La extorsión se ha generalizado en Cancún, México. Las víctimas van desde comerciantes callejeros hasta empresarios. A quien no paga el “derecho de piso” le queman el negocio o lo matan. Obreros y pequeños comerciantes ya han sido asesinados. Los extorsionadores son miembros de peligrosos cárteles e incluso expolicías. Solo entre 2019 y 2021 hubo más de 13 mil denuncias por extorsión en el principal destino turístico del Caribe mexicano.
Cancún es la niña de los ojos turquesa, el destino de playa que, antes de la pandemia, dejaba una derrama de más de seis mil millones de dólares. Pero tiene un rostro menos promocionado. Barrios grises, núcleos de población sobre propiedad privada, pública o ejidal que ha sido ocupada sin permisos ni servicios. Quienes habitan estos espacios sostienen la base más baja de la pirámide económica de esta ciudad.
Salamanca es una comunidad aislada del mundo. Sus habitantes no cuentan con televisión ni radio mediante los cuales puedan informarse sobre el cambio climático y los únicos libros que leen son ediciones del Nuevo Testamento. Todo aquí ha sido forjado con sus propias manos, para ellos el trabajo físico es lo más preciado, sobre todo, el trabajo en el campo. Esta visión del mundo no solamente los ha hecho grandes agricultores; también los ha vuelto partícipes del deterioro ambiental.