¿Qué hay detrás del aumento de suicidios en México?

¿Qué hay detrás del aumento de suicidios en México?

El 20% de las personas que se suicidan no tiene el diagnóstico de un trastorno psiquiátrico. No hay una correlación directa.

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Cuando empezó esta pandemia, preservar la vida a través del confinamiento se volvió la regla. Sin embargo, para algunos, el costo fue la vida misma. Encerrada en mi habitación con todo el tiempo del mundo para leer decenas de libros, comencé a tener ideas suicidas. Me parecía intolerable el encierro, la sensación de frustración me acompañaba día y noche, el miedo a salir, a volver, a contagiar a las personas que amo. Fue un infierno. Muchos lo vivimos en mayor o menor grado. Pero las ideas suicidas se quedaron conmigo bajo la luz de la lámpara mientras leía, se apagaban un poco cuando hacía ejercicio en el piso de mi cuarto y volvían a hacerse oír cuando discutía a distancia con personas de mi familia.

Nunca pedí ayuda o lo verbalicé en esos meses por miedo al rechazo, al estigma, a escuchar “estás mal”. Supe que no era la única. Lo confirmé en varios reportes noticiosos, la salud mental estaba siendo uno de los daños colaterales que trajo el covid. Un día a la vez, me decía a cada rato. Un día a la vez. Este 2021, cuando ya pudimos reunirnos, una amiga y yo compartimos las formas que habíamos imaginado para quitarnos la vida en esos duros meses, cuando la pandemia parecía sepultar cualquier esperanza de avanzar, de salir de donde estábamos.

Este 10 de septiembre es el Día Mundial de Prevención del Suicidio y es importante revisar las cifras de estas muertes en México en medio de la peor pandemia del último siglo, donde las malas noticias inundaron nuestros muros de Facebook, los rumores se esparcieron en los chats de Whatsapp y la sensación de certeza parecía inalcanzable.

La tasa de suicidios en México ha ido en aumento en los últimos 10 años, pero de 2019 a 2020, aumentó mucho más que en años anteriores. La variación más alta en los últimos 10 años fue en 2011, cuando los casos pasaron de 4.4 suicidios por cada 100,000 habitantes en el 2010, a 5 casos por cada 100,000 habitantes al siguiente año.

De 2019 a 2020, los casos de suicidio aumentaron de 5.7 a 6.2 casos por cada 100,000 habitantes. Entre los hombres el incremento fue mayor, pues la tasa aumentó de 9.5 casos a 10.5 casos. La de mujeres varió de 2.0 a 2.2 casos por cada 100,000 personas.

En los últimos años, los hombres han ocupado entre el 75% y 85% del total de los casos, ante un rango de entre 15 y 20%, entre las mujeres.

El doctor José Ibarreche Beltrán, jefe de Servicios Ambulatorios del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino, dijo en entrevista que la pandemia fue una especie de acelerador de  muchas patologías que tuvieron detonantes más claros.“El 20% de las personas que se suicidan no tienen el diagnóstico de un trastorno psiquiátrico. No hay una correlación directa. Sí hubo un aumento entre personas que ya tenían antecedentes, pero también hubo un aumento significativo de casos nuevos entre personas que no los tenían”.

Explicó que el aislamiento, aunado al aumento de violencia intrafamiliar y la crisis económica fueron factores que influyeron en este tipo de fallecimientos, aunque esto puede variar según el grupo de edad.

“La pandemia, en general, ha afectado de muchas maneras y matado de muchas maneras. No nada más es el encierro y el aislamiento, sino las consecuencias del mismo”, dijo Ibarreche

La Ciudad de México es la identidad donde más aumentaron los casos de suicidio, con un incremento del  92.3% de los casos, al pasar de 234 en 2019 a 450 en 2020, según datos del INEGI. Le siguen Chihuahua, con un aumento del 35.3% de los casos y Quintana Roo, con un incremento del 32.3%. Los otros estados de la República a donde aumentaron los casos de suicidio son Oaxaca, con una variación del 28.9% y Colima con un 28.2%.

De acuerdo al doctor Ibarreche, en el incremento de la tasa de suicidios han influido “todos los efectos de la pandemia, tanto económicos como sociales y personales, y los mecanismos que tenemos para afrontarlos. Esos mecanismos no son necesariamente los que usábamos previamente, porque es la primera vez que nos enfrentamos a una situación extrema”, comentó.

A nivel nacional los suicidios de mujeres representan el 18% total de los casos. Pero en Guerrero, representaron el 36% de los suicidios registrados y en Campeche ocuparon el 31%.

Los estados donde más aumentaron los suicidios entre mujeres fueron Baja California Sur, con una variación de 166%, al pasar de tres casos en 2019 a ocho casos en 2020; le sigue Campeche, con un aumento de 120%, al pasar de 10 a 22 casos, y la Ciudad de México, donde aumentaron un 108%, al registrarse 47 casos en 2019 y 98 en 2020.

En Japón, uno de los países con mayor tasa de suicidios en el mundo, estas muertes también se dispararon en un 15 %2020 entre las mujeres.

Las estadísticas definitivas de mortalidad y defunciones registradas durante 2020 los dará a conocer el INEGI en octubre de este año. Mientras tanto, el Instituto dio a conocer en julio pasado que el suicidio se ubicó como la tercera causa de muerte entre la población de 10 a 14 años, con 278 casos, después de accidentes y tumores malignos; y la de 15 a 24 años de edad, con 2,024 casos, después de homicidios y accidentes. Ese mismo lugar ocupaba ya en 2018, pero había disminuido en 2019.

Estos datos fueron confirmados por el gobierno federal para justificar la decisión de reiniciar las clases presenciales, a pesar de que las vacunas contra la Covid-19 que ha aprobado la OMS no se recomiendan para los menores de 16 o 18 años (dependiendo de la vacuna), aunque formen parte de un grupo de alto riesgo.

Entre los estados que se han mantenido con las tasas de suicidio más altas del país está Chihuahua, con 14.4 casos por cada 100,000 habitantes en 2020; Yucatán, con una tasa de 10.4; Aguascalientes, con 12.6; y Sonora, con 10.3, al menos desde 2017. El quinto y sexto lugar se lo disputan Quintana Roo y San Luis Potosí con una tasa promedio de 6.2 casos de suicidio por cada 100,000 habitantes.

Uno de los factores que influyeron en estados mentales aflictivos fue el aislamiento social, aunque el doctor Ibarreche explica que no en todos los casos de suicidio hay una baja de oxitocina, considerada la “hormona del bienestar”, que se libera cuando nos sentimos queridos, cuando nos dan la mano o un abrazo.

“La distancia favorece la disminución de la misma y eso hace que la ‘lucidez’ u objetividad se disminuya y las opciones o juicios se vean disminuidos”, comentó el psiquiatra.

La OMS considera que el suicidio es una causa de muerte que se puede prevenir y ha impulsado guías y políticas que pueden ayudar a lograrlo. Entre ellas está la forma en que los medios de comunicación difunden un caso de suicidio, pues se ha comprobado que después de la difusión del suicidio de una persona famosa o reconocida, suelen aumentar los casos entre la población, en un efecto llamado ‘suicidio por imitación’. Por ello, recomienda no incluir la palabra suicidio en titulares ni dar detalles sobre las formas en que se han cometido.

El psiquiatra explicó que uno de los retos para prevenir el suicidio es combatir el prejuicio y la carga negativa que implica compartir que se han tenido pensamientos suicidas.

“El suicidio es el resultado de muchos factores y podemos decir que morir o matarse sí es una opción”, afirma. “Pero yo siempre le digo a mis pacientes: vamos a ver si es la única. Es muy válido pensarlo, y descalificar el pensamiento de inmediato es lo que más hace que las personas eviten buscar ayuda”.

Para tener cifras más contundentes sobre este tema, hace falta revisar los casos de fallecimientos no definidos. Estos casos sumaron 5, 578 muertes durante 2020 y existen dudas sobre si la causa fue un accidente, homicidio o suicidio. De estos casos, el 12.8% tuvo como medio de agresión un arma de fuego o un arma blanca y el 26.2% se registró en Ciudad de México.

A más de un año de pandemia, vale la pena estudiar si las estrategias para prevenir el suicidio en casa han sido efectivas o si están dirigidas a la audiencia que más lo necesita, las personas jóvenes y la niñez.

A pesar de que durante esos momentos oscuros de confinamiento supe de muchas líneas de ayuda psicológica, mis propios prejuicios, o el miedo a que mis familiares me escucharan, me alejaron de hacer una llamada para pedir ayuda. Pero siempre hay alguien, como mi amiga, con quien puedes hablarlo en voz alta. Si llegas a estar en esta situación, no dudes en buscar ayuda.

*Durante la pandemia de COVID-19, la Línea de la Vida (800 911 2000) ha constituido un mecanismo para brindar apoyo emocional a las personas que lo requieren.

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