El punto final al Disclaimer de Alfonso Cuarón
La entrega del capítulo final de la serie Disclaimer de Alfonso Cuarón culmina este viernes y, para su última visita en la Ciudad de México, el cineasta platicó sobre la creación del personaje de Cate Blanchett y el ojo de «El Chivo» Lubezki a lo largo de toda la temporada.
El viernes 8 de noviembre se liberó en la plataforma Apple TV el último episodio de la serie Disclaimer (Desprecio) del cineasta mexicano Alfonso Cuarón. Han sido siete capítulos en total y, para la prensa, también se han quitado todos los candados de posibles spoilers que develen algo del sorpresivo episodio final. Sin esa carga de responsabilidad y con conocimiento total del desenlace, pero sobre todo sin los prejuicios que el espectador carga durante los primeros seis episodios, es que transcribo esta plática que tuve con Alfonso Cuarón en su más reciente visita a la Ciudad de México ante una sala de cine repleta de fanáticos. Que se publique hasta ahora no solo responde al miedo de adelantar algo de la trama de manera indebida, sino porque ver la serie por segunda vez es una intención calculada de sus tres creadores: Cuarón, Cate Blanchett y Emmanuel Lubezki.
Javier Risco: Vale la pena, ante esta provocación de volver al primer episodio, poner atención al discurso de la periodista Christiane Amanpour al inicio de Disclaimer: “Cuidado con la narrativa y la forma, su poder puede acercanos a la verdad, pero también puede ser un arma con un gran poder para manipular. Damas y caballeros, ¡presten atención! En el proceso, Catherine (Blanchett) demuestra que pueden manipularnos solo cuando apelamos a nuestras creencias más arraigadas y los juicios que emitimos nos hace cómplices de los problemas más complicados de la actualidad” ¿Por qué nos advertiste de esta manera? ¿Por qué ponerle este disclaimer a Disclaimer?
Alfonso Cuarón: Lo que trabajé muy de cerca con Cate Blanchett, era que la serie tuviese dos lecturas, una la primera vez y otra cuando la vuelves a ver, que de alguna manera se convierten en dos cosas distintas. La primera vez, la serie está compuesta de cuatro narrativas básicas, tres de ellas acompañadas por un narrador, una en primera persona, otra en segunda persona y otra en tercera persona y hay una cuarta narrativa que nace del libro, cada una con una forma fílmica distinta. Pero hay una narrativa más importante, la quinta narrativa es la que el público se construye mientras ve la serie. La idea era el choque de todas ellas, incluso la del público, con la realidad que se presenta al final.
Una de las grandes preocupaciones de Cate era que no se engañara nunca al espectador, que no cayeramos en contradicciones, que al volver a verla te dieras cuenta que se está diciendo todo en cada escena y en cada capítulo. Sin embargo, se convierte en otra cosa, cuando ya no tiene tus juicios de por medio, cuando la ves de nuevo te das cuenta que la serie se convierte en la historia de una mujer que está tratando de hablar y nadie le hace caso. Y por eso quise poner esa advertencia al principio, porque básicamente es el fundamento temático de lo que es Disclaimer.
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JR: ¿Cómo fue colaborar con Cate Blanchett en el guion y en la creación de los personajes?
AC: Yo escribí el guion pensando que ya estaba terminado y, cuando empezó mi colaboración con Cate, ella hizo todo un estudio forense del guion. Es maravillosa su forma de trabajar, es realmente intensa y admirable. En su guion, cada página tiene anotaciones y anotaciones encima de las anotaciones, con flechas que llevan a quizá otro párrafo o flechas que llevan a una indicación en la página 329 y, después en esa página, más flechas y más apuntes, es como esos manuscritos de Dostoyevski. Entonces, ella iba encontrando inconsistencias que no había encontrado antes. Una tras otra. Y en el proceso seguíamos alimentando la historia, de hecho, estábamos a veces en la puesta en escena y nos dábamos cuenta que estábamos entregando una pista falsa y que eso no lo queríamos.
JR: Ahora hablemos de “El Chivo” Lubeski, ¿hasta dónde se involucra en este proyecto?
AC: A ver desde que se me ocurre la idea, en ese momento ya se la estoy contando al Chivo, desde ahí él empieza a tirar línea. Después estoy escribiendo el guion y es lo mismo, también está él ahí. Empieza la preproducción y él está metido hasta la cocina, igual en el rodaje, en la postproducción, en todo.
De hecho, mi relación con el Chivo es que yo me meto hasta el fondo de su cocina y él hasta el fondo de la mía. Yo me meto con su luz, como él se mete con mis actores. En el pasado nos irritábamos mucho uno al otro, ahora somos como un matrimonio de viejitos que nada más le suspiramos el uno al otro. Pero lo que sí hemos aprendido es que si algo a mí no me gusta, a él tampoco le va a gustar, y si algo a él no le gusta, tampoco me va a gustar.
JR: En el libro que se basa la serie, la historia del hijo de Stephen y Nancy se desarrolla en España ¿por qué te la llevaste a Italia a Forte dei Marmi?
AC: Parte de las razones por las que decidí hacer este proyecto, es que me di cuenta que me quedaban pocos años de coexistencia doméstica con mis hijos antes de que se fueran. Para ese entonces yo había pasado mucho tiempo en México haciendo Roma (2018), y sí fue como un hoyo en esa parte de su crecimiento, así que decidí que mi siguiente proyecto sucediera alrededor de donde vivo. Nosotros vivimos en Londres, entonces filmé en un lugar en el que yo pudiera ir a cenar a mi casa todas las noches. Y después, para las escenas de playa, decidí cambiar de España a Italia. En primer lugar porque es el lugar que conozco, porque ahí vivieron mis hijos, es donde tenemos todavía una casa a la que vamos en verano cuando van a visitar a su familia y a sus amigos. Así que pensé que vinieran conmigo y así no perder tiempo sin ellos… igual no los vi porque les valió gorro.
JR: ¿Cuál fue una de las escenas que más disfrutaste filmar?
AC: Quizá el momento más memorable que tengo del rodaje es cuando se hizo la escena en la que el personaje de Lesley Manville, Nancy, está con su esposo visitando la playa donde murió su hijo. Yo había escrito en el guion que simplemente ella llegaría a tocar con sus pies el agua del borde de la playa donde había ocurrido la tragedia. Hicimos la puesta en escena, le pregunté que si quería ensayar, me dijo: “No, vamos a hacerlo”. Y decidí que iba a hacer un plano secuencia, entonces estoy siguiéndolos y ella empieza caminar, pero según yo iba a caminar más lento, y empieza a correr, y el operador me voltea a ver y le digo “pues síguela, cabrón”. Vamos detrás de ella y en ese momento pienso que se va a detener en la orilla del mar; Lesley se sigue de frente, el operador arriesgando la cámara y el equipo por el agua sigue con ella y de pronto terminamos esa escena de Lesley metida en el mar con las olas hasta la cintura. Y así quedó la toma, todos salieron del agua, el mar estaba helado, Lesley estaba temblando y de pronto me voltea a ver y me dice: “Es la primera vez que me meto al mar, siempre me ha dado terror”, inmediatamente le pregunté «¿por qué lo hiciste?» Y lo único que me contestó fue: “Pues así salió”.
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Esa noche mientras platicamos en la sala de un cine en la Ciudad de México, el micrófono se abre al público y uno de los asistentes hace una pregunta que le llama la atención a Alfonso Cuarón, es sobre los gatos en la serie: ¿por qué están en todos lados, en la cocina de Catherine, en la sala de Stephen, en muchas de las escenas?
AC: Mira, en el contexto del drama humano, de las pasiones, de los odios, de los amores y las felicidades, a los gatos les vale absolutamente madres todo y quizá por eso son más sabios que nosotros. Simplemente les vale madres. Y lo más importante de los gatos es que no los puedes controlar. Dicho esto, una de las razones por las que yo quería al gato es porque Cate es perfecta. El Chivo y yo operamos mucho con la imperfección, siempre hablamos de que lo mejor que nos puede pasar es cuando nacen accidentes. En la película Los hijos del hombre (Children of men, 2006) la famosa mancha de sangre en la cámara fue un accidente, eso no lo planeamos. Los accidentes generalmente pueden ser mejores de lo que tú te puedes haber imaginado. Y el tema es que Cate es una virtuosa, es realmente una virtuosa, entonces hacías la puesta en escena y no había manera de que fallara; ahí fue cuando decía “pónganle un gato”, y ahí iban corriendo y ponían el gato sobre la mesa de la cocina. Y mientras Cate cocinaba, ¿qué iba a hacer el gato?, tratar de comer lo que preparaba el personaje. Y así empezaron a pasar los accidentes, pero el problema es que Cate es tan impresionante que quebró al gato, al rato el pinche gato estaba haciendo todo lo que Cate quería.
JAVIER RISCO es periodista. Titular del programa radiofónico “Hoy es Risco” por Grupo Fórmula. Su pódcast “En qué momento” de Gatopardo fue considerado uno de los mejores proyectos auditivos del 2022 por Apple Podcast. Actualmente escribe en el diario El País la columna “100 días después”.
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