lado, los testimonios de sus primos, Mauricio y Marcelino Ortiz, donde detallaban que el acusado les había enseñado las armas que utilizaría han quedado también en tela de juicio, pues en documentos inéditos hasta ahora, aseguraron que habían testificado en contra de su primo ante amenazas de los agentes.

Fragmento de la carta que Aburto envió al juez, días antes de ser condenado, en la que asegura haber sido amenazado para declararse culpable.

Un precedente para el acceso a la información

“Es un derecho de todos los mexicanos el acceso a la información y por 25 años se nos negó por cláusulas penales que no tenían sentido”, señaló Sánchez Ley. La periodista narró que la estrategia que utilizaron para vencer el candado impuesto al expediente arrancó en marzo de 2018. En esa fecha comenzaron a desclasificar pequeños documentos que son parte del expediente, hasta que llegó el momento de solicitar al Instituto Nacional de Transparencia, el expediente completo. En un primer momento se les negó, pero al final lograron que un Comité de Transparencia del Consejo de la Judicatura Federal diera la orden de revocar el estado. Según Sánchez Ley, no se necesita ser un experto en criminalística o psicología para comprender los documentos. De ahora en adelante, cualquiera puede tener acceso a ellos y cada quien “puede hacer su propio juicio de valor para decidir si creen o no en la versión oficial o si la van a completar con lo documentos que se están publicando”. Este es un caso de enorme interés público y a pesar de ello pasaron muchos años sin que supiéramos que, por ejemplo, la testigo principal se retractó de sus declaraciones iniciales. “La gente puede revisarlo y encontrará cosas muy interesantes e históricamente relevantes”, dice Sánchez Ley. Una de ellas es que entre los documentos que se presentaron como evidencia de que Mario Aburto tenía problemas con la autoridad, están sus boletas de calificaciones de la primaria, y reportes de indisciplina por “no asistir a la ceremonia de Honores a la Bandera”. “Muchos de estos documentos fueron presentados como evidencia inminente y ahora sabemos que no lo son”, afirma. Como parte del expediente, MCCI también tuvo acceso a un video en el que Mario Aburto hace un recreación del momento en que el candidato fue asesinado. Dicho video, de poco menos de una hora, fue presentado por la defensa del acusado pocos días antes de que se dictara su sentencia. En éste, Aburto reiteró que lo sucedido fue un accidente.

Sanchez Ley detalló que con esta desclasificación (a pesar de no ser la primera, pues el año pasado se logró la de los archivos de 1968) sí corresponde a uno de los casos más polémicos de México, con lo cual se siembra un precedente para futuros procesos de revisión. “Es un paso muy importante, es momento de empezar a desclasificar casos que son históricos para nuestro país... casos que fueron polémicos como el asesinato del cardenal Posadas Ocampo o el caso de José Francisco Ruiz Massieu, hay muchos que jamás fueron esclarecidos”, afirma. “Es momento de empezar a exigir el acceso a esos archivos para que los mexicanos podamos crearnos nuestro propio criterio”.

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