La manera en la que respondemos al cambio climático involucra una injusticia fundamental: quienes toman las decisiones ante la emergencia no son la generación que tendrá que vivir con las consecuencias de lo que hagamos en el presente. Los jóvenes y menores de edad carecen de participación en todas las institutiones formales. ¿Quiénes los están escuchando? ¿Qué decisiones tomaríamos si realmente defendiéramos sus intereses?
La escasez crónica del agua y los conflictos en torno a ella sugieren que no se están cumpliendo cabalmente los deberes hídricos de la sociedad. ¿Cuánto deberíamos pagar por el agua? ¿Qué podemos hacer para que subsistan los bosques y los ríos que la acogen y la depuran?